Philipp Lahm es uno de los privilegiados seres en el mundo que conocen cuánto pesa la Copa del Mundo. Fue el capitán de Alemania en la final de Brasil 2014 en la que vencieron 1-0 a Argentina con gol de Mario Götze a los 113 minutos de juego. Ahora, el ex lateral-volante propinó una durísima crítica a la FIFA y al Mundial de Qatar 2022 que se llevará a cabo desde noviembre.
PICANTE
Qatar 2022: la dura crítica de un histórico al Mundial
Un campeón del Mundo bombardeó con declaraciones a la FIFA y al Mundial de Qatar 2022. Los derechos humanos, una base clave en sus declaraciones.
Lahm confirmó en el medio alemán Kicker que no formará parte de la delegación alemana para asistir al certamen y disparó: “Tampoco tengo ganas de ir como aficionado. Prefiero seguir el torneo desde casa”.
¿A qué se deben estas declaraciones? El actual director de la Eurocopa 2024 sentenció:
Lahm se ha posicionado a favor de diferentes luchas sociales y también se ha involucrado. Fue embajador del Día Mundial de la lucha contra el Sida entre 2007 y 2009. Creó la fundación “Philipp Lahm Stiftung” para ayudar a niños de escasos recursos.
El alemán también fue distinguido, en 2008, con el premio Tolenrantia-Preis por su contribución a la lucha contra la homofobia en el deporte. Ha expresado sobre el tema que “es una pena que ser gay en el fútbol sea un tema tabú”.
Las denuncias a Qatar 2022 por los derechos humanos
Amnistía Internacional fue una de las organizaciones que se pronunció sobre las violaciones a los derechos humanos por parte de Qatar en la organización de la Copa del Mundo. Exponen que hubo extranjeros explotados para la construcción de los estadios.
"Migrantes procedentes de Bangladesh, India y Nepal que trabajan en la reforma del emblemático estadio Khalifa son objeto de trabajo forzado. No pueden cambiar de trabajo, no pueden salir del país y suelen tener que esperar meses para cobrar sus salarios", denunciaron.
A su vez, argumentaron que existieron ocho formas de explotación en las obras de los estadios:
- Elevadas comisiones de contratación. Los trabajadores deben pagar entre 500 y 4.300 dólares para conseguir empleo.
- Malas condiciones de vida.
- Mentiras sobre el salario. A un hombre de Nepal, por ejemplo, le prometieron 300 dólares y resultaron ser 190.
- Retraso en el pago de salarios durante meses.
- No poder abandonar el lugar de trabajo. Los empleados tienen miedo de merodear por lugares lejanos a los estadios porque podrían ser encarcelados.
- No poder salir del país ni cambiar de empleo.
- Amenazas de los empleadores si se quejan de las condiciones de trabajo o piden ayuda.
- Trabajo forzoso. Quienes se niegan a realizar sus labores son amenazados con reducción del pago.
Amnistía Internacional sostiene que hay más de 1.700.000 trabajadores migrantes en Qatar. También revelan que la empresa Six Construct invirtió más de noventa millones de dólares para la reforma del estadio Khalifa, pero el salario medio mensual de los trabajadores que participaron en esa obra es de 220 dólares.
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