CÓRDOBA. El peronismo cordobés pasará un nuevo Día de la Lealtad Peronista sin inmiscuirse en el barro nacional. A pesar de la falta de un liderazgo claro en el justicialismo, los líderes del PJ provincial no mostraron intenciones de acaparar la atención en un momento de alta tensión social y política, sobre todo con el regreso de Cristina Kirchner a la actividad.
DIFERENCIAS
El otro peronismo: En Córdoba, el 17O se pasa lejos de CFK
Celebración con estilo propio y lejos del kirchnerismo. El oficialismo provincial no quiere prestar volumen a la interna nacional.
Precisamente, la reaparición de la ex vicepresidenta produjo una llamativa y coordinada reacción de los dirigentes del oficialismo provincial, que sí está metido en la rosca nacional vía Congreso. Casi al unísono, no se hicieron esperar los rechazos a la candidatura interna de CFK, con el permanente recuerdo de la mala relación que tuvo que sufrir la provincia durante sus años en frente al Gobierno nacional.
“El kirchnerismo colonizó al peronismo, menos en Córdoba”, graficaron los principales nombres del Gobierno provincial, haciendo referencia a la distancia histórica que esa sede mantuvo con el PJ nacional en las décadas recientes. Una distancia que actualmente se encuentra en su punto máximo al calor del ya no tan novedoso Gobierno libertario, con el cual el oficialismo provincial sostiene una conveniente relación institucional y parlamentaria, que ha generado una coexistencia medianamente pacífica.
El peronismo y el Día de la Lealtad en Córdoba
Para celebrar el típico “día peronista”, el PJ cordobés preparó un acto de convocatoria al núcleo duro. En ese orden, el evento se llevará a cabo en Córdoba capital, territorio principal de la senadora Alejandra Vigo.
El encuentro contará con la presencia de los principales nombres del peronismo cordobés y sindicatos alineados. Entre ellos, podría darse la asistencia del gobernador Martín Llaryora, el intendente Daniel Passerini, además del ex gobernador Juan Schiaretti.
La idea del acto es cerrar filas dentro del universo del “partido cordobés” y poder tener un momento ideológico típico. Así, el oficialismo provincial dejará, al menos por un rato, el traje “multicolor” que se calzó con la llegada de Llaryora, quien subió a su gestión a dirigentes de una variedad de partidos políticos.
De cualquier manera, la intención del acto sería la de “contener” a la tropa y refrescar los lineamientos en tiempos de fuerte confusión interna. El temor a la dilución del sentimiento peronista es algo a lo que el Gobierno provincial se enfrenta ante la inclusión de actores externos en pos de mejorar la gestión.
Al mismo tiempo, el acto implicaría un apuntalamiento del alambrado que hicieron notar los principales actores del PJ cordobés hace poco más de una semana, cuando salieron a marcar límites con el kirchnerismo. La tarea es evitar “fugas” de peronistas disconformes con el manejo de la marca ideológica de un Gobierno provincial dispuesto a postergar lo político para mejorar la capacidad de administración.