CÓRDOBA. El candidato a gobernador de Córdoba por el oficialismo, Martín Llaryora, se equipo con varias cartas bajo la manga para el juego del 2023. Luego de haber logrado que Juntos por el Cambio no presente la fórmula más competitiva en Córdoba, que en un principio reunía a Luis Juez y a Rodrigo De Loredo, el intendente de Córdoba y heredero de Juan Schiaretti decidió ir por más intervención en la interna opositora.
ELECCIONES
Martín Llaryora quiere domar a JxC: ¿Doble traición?
Martín Llaryora está próximo a anunciar a su candidato a vicegobernador. Fuertes rumores sobre una radical.
04 de mayo de 2023 - 09:53
¿Opositores vice?
Una vez logrado el quiebre de la sociedad entre ambos dirigentes, Llaryora estaría dispuesto a extender esa grieta aún más allá, presentando una sorpresa tanto para el electorado como para los opositores: una vicegobernadora radical. Algo que es un claro mensaje al arco opositor y sus votantes.
La señalada para dicha tarea sería Myrian Prunotto, la intendenta de Estación Juárez Celman y presidenta del Ente Metropolitano creado por el propio Llaryora en 2022. Hace meses se conoce la disconformidad de Prunotto con el armado en Córdoba.
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La dirigente de Juntos por el Cambio, que representa apenas una pequeña porción del radicalismo, confesó su campaña en favor de Llaryora el verano pasado y generó revuelo. Todo ello hasta que fue “aislada” de la oposición aunque en los papeles sigue formando parte de Juntos por el Cambio.
No obstante, el daño en la alianza opositora fue considerable ya que Prunotto se llevó consigo varios intendentes radicales que no encontraron amparo electoral en Juntos por el Cambio. Esto último a raíz del armado “cortado” que hicieron Juez y De Loredo, quienes dieron poca participación a dirigentes del interior.
En caso de confirmarse la candidatura de Prunotto, su pase al oficialismo representaría un golpe aún más duro de lo que ya fue su fuga en su momento. Sobre todo por sentar un precedente para el resto de dirigentes del interior que no estén de acuerdo con lo que se hace en la filial capitalina de Juntos por el Cambio.
Por otra parte, siguen en competencia Natalia de la Sota y Juan Manuel Llamosas. La diputada y el intendente de Río Cuarto son del riñón de la gestión y pelean de cerca por la vicegobernación, aunque desde distintos lugares.
Para Llamosas, la carrera personal con Llaryora viene bien, aunque no tanto la que lo emparenta con Juan Schiaretti. El dirigente del su provincial tendría una cuasi amistad con el candidato pero no así con el gobernador, quien mantiene reparos sobre el posible rol a ocupar por Llamosas.
En el caso de De la Sota, parecía ser la indicada para ocupar la vicegobernación. Sin embargo, las negociaciones se congelaron en los últimos días a riesgo de que su apellido suene a “más de lo mismo”, incluso opacando al candidato Llaryora.
Con todo eso en consideración, las negociaciones entre el intendente de Córdoba y el gobernador están llegando a la última fase. El próximo 6 de mayo es la fecha límite para presentar las listas y darle arranque a la campaña electoral de manera completa.
Metiendo el dedo
La táctica electoral del oficialismo en Córdoba quedó más que expuesta en el 2023. El poder de intervención sobre el arco opositor es mayor a lo que se pensaba y quedó expuesto con varios ejemplos.
Además del caso Prunotto y la diversificación de la alianza encabezada por el peronismo y ahora llamada Hacemos Unidos por Córdoba, hubo otras intervenciones en el ánimo opositor. Y puede haber más.
Un ejemplo de ello fue el desdoblamiento de las elecciones. Con esa disposición, el oficialismo logró que Rodrigo De Loredo se separe de Juez para ser candidato a intendente. Algo que, sin dudas, cayó pesado en Juntos por el Cambio.
A ello se le sumó el cambio de nombre de la alianza. Aunque esa táctica fracasó, ya que Llaryora tuvo que cambiar nuevamente de nombre sobre la marcha, la intromisión en el uso de la palabra Juntos fue una clara provocación electoral.
Y eso no fue todo. Llaryora también planteó una encrucijada inesperada pidiendo una rinoscopia obligatoria a todos los candidatos municipales.
El pedido, realizado por el candidato e intendente de Córdoba, apuntaba directamente a dirigentes de Juntos por el Cambio que han sido señalados por presunto consumo de estupefacientes. Así, el oficialismo tendió trampas en todas direcciones, y Juntos por el Cambio cayó en varias de ellas.
Pero eso no sería todo. Todavía estaría en planes tender al menos una más.
La misma corresponde al plano municipal y se trata del acompañante del candidato a suceder a Martín Llaryora, Daniel Passerini. El médico emularía el movimiento de “su jefe” e incluiría como viceintendente a nada menos que al presidente del PRO en Córdoba, Javier Pretto.
En caso de concretarse ese pase, el quiebre de Juntos por el Cambio en Córdoba estaría concretado ya que Pretto enfrentaría a su ex socio coalicionista De Loredo en la elección municipal, causando mucho revuelo entre el radicalismo y el PRO. Sería incluso más grave, desde un punto de vista opositor, que el caso de Prunotto.
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