CÓRDOBA. La figura de Juan Schiaretti es, tal vez, una de las pocas a nivel político que han subsistido a la vorágine social que puso a la “casta política” en el foco de las críticas a nivel general. El tres veces gobernador de Córdoba es uno de los políticos de mejor imagen en la actualidad a pesar de estar fuera de funciones y manejar un perfil bajo.
EDUCACIÓN PÚBLICA
Juan Schiaretti amplió la defensa universitaria hacia el centro
El ex gobernador de Córdoba se pronunció en favor de la educación pública. Cuestionó el veto y pidió por la gestión presupuestaria.
En ese orden, y con un capital político envidiado por muchos, el ‘Gringo’ intenta mantener calor con apariciones esporádicas que, más adelante, le permitan dar el paso para relucir el silencioso armado que lleva adelante con intensidad. Todo ello pensando en una posible nueva candidatura en 2027.
Al respecto, Schiaretti se pronunció sobre uno de los temas más candentes a nivel local: la educación pública y el veto al presupuesto universitario por parte del presidente Javier Milei. El cordobés decidió adentrarse en el tema y marcó una postura fiel a su discurso histórico defendiendo el funcionamiento actual de la universidad pública y reclamando por la mejora presupuestaria de las casas de altos estudios.
En su descargo, Schiaretti destacó al sistema educativo público como una herramienta indispensable para mantener abierta la movilidad social ascendente.
Juan Schiaretti construye fuerzas
“Necesitamos hoy más que nunca el financiamiento para la universidad pública, porque es el pilar que facilita la movilidad social ascendente en nuestro país. Este apoyo es clave para generar oportunidades equitativas y construir una sociedad más justa. Del mismo modo, ese financiamiento debe ser gestionado con responsabilidad y transparencia, asegurando que cumpla con su objetivo principal: brindar una educación de calidad que transforme vidas y contribuya al desarrollo de nuestra Nación”, dijo el ex gobernador en redes sociales.
La marca de diferencias con el Gobierno nacional no es casualidad. Tampoco el tono moderado que eligió para hacer notar su apoyo.
Para Schiaretti, el plan de armado nacional va viento en popa, reuniéndose constantemente con dirigentes de diversas provincias dispuestos a sumarse a un nuevo espacio que alterne las dos opciones en tensión: el liberalismo y el peronismo. Por fuera de esos extremos, el cordobés ve una oportunidad de reunir a un mayor volumen de gente y votantes, que hasta aquí siempre han virado hacia las puntas sin encontrar soluciones.
Al mismo tiempo, Schiaretti no quiere degradar las relaciones institucionales del Gobierno de Córdoba con el oficialismo nacional. En ese sentido, la moderación de sus críticas será una constante para no interferir en la tarea de su sucesor, Martín Llaryora, y mucho menos cuestionar al votante cordobés, que en su mayoría eligió a Javier Milei.