La carrera de India por convertirse en una de las potencias que discuten en la mesa mundial va a una velocidad impensada. El país asiático, uno de los más densamente poblados del mundo (sino el más) pretende disputar el control de la región a China con miras al 2030.
En ese orden, India comprendió que uno de los puntos a dominar es la industria aerocomercial y todo lo que ello implica. Y por el momento, el plan parece ir viento en popa.
Con uno de los mercados aéreos potenciales más importantes del mundo, el ancestral país del sur de Asia empuja no sólo con la apertura de nuevas aerolíneas, sino también con la creación de una industria aeronáutica fuerte. Con una gran oferta de ingenieros y profesionales especializados, India se presenta como un campo verde para la aviación civil y militar y sus respectivos desarrollos.
En eso se han estado fijando las dos compañías más importantes del rubro: Boeing y Airbus. Ambas empresas de origen occidental pusieron el ojo en India como un país que puede proporcionar recursos, además de ser un mercado para colocar nuevos aviones.
En ese orden, tanto Airbus como Boeing han migrado tareas operativas a empresas tercerizadas de bandera india, las cuales pasaron a encargarse de los registros contables. De hecho, eso propició el despido de más de 2 mil empleados estadounidenses de Boeing hace pocos meses.
Ahora, las empresas dominantes irían más allá. No solo quieren que los indios lleven la parte contable, sino también pretenden conseguir ingenieros y operarios que trabajen de manera remota en favor de las marcas occidentales.
La ventaja principal que encuentran tanto la empresa de Estados Unidos como la dependiente de la Unión Europea es que la mano de obra calificada es sumamente barata en comparación con los salarios europeos o estadounidenses a pagar en las respectivas sedes de fabricación. Ese dato, sumado a que la mano de obra india es tanto o más calificada que la que encuentran en casa, provoca que las empresas pongan el ojo en ese país.
La intención de Airbus y Boeing es incluir a India como un centro de producción. Eso rompería con décadas de hegemonía occidental en la fabricación de aeronaves, algo que ni la propia China pudo penetrar.
Boeing es la más avanzada en las relaciones con India. La empresa norteamericana cuenta con 18 mil empleados de ese país y planea expandir su plantilla.
Por su parte, Airbus planea incorporar al menos mil trabajadores indios en el 2023. Una suma que para una industria delicada como la aeronáutica, sin dudas rompe los esquemas.
Así las cosas, el ida y vuelta entre India y Occidente parece incrementarse en la industria aérea. Los pedidos de aviones en ese país son masivos, a punto tal que la aerolínea de bandera Air India ostenta el pedido más grande de la historia de aviones a Boeing, con 470 unidades.
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