El S&P 500 y el Nasdaq rompieron récords este viernes (27/6), en una señal de que la confianza regresó con fuerza a los mercados estadounidenses. Atrás quedó la volatilidad que detonaron las políticas comerciales de Donald Trump y sus temidos aranceles. La foto de la jornada es contundente: el S&P 500 saltó un 0,66% y superó los 6.180 puntos, pulverizando el anterior máximo de febrero, mientras el Nasdaq trepó un 0,59% y alcanzó los 20.286 puntos.
Aranceles, geopolítica y tasas
Tal como resaltan desde Yahoo Finance, la recuperación no fue casual. Tras el sacudón que generó el "Día de la Liberación" —cuando Trump anunció nuevos aranceles y el Nasdaq se desplomó más de 26%—, la plaza yanqui demostró que la memoria es corta y el apetito por riesgo, largo.
Los pronósticos
Entre los pesos pesados de Wall Street hay coincidencias: el miedo a un desborde arancelario ya no ocupa el centro de la escena. James St. Aubin (Ocean Park) lo resume: "Sigue el rally, los aranceles ya no pesan tanto". Por su parte, Mark Malek (Siebert Financial) destaca que “los obstáculos se están levantando”, y subraya que tanto el frente comercial como el geopolítico parecen menos amenazantes.
Para Peter Tuz (Chase Investment), la sorpresa es la resiliencia: “Me sorprende, pero las incertidumbres caen y eso entusiasma a los inversores”. Incluso advierte que, aunque los aranceles preocuparon buena parte del año, las negociaciones le sacaron presión a la olla.
Menos miedo, más acciones
El consenso es claro: la chance de una recesión profunda se diluye y el fantasma de la inflación, que muchos asociaban a los aranceles, ni asoma. Art Hogan (B Riley Wealth) resalta que el alivio llegó de la mano de la política: el shock de Medio Oriente quedó en stand-by y la Fed insinúa que podría recortar tasas en julio, anticipándose a los pronósticos.
La clave
Robert Pavlik (Dakota Wealth) pone el foco en la confianza recuperada: los inversores ya no ven a los aranceles como la mecha de una crisis inflacionaria. Por eso, la plata volvió a la bolsa y los papeles recuperaron terreno.
Para Carol Schleif (BMO Private Wealth), las empresas no necesitan certezas absolutas, sino un horizonte más despejado. Con una economía sólida de base y señales positivas —menos regulaciones, mercados de capitales ágiles—, la maquinaria empresaria vuelve a ponerse en marcha.
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