La aerolínea low cost Flybondi es una de las pocas que opera en el mercado de cabotaje en Argentina. En un contexto sumamente adverso, la empresa fundada en 2019 creció exponencialmente y se convirtió en una de las grandes oferentes de un mercado completamente alineado por el Estado nacional para beneficiar a Aerolíneas Argentinas.
En ese orden, una de las dificultades con las que debe batallar Flybondi es la falta de dólares. Un “insumo” básico para la industria aerocomercial a nivel mundial.
Los aviones, como aparatos de altísima complejidad, deben ser sometidos a un mantenimiento diario que implica el consumo de insumos y servicios completamente importados. De ello depende la seguridad de la actividad que, en la actualidad, representa el medio de transporte más seguro a nivel estadístico.
Por otra parte, como compañía emergente, Flybondi tiene varios aviones arrendados a empresas del exterior. Lo que también implica la necesidad de divisas para operar.
Golpeando en ese sector sumamente sensible de la actividad, la falta de acceso a importaciones comenzó a preocupar a los directivos de Flybondi que, en los últimos meses, iniciaron reclamos por procesos hartamente postergados en manos de AFIP, según informó el sitio especializado Aviación online. Mediante el sistema SIRASE, el fisco se encarga de “abrir o cerrar la canilla”.
Ese ejercicio golpea en un sentido parecido al que lo hace con la industria automotriz, por ejemplo. Al demorar los pagos por distintas disposiciones (en algunos casos hasta 210 días), se vuelve imposible la operatoria que también se acompaña con inflación y devaluación permanente.
Para Flybondi, la “canilla” permanece cerrada hace mucho tiempo, a punto tal que la compañía informó el riesgo de “perder” dos aeronaves por tiempo indeterminado a raíz de un inminente incumplimiento con las empresas dueñas de las aeronaves arrendadas. Algo que golpearía las ilusiones de crecimiento de la empresa nacional.
De hecho, en las últimas semanas la empresa debió frenar el ritmo que traían las conversaciones para poder instalar nuevas rutas hacia Brasil. También tuvo que introducir modificaciones de pasajes para junio, previendo la posibilidad de una reducción de la flota activa actual.
Por otra parte, Flybondi había anunciado un crecimiento de flota, que también podría verse afectado. La intención de la empresa era la de arrendar dos aviones más, algo que parece complejo al no poder afrontar los gastos de la flota actual.
Con ese panorama, se hace difícil pensar en una industria pujante como lo supo ser en 2019, con el boom de las low costs. Peor aún, pronto se comenzará a deteriorar el poco sistema montado, poniendo en riesgo financiero y físico, tanto a empresas como a clientes.
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