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DESTRUCCIÓN DE LOS MARES

Últimos días de vida de los océanos: Fiebre de oro y cobre

Minería bajo las aguas: fiebre del oro en el fondo de los océanos o cómo el hombre destruirá más el planeta Tierra.

Greenpeace acaba de advertirlo pero no sabe cómo deterla: "La minería en aguas profundas es una industria extractiva altamente destructiva que busca arrasar con los fondos marinos para obtener minerales y metales." Y el Océano Atlántico es un objetivo explícito. Bah... los océanos porque todo comenzará por el Pacífico.

Tim Schauenberg lo había advertido semanas antes en Deutsche Welle:

"Ya sea cobre o níquel para baterías, cobalto para automóviles eléctricos o manganeso para la producción de acero, las tierras y los metales raros son necesarios en numerosos ámbitos, especialmente para la transición energética. La demanda aumenta, pero al mismo tiempo, los recursos son cada vez más escasos en todo el mundo.

Según las estimaciones, en solo tres años se necesitará el doble de litio y un 70% más de cobalto que en la actualidad. Para llenar este vacío, algunos países y empresas ahora quieren explotar los recursos de las profundidades del mar.

Hasta ahora, no existen normas internacionales para la explotación minera de los fondos marinos, pero el tiempo avanza, y en julio de 2023 vence el plazo para la adopción de un conjunto de normas vinculantes. En su última reunión, a finales de marzo, la autoridad marítima internacional (ISA, por sus siglas en inglés) no había llegado a un acuerdo al respecto. Hasta el momento, a las empresas solo se les han concedido licencias de investigación. Ahora se continuará con un diálogo informal sobre las reglas, hasta la próxima reunión en julio, un día después de la fecha límite."

Ahora se sabe que la minería en aguas profundas está a punto de explotar: en julio se abre la veda para que decenas de empresas mineras puedan empezar a extraer minerales del fondo del océano.

En la zona Clarion Clipperton, en el fondo del Pacífico, entre México y Hawái, se estima que habría unas 27.000 millones de toneladas de nódulos, suficiente cobre para abastecer al mundo a lo largo de 3 décadas.

Lo que la industria de minería en aguas profundas no quiere que veas

La web Xataka reportó acerca de Nauru, en Micronesia. Es una pequeña república donde uno de sus representantes se plantó en 2021 en Jamaica para notificar a la Autoridad Internacional de Fondos Marinos (ISA) que tenían intención de empezar a extraer minerales del fondo marino en cuanto fuera posible. Si en un plazo de 2 años, que termina en julio 2023, no se acordaba nada, iniciarían la actividad.

Aquella carta activó una cuenta hacia atrás pero ha pasado el tiempo estipulado y no se ha llegado a ningún acuerdo. La ISA, una organización internacional creada por la ONU en 1982, lleva más de 9 años intentando regular esta actividad, y no lo ha conseguido.

La empresa canadiense The Metals Company lleva años preparándose para este momento: quiere la recolección de nódulos polimetálico en la zona Clarion Clipperton. A finales de 2022 empezaron una prueba piloto y ahora están listos para solicitar un contrato de explotación a la ISA.

La tecnología

Las empresas mineras están también interesadas en intentar encontrar métodos menos invasivos.

No está claro qué nivel de daños al fondo marino es aceptable. En concreto: se desconoce cuál es la explotación que aceptará el planeta Tierra sin reaccionar. Si afectará el sistema de mareas, si habrá que esperar tsunamis u otras reacciones de la naturaleza.

La minería de aguas profundas es una práctica de gran calado que tiene importantes afectaciones en materia económica y medioambiental. Todos son conscientes de la enorme cantidad de recursos que se podría obtener, pero ¿qué sucederá con los fondos marinos?

En la ISA se están realizando negociaciones sobre cómo abordar este asunto, pero todo parece indicar que falta mucho tiempo para encontrar criterios comunes.

Minería submarina: ¿consecuencias inimaginables?

“Una de las cosas que realmente no hemos debatido y acordado en la ISA es qué niveles de daño se consideran aceptables y qué niveles de daño no son aceptables. Ni siquiera nos hemos acercado a estar de acuerdo en esto todavía. Así que va a llevar mucho tiempo", explica Pradeep Singh, experto oceanográfico.

Se dice que entre las cálidas aguas del lecho marino volcánico de la dorsal mesoatlántica hay cantidades enormes de cobre. El interés por explorarlo es enorme. Luego, arrasarla.

En 2021, la mayoría de los países de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) votó a favor de una moratoria sobre la minería en aguas profundas. Cuidado: la UICN no tiene poder para implementar ese veto.

Se comprobó que muchos países con economías débiles ven en esta minería una gran oportunidad.

Francia fue el 1er. país en manifestar la intención de conseguir una prohibición internacional para esta práctica.

Fabricantes de tecnología y automoción como Google, Samsung, BMW y Volvo también publicaron un comunicado conjunto a favor de establecer una moratoria y no conceder licencias.

Todo indica que fue en vano.

Desde el Consejo Asesor de Ciencias de las Academias Europeas (EASAC) se explica además que "la minería de aguas profundas no proporcionaría muchos de los materiales críticos necesarios para la transición verde y otros sectores de alta tecnología".

Michael Norton, director de la EASAC:

“La minería en tierra ha provocado la extinción de especies y la pérdida de biodiversidad durante siglos”.

"Y eso que es controlable. Por el contrario, la minería en aguas profundas queda fuera de nuestra vista, por lo que su posible impacto es desconocido e inmanejable".

Hasta ahora, en saco roto.

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