CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Las autoridades de la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad de La Plata han tomado una medida que sin dudas generará gran polémica. En esa unidad académica ya no habrá más baños para mujeres y para hombres, separados, como en todos los lugares del mundo: desde ayer (04/06), por una disposición de las autoridades, los sanitarios podrán ser compartidos por ambos sexos "para lo que cada uno decida y quiera ser".
POLÉMICA MEDIDA
Baños para todos: En la UNLP los sanitarios son compartidos
La decana de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata dispuso que los baños sean compartidos por mujeres y varones, argumentando la entrada en vigencia de la Ley de Identidad de Género. Así, dese ayer (04/06), los sanitarios serán "en forma indistinta para varones, mujeres y para lo que cada uno decida y quiera ser". La polémica ya esta abierta.
Según el comunicado difundido a través del sitio web de la Facultad, recientemente inaugurada bajo el nombre Néstor Kirchner, la decisión se enmarca en que desde ayer entró en plena vigencia la Ley de Identidad de Género.
"Ante el profundo cambio cultural al cual estamos asistiendo en Argentina en materia de Género, y teniendo en cuenta que en el día de la fecha entra en plena vigencia la Ley N° 26.743 de Identidad de Género, la decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social resolvió que a partir de hoy, lunes 4 de junio, no existirán baños separados para varones y mujeres, sino que ahora serán en forma indistinta para varones, mujeres y para lo que cada uno decida y quiera ser", informa el escueto comunicado en la página web.
Para la puesta en funcionamiento de esta medida se retiraron las identificaciones en las puertas de los baños, y además deberán realizar una serie de cambios en las instalaciones para adecuarlas, informó Flavio Rapisardi, secretario de Investigaciones Científicas y Posgrado.
Luego de publicar el comunicado, en el sitio web fue difundido un texto titulado 'Nos encontramos en el baño', firmado por Florencia Cremona,
Directora Centro de Comunicación y Género de dicha Facultad, que establece, entre otras cosas, que "el baño de nenes y nenas no solamente nos denomina desde nuestra genitalidad, sino que (...) sobre esta norma se viene construyendo el mundo, un mundo de mujeres y gays marginados, de más cargos jerárquicos para varones, de la política del control y la especulación económica (...) De aborto prohibido por el mito de maternidad inherente al cuerpo de la mujer y de “wachiturros” insinuantes por el mito de la libido incontrolable de un joven varón".
Es decir, según este análisis, la existencia de baños separados para varones y mujeres justifica, por ejemplo, el acoso sexual. Demasiado simplista suena esta afirmación...
Si está bien o mal, si es correcto o incorrecto, ético, inmoral, etcétera, que los baños ahora sean indiferenciados, es algo que habrá que discutir. Pero sin dudas es polémico, porque se trata de una cuestión cultural.
Habrá que ver también qué les sucede -tanto a las mujeres como a los hombres- con el hecho de compartir baño. Uno puede imaginarse fácilmente diversas situaciones que pueden resultar incómodas para ambas partes. Por ejemplo, una mujer maquillándose frente al espejo, y dos hombres observándola. O una dama pidiendo un tampón a una amiga, mientras un joven escucha. O un hombre defecando cuando en el inodoro contiguo hay una señorita. Son todas cuestiones que tienen que ver con lo cultural, con lo social. Y sin dudas causarán, como mínimo, una gran incomodidad al romper los hábitos tradicionales.
Yendo un poco más en profundidad, podría pensarse también que el uso compartido de los baños podría implicar algún inconveniente de índole sexual...
Lo cierto es que la decisión habría sido tomada por las autoridades sin consultar a los estudiantes, que son quienes utilizan mayormente los sanitarios.
El texto en cuestión:
Nos encontramos en el baño
Que la verdad del cuerpo no es la verdad biológica es el fundamento que permite que cada persona mayor de edad se presente desde hoy a poner el nombre y la identidad de género que quiera. El escrutinio de la biología que fue el discurso que la hegemonía propuso como sinónimo de verdad inescrutable es, desde hace años, negado por la cultura que es el marco en el que los cuerpos son, hablan, performatean, se aman, sufren y cursan la vida.
El cuerpo como superficie habitada por nosotros tiene ya demasiadas marcas, demasiados castigos infringidos por las voces y los palos de los otros, para ser normales, para no provocar el temor de borde que ocasiona cualquier disrupción como para seguir rotulando la vida cotidiana.
El baño de nenes y nenas no solamente nos denomina desde nuestra genitalidad, sino que además fortalece la heteronormatividad que fundamenta que haya solamente dos tipos de sexos, el femenino y el masculino. Y sobre esta norma se viene construyendo el mundo, un mundo de mujeres y gays marginados, de más cargos jerárquicos para varones, de la política del control y la especulación económica, de la amenaza de la fuerza bruta y de la trampa para sensibles. De aborto prohibido por el mito de maternidad inherente al cuerpo de la mujer y de “wachiturros” insinuantes por el mito de la libido incontrolable de un joven varón.
De todo eso hablamos cuando hablamos del mundo de nenes y nenas; de una falsa separación del mundo para que los otros sigan transitando los bordes y para que en la fantasía del baño ordenado se organice en silencio la prostitución, la trata, los golpes, el abuso y el miedo. En el baño ordenado de niños y niñas, de varones y mujeres, de machos y hembras.
Estamos viviendo a partir de la crisis de los lugares comunes, que tanto mal nos han hecho, la posibilidad de más verdad, de nuevas voces legítimas (por las leyes argentinas, al menos) que piensan y hacen la política desde las múltiples maneras de pensar el presente y soñar el futuro que nos da nuestra identidad de género.
Porque hablar de género no es hablar de mujeres y varones, o de gays y trans, sino que es hablar del modo en el que se construye el poder y la vida pública.
Así que el baño público es un baño para ir más allá de la portación genital y de la motivación sexual que interpele nuestras vidas.
Florencia Cremona
Directora Centro de Comunicación y Género
Observatorio de Género y Comunicación
Facultad de Periodismo y Comunicación Social