En otro capítulo del periodo más complejo en la larga historia de Boeing, la constructora aeroespacial confirmó en las últimas horas que la nave Starliner regresará a la Tierra desde el espacio sin sus tripulantes. La aventura, que debía durar poco más de una semana en el espacio, tuvo complicaciones a tal punto que la misión ya lleva 11 semanas de extensión.
NUEVO TRABAJO
Boeing no los devuelve a la Tierra: Qué harán los astronautas varados
La compañía aeroespacial no logró el nivel de seguridad necesario para regresar a los dos astronautas a los que llevó a la Estación Espacial Internacional.
Para Butch Wilmore y Suni Williams, los dos astronautas que emprendieron viaje a la Estación Espacial Internacional, el tiempo de trabajo será mucho más extenso de lo esperado. El regreso a casa quedó reprogramado para principios de 2025, con lo cual ambos deberán pasar casi 8 meses en el espacio cuando partieron con la idea de permanecer tan solo algunos días.
Hospedados en la EEI, Wilmore y Williams pasaran a formar parte del personal que se encuentra en misiones en ese lugar. Mientras colaboran en diversas tareas, la encargada de traerlos de nuevo a la Tierra será la compañía Space X, de Elon Musk, quien pondrá a disposición de los astronautas la nave Crew Dragon.
Mientras tanto, el retorno sin tripulación de la nave de Boeing será operado por la NASA a partir de septiembre de este año.
Suben dos, bajan dos
Ante la imprevista sumatoria de Williams y Wilmore al personal regular de la EEI, Space X deberá dejar en Tierra a al menos dos de cuatro astronautas que estaban preparados para pasar tiempo en el espacio. Según la NASA, los dos tripulantes que quedaron varados son militares y científicos lo suficientemente calificados como para practicar un reemplazo. Así, los dos estadounidenses completarían el grupo de la Expedición 72, que incluirá además cosmonautas rusos.
Cabe recordar que la Estación Espacial Internacional está preparada para imprevistos como el de Boeing. Si bien Williams y Wilmore no despegaron con equipamiento de larga estancia, la construcción internacional en el espacio está lista para albergar por varios meses e incluso años a tripulantes de ser necesario.
Boeing y una crisis extendida
El problema espacial de Boeing comenzó con la identificación de fallas el 6 de junio pasado, cuando en conjunto con Nasa se detectaron fugas de helio y problemas con algunos impulsores de la nave espacial que llevaba a los dos astronautas. Desde entonces, ambas organizaciones trabajaron en conjunto para relevar una enorme cantidad de datos y así poder determinar el nivel de seguridad de un reingreso con tripulación, algo que no pudo ser garantizado.
Eso, sumado a la expectativa por la llegada de la nave de Space X, decantó en la decisión conservadora. Cabe destacar que Estados Unidos pudo disponer eso gracias a que cuenta con dos programas simultáneos por primera vez en la historia, lo que evitó que el rescate sea realizado por la nave rusa Soyuz, cuestión de un alto impacto político.
Por fuera de su programa espacial, Boeing experimenta una fuerte crisis, sobre toda referida a su división de aeronaves civiles. Con fuertes retrasos en la entrega de aviones a las aerolíneas, la compañía experimenta además un fuerte peritaje del Gobierno estadounidense tras reconocer una caída en los procesos de calidad de la construcción de dichas naves.