Félix Bolaños, el ministro de la presidencia, dijo el lunes 2/05 que el teléfono de Pedro Sánchez fue atacado en mayo y junio de 2021, mientras que el de Robles fue atacado en junio de 2021, y que efectivamente se extrajeron datos de ambos teléfonos.
Ante la “gravedad” de la situación, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, convocó a Pedro Sánchez "cara a cara" de forma urgente para hablar del espionaje a través del sistema Pegasus, un asunto que considera "muy grave".
El sistema Pegasus
Pegasus es una aplicación de espionaje, un tipo de aplicación que suele conocerse como Spyware. Es una aplicación que se instala en tu móvil a través de algún enlace y que se queda trabajando en segundo plano para permitir espiar remotamente lo que haces a través de tu propio dispositivo.
Se trata de un programa desarrollado por la empresa NSO Group, y que es uno de los más penetrantes y sofisticados del mundo del ciber espionaje. Dentro, funciona como un control remoto, de forma que el atacante o quien lo controle pueda darle órdenes de forma remota para que haga esta u aquella función.
El diario británico The Guardian publicó una investigación sobre la cuestión de espionaje a través del sistema Pegasus donde confirmó que más de 200 teléfonos españoles fueron interceptados por el sistema. También planteo la posibilidad de que el atacante sea un cliente de NSO Group, una empresa israelí, se cree que reside en Marruecos.
Sin embargo, el Gobierno español se ha negado a especular sobre quiénes pueden haber estado detrás de los ataques “ilícitos” y “externos”, cuya existencia reveló este lunes en una rueda de prensa convocada apresuradamente.
Se alega que el ataque contra Pedro Sanchez tuvo lugar en mayo y junio del año pasado, un momento particularmente turbulento en la política española. La administración de Sánchez estaba preparando sus controvertidos y indultos de nueve líderes independentistas catalanes encarcelados por su participación en el fallido intento de secesión en 2017, además, España también estaba involucrada en una tensa disputa diplomática con Marruecos.
En ese momento, se había registrado el espionaje con el sistema Pegasus a más de 60 independentistas vascos y catalanes, sobre el que también se han emprendido acciones judiciales en los juzgados de Barcelona.
Marruecos en la mira
La disputa entre España y Marruecos se produjo después de que el Gobierno de Madrid permitiera que Brahim Ghali, líder independentista del Sáhara Occidental, fuera tratado por Covid-19 en España.
Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, ha rechazado vincular el ataque informático con Marruecos, cuyas relaciones con España se encontraban entonces muy deterioradas. Bolaños se limitó a hablar de una intromisión “externa”, en referencia a que esta no parte de ninguna institución española autorizada para ello. “No conocemos quién ha podido ser, y cuando lo sepamos lo haremos público. Vamos a esperar”, remarco Bolaños en una entrevista en la Cadena SER.
Al preguntarle si sospechaban que Marruecos hubiera podido estar detrás, Bolaños se mostraba firme:
Pero remarcó también que el gobierno ha descartado cualquier espionaje interno y agregó que los ataques deben haber venido del extranjero, ya que cualquier monitoreo de este tipo en España habría requerido autorización judicial.
Por otro lado, Marruecos negó previamente haber espiado a cualquier líder extranjero usando Pegasus, y dijo que los reporteros que investigan a NSO eran “incapaces de probar que[el país tenía]alguna relación” con NSO.
Pero un análisis de los registros filtrados mostró que Marruecos parecía haber enumerado a docenas de funcionarios franceses como candidatos para una posible vigilancia también con el sistema Pegasus, incluido el presidente Emmanuel Macron.
NSO ha dicho que su spyware solo se vende a clientes gubernamentales con el fin de investigar delitos graves y terrorismo. Ha dicho que investiga denuncias legítimas de abuso y ha negado rotundamente que Pegasus haya sido utilizado para atacar a Macron.
El Congreso de los Diputados llama al presidente a dar explicaciones y se prepara para convocar la llamada Comisión de Secretos Oficiales, en donde dará explicaciones la directora del CNI, Paz Esteban.
Teóricamente, en esa comisión parlamentaria se aclararán algunas de las dudas que generan los usos de este sofisticado programa espía, aunque sus deliberaciones y conclusiones son material clasificado.
El escándalo amenaza con romper la frágil mayoría parlamentaria del Gobierno de izquierdas, ya que según lo demostró el propio Aragones, el hackeo de importantes funcionarios como Pedro Sanchez y la ministra de defensa significarían una posible filtración de información muy sensible para el gobierno de España.
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