La Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) transita meses turbulentos y la paz parece estar lejos de ser una realidad. Bajo esa dinámica, que se espiralizó a partir del “rebranding” que aplicó el Gobierno libertario, el nuevo año trajo consigo nuevos cambios y controversias que dan cuenta de la batalla interna que sufre el ente recaudador.
PANORAMA
Arde ARCA: Qué pasa en la batalla interna que sufre la ex AFIP
El ente recaudador se transformó en un escenario de lucha de poder interna para el Gobierno nacional. Qué sucede puertas adentro.
07 de enero de 2025 - 12:57
Dura batalla interna en la ex AFIP.
Respecto a los cambios, la Casa Rosada anunció recientemente la oficialización del nuevo organigrama interno que dividió nuevamente (y como en los 90’) a la ex AFIP en dos: DGI y Aduana. Por otra parte, el Gobierno nacional redujo los salarios de los altos cargos poniéndolos a nivel ministerial y eliminó la participación de estos últimos en la conocida Cuenta de Jerarquización, que además fue reducida para el resto de la planta pasando de 0,65% a 0,60%.
Mientras tanto, y en tan solo siete días del 2025, la ex AFIP sufrió al menos dos cimbronazos importantes que trascendieron los pasillos de las dependencias y llegaron a la prensa. Todo ello en medio de una puja de poder que todavía está abierta y que parece haber elegido a la institución como ring.
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La “nueva” ARCA
La primera polémica del año estuvo referida al flamante y controvertido líder de la DGI, Andrés Vázquez. El nuevo titular no demoró siquiera una semana en el cargo para gatillar un ascenso directo a un puesto clave para su pareja María Eugenia Fanelli, rompiendo las expectativas de varios jerárquicos que esperaban el cargo de líder de la Dirección Regional Centro II de la Capital Federal, con una remuneración que rondaría los 8 millones de pesos.
La primicia, publicada por La Nación de la mano de Hugo Alconada Mon, renovó las suspicacias en torno al funcionario, quien ha sido asociado con actividades de inteligencia. Todo ello bajo el campo de acción de Santiago Caputo, principal asesor presidencial y uno de los encargados de mantener los hilos de poder en manos de la Casa Rosada.
Con una amplia trayectoria como agente fiscal, Vázquez acumuló varias polémicas a lo largo de su carrera y siempre se mostró capaz de adaptarse. En el pasado, el ahora titular de la DGI enfrentó cuestionamientos patrimoniales, fue asociado con empresarios acusados de corrupción durante el periodo K, cuestionado por sus gestiones al frente de dependencias y señalado como presunto ejecutor de un plan de presión política contra el Grupo Clarín.
La lista kirchnerista
A pocas horas de conocerse el nombramiento de la pareja de Vázquez, también salió a la luz una investigación interna que el Gobierno nacional habría llevado adelante desentramando una presunta lista de protección o blindaje fiscal de datos a empresarios relacionados con el kirchnerismo. La misma dataría del 2016 según un reporte de Clarín, año en el que la ex AFIP se encontraba bajo control del macrismo.
Dentro del presunto listado se encontraban empresarios como Lázaro Báez, Cristóbal López y Alejandro Vandenbroele. Los mismos contaban como contribuyentes que revisten interés público, por lo que su información fiscal sólo era posible de ser visualizada por altos rangos del organismo, bloqueando el acceso a los fiscalizadores generales.
En total, la investigación dio cuenta de al menos 51 empresas, razones sociales o personas que se encontraban “blindadas”. Material que sirvió al Gobierno nacional para traer a la mesa cuestionamientos contra la gestión del PRO durante los años en el poder.
Puja de poder
El surgimiento de las nuevas polémicas internas en ARCA surgen en medio de las tensiones que la administración libertaria desató contra el PRO de Mauricio Macri. Con Santiago Caputo como factor de discordia, el Gobierno nacional decidió entregarle al asesor la reforma del ente recaudador, un organismo estratégico en la fase moderna de la política argentina para el sostenimiento en el poder.
Respecto a ello, no es casualidad que los principales cambios estructurales hayan estado apuntados al sector más alto del organigrama del ARCA, ahora conducido por Juan Pazo. Cabe recordar que la Casa Rosada no pudo sostener a Florencia Misrahi durante el primer año de gestión.
Para la administración de Milei, el control del ente recaudador es una cuestión estratégica y desafiante dada la conocida falta de “recursos humanos” propios que enfrenta el liberalismo. Al acecho estaría la estructura del PRO, que en caso de instalarse en la ex AFIP podría tener una cuota importante de poder a la hora de negociar una eventual alianza electoral.
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