“¿Cómo les fue mal en el Congreso? ¡Si el Gordo Dan ganó un Martín Fierro!”. Sarcástico y con notable malicia, el comentarista ilustró el escenario que se configuró en los últimos días. Como nunca y de manera brutal quedó demostrado que el mundo virtual de las redes sociales, en el que se mueven con comodidad e impunidad Javier Milei, sus influencers -como el galardonado Daniel Parisini- y los trolls dirigidos por Santiago Caputo, poco o nulo beneficio consigue cuando debe ejercerse el oficio de la política en el terreno de lo real. Más académicamente lo planteó el sociólogo Eduardo Fidanza: "Se puede conseguir un éxito electoral con las redes, pero distinto es sostenerse en el gobierno. Ahí juegan otras variables. Podrá ser más o menos lúcido el Mago del Kremlin (Caputo), pero la magia no le puede hacer cambiar la distribución de las bancas legislativas. Vimos esta semana que el gobierno más débil de los últimos 40 años no está haciendo nada para una construcción política sólida que le permita tener territorio y bancada para defender sus proyectos". Las derrotas legislativas del Gobierno se vieron en 3 momentos: cuando el oficialismo no pudo imponer un nombre propio al frente de la bicameral de Inteligencia; cuando la oposición unificada votó en rechazo del DNU que amplió en $100 mil millones los gastos reservados del sistema de espionaje; y, finalmente, cuando todo el arco opositor se abroqueló en el Senado para convertir en ley un proyecto de movilidad y recomposición de los haberes de los jubilados. Todo en una misma semana.
Daniel Parisini, alias "GordoDan", tal vez el más notable de los influencers libertarios en las redes sociales.
Los traspiés en el área de Inteligencia se cargaron a la cuenta de Caputo, quien ejerce su control político. En la SIDE, el asesor especial con despacho en la Casa Rosada pero sin firma que lo comprometa formalmente con la gestión, colocó a un viejo conocido suyo, Sergio Neiffert. Es lógico entonces su interés por lo que tenga que ver con la auditoría y el financiamiento de la agencia de espionaje, en lo que sufrió un revés. En la comisión bicameral de seguimiento de esas actividades fue encumbrado Martín Lousteau como presidente. Es uno de los opositores más duros a la Casa Rosada. El senador y titular de la UCR consiguió para ello el apoyo de los comisionados del kirchnerismo, que mediante 2 ultracristinistas, el diputado Leopoldo Moreau y el senador Oscar Parrilli, se quedó con una vicepresidencia y la secretaría. El oficialismo cometió el error de ir con 2 candidatos distintos e invotables para Unión por la Patria y los radicales de la línea anti-Milei que integran la comisión. Mientras Caputo apuntalaba al senador entrerriano Eduardo Kueider, Victoria Villarruel y Patricia Bullrich, con el apoyo del PRO, promovían al senador ‘amarillo’ Martín Goerling.
Una versión sostiene que había un acuerdo alrededor de Goerling hasta que Caputo metió la cuchara con la nominación de Kueider. Pero para que cualquiera de ellos fuera nombrado al frente del grupo se necesitaba el acompañamiento de los 2 radicales o de al menos 2 de UxP para lograr la mayoría de 8 votos. El kirchnerismo no iba a votar al peronista disidente Kueider por considerarlo un “traidor”; y Lousteau y la diputada María Coletta, su colega de la línea interna del radicalismo que no pacta con Milei, consideraban que el control de los servicios de Inteligencia debía tenerlo la oposición no amigable. Sin la posibilidad de poner a uno de ellos al frente, los legisladores de UxP optaron por acompañar a Lousteau, cuyo nombre no es el primero que viene a la mente cuando se busca a un “opositor dialoguista”. De todas formas no faltaron especulaciones sobre un juego a 2 bandas del más joven de los Caputo que integran el Gobierno en la que la designación de Lousteau hace juego con los contactos con su socio político Emiliano Yacobitti, al que le asignan vínculos con el mundo de la Inteligencia. Si bien ‘el Mago’ no logró colocar al que quería al frente de la bicameral, al menos -dicen- evitó que el control del espionaje y sus recursos quedara en manos de un aliado de Villarruel, vetada en el paraíso libertario y Bullrich, aunque leal, una extrapartidaria.
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El 2do golpe contra Caputo ocurrió en la sesión del día miércoles en la Cámara de Diputados. Por una mayoría que superó los 2 tercios, la oposición rechazó el decreto de Necesidad y Urgencia que dotó con $100 mil millones al área de Inteligencia. Fueron 156 votos que superaron holgadamente los 2 tercios de los diputados presentes. Para esa mayoría, incluso para el quorum, colaboró la mayor parte de los legisladores del PRO. No se trató de un acto de libres pensadores. Fue el propio Mauricio Macri quien acordó en una reunión virtual con legisladores y gobernadores de su partido actuar en ese sentido. La justificación formal fue que no se podía convalidar una erogación tan grande en tiempos del “no hay plata” y menos sin clarificar el destino de los fondos. Esa postura quedó plasmada en un comunicado tras la votación. Pero puertas adentro, el exPresidente habría descargado su frustración porque Milei no atiende sus propuestas. "Hace ocho meses que nos vienen boludeando”, fue la frase que le adjudicaron al ingeniero, que responsabilizaría por ello a Santiago Caputo. El voto no positivo de los diputados del PRO se leyó, entonces, como una vendetta directa sobre el asesor especial.
Macri y el PRO dejaron por primera vez a La Libertad Avanza a su suerte. Los libertarios atacaron sin piedad en las redes y algunos portales adictos a la Casa Rosada apuntaron a presuntos intereses judiciales y de negocios que estarían detrás del proceder del ingeniero. Se apuraron. Por la noche de ese mismo miércoles, Milei compartía nuevamente milanesas con el exPresidente en la quinta de Olivos. Otra muestra de la disociación entre el mundo virtual y el de la realpolitik. ¿De qué se habló en esa cena? Milei cuenta que Macri argumentó el rechazó del PRO al DNU, pero que no lo convenció. Otros sospechan que allí se acordó que Macri iba a salir en respaldo del veto que el Presidente anticipó contra la ley de movilidad jubilatoria que se iba a votar al día siguiente. Esto se contradice con la versión que sostiene que Macri no sabía que 5 de los 6 senadores del PRO iban a acompañar el proyecto dejando a LLA en la soledad absoluta. “No controla la tropa”, deslizó Milei al confrontar qué hicieron los legisladores y el tuit de apoyo al veto de Macri. En cambio, Patricia Bullrich fue por la contraria y acusó al expresidente de Boca de mandar a votar a los legisladores y después desconocerlo buscando un rédito. En el bloque del PRO dijeron que nadie les ordenó actuar como lo hicieron, pero hacen trascender que Macri estaba al tanto de que negociaron con el Gobierno votar en general y -salvo excepciones- rechazar los artículos que significaban una mayor presión sobre el equilibrio fiscal, luego de esperar sin éxito durante 2 meses una propuesta superadora por parte del oficialismo.
La ley de movilidad y la recomposición de un 8% de los haberes de los jubilados se aprobó con una mayoría aplastante de 61 senadores que dejó del otro lado a los 7 legisladores de LLA y una del PRO, la cordobesa Carmen Álvarez Rivero, que votó en disidencia con su bloque. Otra vez la acumulación superó los 2 tercios de los presentes. Este resultado, en sintonía con el de Diputados (donde el PRO votó en contra), permite blindar a la ley de la anulación total que Milei prometió contra “el disparate que votaron los degenerados fiscales”. Pero el Presidente se cuidó de no ir contra los senadores del PRO y prefirió apuntar contra el kirchnerismo.
Si Milei no quiere más derrotas en el Congreso, deberá administrar mejor sus alianzas. Es la advertencia que le hace Macri. Pero también deberá resolver conflictos internos. Algunos con ribetes escandalosos, como el desatado por la denuncia de la diputada mendocina Lourdes Arrieta contra varios de sus compañeros de bancada. La legisladora insiste en que fue llevada engañada al encuentro con represores condenados por delitos de lesa humanidad y pidió que sea el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, el que dé explicaciones sobre lo sucedido. Arrieta fue confrontada por algunos de sus pares en una reunión de bloque tras la votación del DNU. Los intercambios habrían subido de tono y el encuentro terminó con Arrieta a los gritos (se filtró un audio del episodio) y con otra denuncia de la diputada, esta vez por violencia de género contra el también diputado Nicolás Mayoraz.
Tras ese episodio, la mendocina sería expulsada de la bancada a instancias de Karina Milei, quien la apadrinaba. La hermana presidencial además tendría en la mira a otras 2 diputadas: Rocío Bonacci, quien también dice haber sido engañada en cuanto a la visita al penal de Ezeiza; y Marcela Pagano, que se enfrentó a Menem por la conducción de la comisión de Juicio Político, conflicto que derivó en la salida de Oscar Zago como jefe de la bancada libertaria. Las internas del oficialismo legislativo también se extienden al Senado. Allí el formoseño Francisco Paoltroni se convirtió en un cruzado contra la candidatura del juez Ariel Lijo a integrar la Corte Suprema. Pero además se volvió un duro contradictor de Santiago Caputo, a quien le endilga haber convencido al Presidente de postular al icónico magistrado de Comodoro Py. Paoltroni hasta se animó a pedir “la cabeza” del asesor especial. “No entienden nada”, devolvió Milei en defensa de Caputo, a quien definió como uno de los vértices del “triángulo de hierro” de la toma de decisiones de su gobierno. Caputo se tomó unos días de vacaciones en el sur, justo cuando su nombre quedó ligado a derrotas legislativas del oficialismo. También en el momento en el que comienza a circular un supuesto malestar de otro vértice de aquel triángulo, la hermana Karina, por la acumulación de poder del joven asesor.
La aversión de senador formoseño por el juez Lijo deriva de un interés de política local. Acusa al magistrado de haber beneficiado al gobernador Gildo Insfrán, al que Paoltroni desafía, enviando el tramo de la causa Ciccone que lo involucraba a la justicia provincial, que por supuesto lo absolvió. Sobre este punto se basó el planteó que Paoltroni le hizo a Lijo cuando el juez asistió el miércoles a la audiencia del Senado, parte del trámite previo a la votación en el recinto. Se trató de una cita sin mayores sobresaltos. En los pasillos de la Cámara Alta se da por descontado que el juez ya tiene los votos para volverlo ministro de la Corte. El kirchnerismo reconoció que hay negociaciones con el Gobierno. Lo admitió nada menos que el camporista Mariano Recalde. Se ve que a LLA no le da urticaria “votar con el kirchnerismo” si resulta beneficiada. El radicalismo también se inclinaría -con excepciones- por avalar a Lijo, de ahí que hayan retirado de la comisión de Acuerdo a un senador que anticipó su voto en contra por otro que aún no lo hizo -lo que se interpreta como una voluntad favorable- para garantizar las firmas del dictamen.
En su presentación, Lijo defendió su “idoneidad moral” y remarcó que no tiene sanciones en el Consejo de la Magistratura. No sólo eso, sino que todas sus causas fueron cerradas, lo que no es así. Si bien es cierto que tras una instrucción se dio por desestimada una denuncia para determinar si el juez tenía participación alguna en un haras propiedad de su hermano, Alfredo Lijo, hay otros 4 expedientes dilatados en el órgano de selección y remoción de jueces. Uno de ellos es por una presentación de María Emilia Villar, secretaria general de los pasteleros de la Patagonia, quien acusa a Lijo por mal desempeño en una causa contra Luis Ramón Hlebowicz, líder nacional del gremio, por la falsificación de su firma en un balance del sindicato. Villar acusa a Lijo de algo que no es novedoso en la trayectoria del juez: dormir la causa. La dirigente también hizo una denuncia penal por prevaricato. El miércoles quiso asistir a la audiencia, invitada por la senadora libertaria Vilma Bedia, pero dijo que no se le permitió el ingreso.
Además de Paoltroni, quien hace saber que supedita su continuidad en el bloque a que se retire el pliego del juez, hay otras resistencias oficialistas a la nominación de Lijo, como la del senador rojano Juan Carlos Pagotto y, sobre todo, la de Victoria Villarruel. La Vicepresidente evitó recibir a Lijo en su visita al Senado y un día antes ratificó su rechazo. "Todos hubiéramos querido tener un candidato, que nos enorgullezca, que va a poder desenvolver la más alta judicatura con la suficiente rectitud, honestidad y sabiduría posible; y no es este el caso”, en el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, una entidad que se opone a la candidatura de Lijo. Derrotas legislativas, chispazos con los aliados y crisis en los bloques oficialistas, cuestiones que le demandan a Milei una muñeca política que no se consigue en las redes sociales.
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