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EL CRISOL DE LAS DESIGUALDADES

Los promedios estadísticos borronearon la pobreza extrema

De los 10 deciles que dividen las franjas que miden el bienestar de la población, nada menos que en 8 se registra que los ingresos de los trabajadores no alcanzan a cubrir el costo indispensable para vivir. Ya los extremos de este Coeficiente Gini grafican la tremenda desigualdad entre el 10% más rico del estamento superior, que se queda con casi un tercio de la torta e idéntico porcentaje de los más pobres, a los que toca 24 veces menos. Con la pobreza registrada hasta antes de las PASO sucedió otro tanto: si alarmó que el promedio solo haya superado el 35% y vaya camino del 40% para fin de año, ¿cómo digerir que en los menores de 14 años haya superado el 50%? Y eso que las encuestas fueron anteriores a la devaluación desatada en agosto, la inflación que echó a rodar, el récord de reservas que salió del país en pocos días y el paso al costado del Fondo Monetario Internacional. No es que los estrategas electorales de Juntos para el Cambio hayan subestimado la situación, sino que se dejaron llevar por lo que trasuntaban los términos medios aritméticos, en lugar de analizar objetivamente el malestar de las mayorías con la gestión del gobierno por el real perjuicio que se le estaba ocasionando.

La historia clínica de la Administración Macri dificulta extraer conclusiones a partir de los promedios de los indicadores socioeconómicos por una sencilla razón: las matemáticas de una tan desigual distribución no concuerdan con la intensidad del efecto que se hace sentir en los diferentes niveles de la pirámide:

** el índice general de pobreza subió del 27,4 del comienzo de la gestión al 35,4% en el 1er semestre del año, pero en los chicos hasta 14 años la incidencia ha sido del 52,6% y en el conurbano rozó el 40%;

** el porcentaje de indigentes dio 7,7%, el doble de como venía, si bien es del 13,1% en los niños que no logran completar una alimentación saludable y básica; 

** el mandato Cambiemos culminará a fin de año con 4 de los 10 deciles del Coeficiente Gini de bienestar hundidos debajo de la línea de la pobreza;

** si de desigualdad se trata, al 10% más pobre de la población le toca el 1,3% de la torta mientras la misma proporción de los más pudientes se alzó con el 30,9%, de acuerdo con el último informe "Distribución del Ingreso" de INdEC;

** el incremento nominal de los ingresos de los trabajadores ha sido desde 2018 del 40,4% contra 81,6% que en el mismo lapso se encareció la canasta básica de alimentos, pero en la letra chica para más de la mitad de la gente el empobrecimiento se triplicó;

** en un año, los trabajadores no registrados perdieron el 12,8% de su poder de compra, los asalariados privados -6,7% y los estatales, -5,1%;

** si se toma el caso de los medicamentos, aumentaron 360% promedio entre noviembre de 2015 y septiembre pasado, según el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), siendo que los que son para las tiroides resultan un 753% más caros, los antiespasmódicos 631%, los ansiolíticos 557%, los broncodilatadores 548% y los anticonceptivos (397%).En ese lapso, el IPC acumuló un 260,1%.

Por si fuera poco, devaluación

La retahíla de devaluaciones que se descargó desde mayo a setiembre de 2018, y retomó vigor a la misma altura en este año, serruchó los ingresos y profundizó la salida de las reservas internacionales, dejando una estela de inflación del 55,8% interanual, más un -2,5% de retroceso en la actividad económica, que en agosto recobraron intensidad.

Hasta 2 meses previos a las PASO, la pirámide de la fuerza laboral que mide el INdEC situaba nada menos que al 70% de los trabajadores debajo de la línea de pobreza que determina el costo de la canasta básica total: a los $24 mil que promediaban les faltaría aún 23% para llegar a los $31.148 del límite de la subsistencia. Bajando al escalón de los $20 mil el salario promedio, el 60% de los empleados encuadraba dentro de ese límite.

De acuerdo con la escala de ingreso individual, hasta el 8vo decil de la población, con ingresos promedio de $27.629, quedaba por debajo del costo de la canasta básica total de junio, que define el nivel de pobreza, según el INdEC.

Lejos de ser un efecto estadístico circunstancial, el avance de este indicador socioeconómico adquirió su propia dinámica y la perspectiva es que se aproxime al 40% hacia el final de año, conforme advirtió el director del Barómetro de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) Agustín Salvia, en declaraciones a radio La Red.

Sin horizonte de crecimiento, a diferencia de la crisis del 2001, la desocupación ´viene de pegar un saldo del 9,1% del 2do trimestre del 2018 al 10,6% de abril-junio de este año, y la explicación es que más cantidad de gente busca trabajo por encima de los empleos que se crearon: hubo 131.200 asalariados privados menos que un año atrás.

Donde más mano de obra se utiliza, como comercio mayorista y minorista (-12,6%), industria (-10,8%), y construcción (-6,8%), la actividad general anduvo de mal en peor, lo cual los sectores en los que se concentró el signo positivo, como agricultura y ganadería, que creció 7,7% por la cosecha de trigo finalizando con una producción récord de 19 millones de toneladas, la pesca y minas y canteras, movilizan mucho menores escalas de personal y, por lo tanto, no gravitan demasiado en el indicador general de empleo. 

El derrame que transmiten al resto de la economía, como el caso del transporte, el campo y Vaca Muerta juntos mejoró los números aunque en reducida escala. 

Damián Di Pace traza una especie de cronología de la pobreza según las distintas presidencias de los últimos 40 años, que arrancaría cuando Raúl Alfonsín antes de renunciar en forma anticipada en 1989, de acuerdo al Centro de Población, Empleo y Desarrollo de la Universidad de Buenos Aires (CEPED-UBA), dejaba una pobreza del 19,6 %, que al asumir Carlos Menem solo 2 meses después ascendía al 38,3%. El INDEC informó que Menem finaliza su mandato en 1999 con el 26,7 % de pobreza.

Fernando de La Rúa termina su mandato con 35,4 % en 2001 y Eduardo Duhalde con 51,7 % en 2003. Néstor Kirchner finaliza en 2006 con un 26,9 % y Cristina Fernández de Kirchner en 30,1 %, de acuerdo al Cedlas en medio de un vacío estadístico del INDEC.

Hasta el momento, Macri en el 1er semestre de 2019 deja una pobreza del 35,4 % y un pico del 52,6 % en los menores de 15 años.

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