El malestar de algunos aliados del Gobierno con la conducción de Martín Menem como presidente de la Cámara de Diputados se potenció esta semana por el levantamiento de la sesión donde se iba a tratar el proyecto de ficha limpia cuando faltaba solo un legislador para el quorum.
DIPUTADOS
Otra vez rumores sobre desplazar a Martín Menem pero ¿quién quiere ser 'golpista'?
Arrecian rumores de desplazamiento de Martín Menem de la presidencia de Diputados -y de la línea de sucesión presidencial-, pero ¿quién quiere ser 'golpista'?
El reclamo de Ritondo, el presidente que no fue
En el PRO no cayó bien que Menem levantara la sesión para tratar el proyecto de ficha limpia cuando faltaba solo 1 diputado para el quorum. En rigor de verdad, Menem viene cumpliendo con el reglamento y los 30 minutos de espera para que se junten los 129 legisladores que permiten abrir una sesión.
Sin embargo, Ritondo expuso a Menem en el recinto: "Presidente, yo le quiero decir una cosa: había 129. Una diputada se paró cuando entró otro diputado, pero había 129 presentes. Las cámaras después lo van a ver. Pero no importa, usted está cumpliendo con el reglamento".
Extraño que si había 129 y quorum Ritondo no reclamara el inicio de la sesión y aceptara que Menem está “cumpliendo con el reglamento”, pero más allá de eso, se frustró una bandera que venía enarbolando el PRO que era la ficha limpia para quienes integran listas de candidatos a cargos electivos, especialmente cuando Cristina Kirchner venía de recibir la ratificación de su condena en la causa Vialidad.
La actitud de Menem quedó envuelta entre los rumores de permitir a CFK que pueda competir electoralmente el año próximo como parte de una estrategia de la Casa Rosada para polarizar con la exmandataria, donde el PRO queda diluido entre los extremos.
Además, todo ocurre en el peor momento de la relación de Mauricio Macri con Milei.
Cabe recordar también que Ritondo era el candidato a ser el presidente de la Cámara baja tras el acuerdo entre La Libertad Avanza y el PRO que terminó con la victoria de Milei en el balotaje ante Massa. Pero el libertario no creyó prudente entregarle a sus aliados la conducción de Diputados y un lugar en la línea de sucesión presidencial y fue así que Menem terminó en ese sillón.
Martín Menem y la reelección
El próximo 10 de diciembre, la Cámara de Diputados deberá elegir a sus autoridades, entre ellas a su presidente. La tradición parlamentaria es cederle al partido de Gobierno la presidencia del cuerpo en un gesto de gobernabilidad, para eso los legisladores deben votar la postulación que hace el bloque oficialista. En los peores momentos de la relación oposición-oficialismo, muchos opositores optaron por la abstención antes de votar en contra. Saben que algún día pueden gobernar y romper la tradición puede ser contraproducente.
Además, ¿quién quiere aparecer como ‘golpista’ quitándole a Milei a su presidente de Diputados -que es un 'intocable' para Karina-, en un momento en que su popularidad sigue alta?
Es cierto que Martín Menem ha sumado enemigos: los bloques de Unión por la Patria y Encuentro Federal arrastran varios pleitos, especialmente por los asientos que les quitó en varias comisiones.
Luego, el PRO, especialmente Ritondo, aspiraban a la presidencia del cuerpo por viejos acuerdos electorales.
Los radicales también tienen sus cuestionamientos, pero ahora están divididos y en Innovación (bloque de los gobernadores), este jueves (21/11) la presidenta del espacio Pamela Calletti dejó en claro que por lo visto piensan seguir apoyando a Menem: “nosotros hemos tenido siempre buen diálogo con Martin Menem, está en un contexto complejo con un gobierno que agrede todo el tiempo a todos”.
Es difícil que ocurra un escenario de voto negativo a Menem incluso de la oposición kirchnerista, que siempre respetó la tradición parlamentaria, lo mismo que el bloque de Miguel Pichetto, quien siempre levantó las banderas de la institucionalidad. Luego, sería grave que el PRO vote en contra de su aliado, especialmente a quien ahora es el vice de La Libertad Avanza a nivel nacional y está por comenzar un año electoral.
En el peor escenario, Menem vería una avalancha de abstenciones al momento de la votación de su reelección, pero sería ratificado.
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