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Errores de Vladimir Putin y un plan ahora en el aire

Vladimir Putin no sólo debe cerrar sin bochorno el capítulo ucraniano sino evaluar cómo seguirá su poder en el Kremlin. Esta nota presenta algunos datos:

Vladimir Putin pudo haber evitado la invasión a Ucrania y buscar otras presiones posibles para doblegar a su supuesto rival. Por ejemplo:

  • Imitar a Israel y realizar una ejecución planificada de quienes consideraba 'líderes nazis' hasta 'depurar' las milicias mal llamadas 'nacionalistas'.
  • Producir sabotajes 'anónimos' de arsenales y otras capacidades bélicas de Ucrania.
  • Promover la compra por empresas o rusas o bielorrusas o turcas o de Emiratos de propiedades agrícolas, establecimientos fabriles y generadores de energía de Ucrania.
  • Invertir en medios de comunicación de Ucrania para apuntalar su influencia en la opinión pública, en especial en el marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que Kiev no podía cumplir.
  • Acelerar el reconocimiento de Donetsk y Lugansk como Estados independientes y su incorporación a la Federación Rusa para circunscribir el conflicto a esos territorios, involucrando a la ONU en un plebiscito y victimizando a quienes, de hecho, eran agredidos por Ucrania.

Etc. etc. etc.

¿Por qué no lo hizo Putin? Por 3 motivos principales:

  1. Porque sobreestimó el poder militar de Rusia (el fracasado rally de blindados hacia Kiev fue un ejemplo).
  2. Porque priorizó obtener una venganza por el golpe militar de 2014.
  3. Porque fracasó en obtener la información calificada acerca de cómo la OTAN trabajaba hacía tiempo en el fortalecimiento del poder militar de Ucrania.

De todos modos, Putin no fue el único que se equivocó.

  • ¿Esperaba Joe Biden que India multiplicara su compra de petróleo ruso?
  • ¿Qué conocía Biden sobre la relación entre Recep Tayyip Erdogan y Putin?
  • ¿Creía Biden que Arabia Saudita le provocaría un revés diplomático gigantesco?
  • ¿Sospechaba Biden que los oligarcas rusos podrían instalar sus negocios en Dubai, Emiratos Árabes Unidos?

Pero no nos vayamos de Putin.

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Vladimir Putin y un aliado enorme, Recep Tayyip Erdogan.

Vladimir Putin y un aliado enorme, Recep Tayyip Erdogan.

Alba Leiva, graduada en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid (España) y Máster en Geopolítica y Estudios Estratégicos por la Universidad Carlos III, escribe en El Orden Mundial, donde realizó una apreciación, que para Urgente24 es discutible (¿Putin esperando que Xi Jinping ingresara al conflicto? Naaaa. Eso es no conocer a China) pero hay 3 conceptos a tener en cuenta:

1. "El valor propagandístico de la llamada 'operación militar especial' estaba condicionado a su rapidez. Pero lo que el Kremlin presentó como una incursión fácil y breve, que no iba a afectar a los rusos, ha acabado por impactarlos de lleno. Este otoño (boreal), Putin tendrá que navegar una crisis económica que amenaza con llevar a Rusia al impago de deuda y a la escasez. Moscú se enfrenta a la encrucijada de financiar una guerra que no puede permitirse perder con cada vez menos medios, lo que le llevará a recortar en otras áreas del presupuesto federal, ya afectadas desde hace años."

2. "Putin también se equivocó al creer que la respuesta de Europa sería más tímida, aunque tenía sus razones. Tanto en la guerra con Georgia de 2008 como en la anexión de Crimea de 2014, la Unión Europea se limitó a imponer unas pocas sanciones y a continuar estrechando relaciones comerciales y energéticas con Rusia. La baza de Putin era la dependencia de países como Alemania del gas ruso: las perspectivas de una crisis energética pesarían demasiado sobre los europeos como para reaccionar."

3. "Gracias a Putin, el Kremlin se arriesga a perder la influencia global que tanto ansía tener. El empeño de conquistar Ucrania está dejando a Rusia más débil: aislada internacionalmente, atascada en una guerra larga, y con una grave crisis económica, menos capacidades militares y con una población descontenta."

5 puertos

Pero El Orden Mundial tiene otro trabajo que exhibe una suerte de contradicción con el primero, quizás porque el plan ruso es anterior a la invasión a Ucrania, y así plantea un enfoque diferente del proyecto ruso acerca del mundo que viene: 'La estrategia de los 5 mares', por Álvaro Merino (que depende, por cierto, de que Rusia conserve el control del Mar de Azov):

"(...) el presidente de Rusia ha desempolvado un viejo anhelo de Pedro el Grande para hacer de Moscú el centro de la navegación mundial, 'la estrategia de los 5 mares'.

“Un soberano que solo tiene un ejército tiene una mano, mientras que quien además posee una marina, tiene 2”, afirmó una vez Pedro el Grande. El zar se había dado cuenta de que para rivalizar con otras potencias —y participar en la colonización de las Indias, América y África— necesitaba una flota. Para ello conquistó Mariúpol, se hizo con el control del mar Negro y se abrió paso hasta los mares de aguas calientes.

Pero su gran victoria llegó desde latitudes más al norte: tras aplastar a suecos y cosacos, construyó en 1703 a orillas del Báltico la nueva capital de su imperio, San Petersburgo, un «puente» entre Rusia y Europa. Allí fundó también la Armada rusa, que conserva el emblema que Pedro el Grande imaginó, dos anclas que miran a este y oeste.

Al igual que el zar, Putin anhela una flota puntera capaz de navegar por todo el globo, y se ha centrado en potenciar una estrategia que además tiene en Moscú su pieza central: el sistema unificado de aguas profundas de la Rusia europea, con cerca de 6.500 kilómetros.

Con la capital ubicada junto a un río navegable unido con el Volga, el Estado ruso lleva tejiendo desde hace décadas —especialmente desde finales de la 2da. Guerra Mundial— una red fluvial que conecta Moscú con los cinco mares que rodean la frontera occidental del país —el Blanco, el Báltico, el de Azov, el Negro y el Caspio—. Para ello, ha aprovechado la corriente del Volga —columna vertebral de la Rusia europea—, los ríos Don y Svir, el lago Onega y diversos canales.

El sistema cuenta con una profundidad media de 4 metros, lo que posibilita el tráfico de mercancías y pasajeros. Lo que aún no permite es la circulación de una flota de gran calado, pero ya se ha proyectado el canal Eurasia, cerca de Volgogrado, para abrir una nueva ruta entre el Caspio y el mar de Azov.

El proyecto ya había sido planteado antes de la IIGM, fue rescatado por Putin en 2007 y, aunque aún se encuentra en una fase muy inicial, la empresa china estatal de ingeniería y construcción SinoHydro se ha asegurado su participación en la construcción, planeada para 2027.

En este sentido, la retirada del ejército ruso de algunas posiciones en Ucrania no empaña la conquista total del mar de Azov, una base naval desde la que podría llegar a lanzar ataques a gran escala desde el agua. En la guerra de Siria, por ejemplo, su flota disparó misiles desde el mar Caspio.

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Objetivo: puentear Europa

Pero por mucho que Rusia haya mejorado su conectividad marítima gracias a la estrategia de los cinco mares, no hay que olvidar que la banquisa de hielo ártica sigue imposibilitando la ruta que se abre al este desde el mar Blanco. Tampoco que los mares europeos cuentan con estrechos controlados por la OTAN que, en caso de conflicto, pueden quedar bloqueados.

Por eso Moscú se ha volcado hacia el Caspio, un mar cerrado geográficamente pero que abre nuevas puertas hacia Asia Central y el golfo Pérsico. De hecho, Rusia participa junto con India, Irán y Azerbaiyán en el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INTSE, por sus siglas en inglés), una red de transporte de 7.200 kilómetros de longitud que pretende reforzar la conectividad comercial entre urbes como Moscú, Astracán y las ciudades iraníes de Teherán, Bandar Abbás o Bandar Anzali.

El INTSE aún necesita reforzar su infraestructura para erigirse como una alternativa a la gran ruta marítima que atraviesa el canal de Suez y rodea Europea hasta alcanzar Ámsterdam o San Petersburgo, pero un estudio en 2014 ya comprobó que permite ahorrar cerca de 2.500 dólares por cada 15 toneladas de mercancía.

Por si fuera poco, el corredor pretende ser complementario al acuerdo de Ashgabat, un marco de cooperación también en el campo del transporte de bienes suscrito entre Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Irán, India, Pakistán y Omán que entró en funcionamiento en 2016. Y también podría sincronizarse con el corredor China-Asia Central comprendido dentro de la Nueva Ruta de la Seda.

De esta forma, la prolongación del sistema unificado de aguas profundas hasta India a través del Caspio sí que podría convertir a Rusia en la potencia naval continental que sueña Vladimir Putin, al menos en lo que al comercio se refiere, ya que le permitiría mejorar sus lazos con Asia y romper cualquier relación de dependencia que pudiera conservar con Europa. (...)".

El próximo proyecto

En tanto, la web opositora rusa Meduza cuenta otro proyecto de Putin, más reciente que el anterior, recordando que hay una Casa Rusa en Ciudad de Buenos Aires pero si se evalúa su influencia, la gente de Meduza queda muy conspiranoica. No obstante, el dato aquí va:

"(...) A pesar de que las autoridades rusas (y Vladimir Putin personalmente) afirman regularmente que incluso ahora Rusia es apoyada en todo el mundo, con la excepción del "Occidente colectivo", en la práctica este no es el caso. Por ejemplo, a principios de octubre, solo 5 países se opusieron a la resolución de la ONU que condenaba la anexión de territorios ucranianos. Además de la propia Rusia, estos son Bielorrusia, Siria, Nicaragua y Corea del Norte.

En este contexto, las autoridades rusas decidieron actualizar su propio concepto de "poder blando", una vez que fue en el marco de este concepto de influencia en otros países que apareció el canal Russia Today, que finalmente se convirtió en el principal portavoz de la guerra.

Si anteriormente Moscú, entre otras cosas, trató de apoyar los movimientos de oposición en los países occidentales, ahora se planea promover a Rusia solo como un "líder global de los países oprimidos". (...)

La apuesta se realizará en:

  • algunos países del sur de Europa (por ejemplo, Grecia y Portugal);
  • Sudamérica;
  • África;
  • Asia.

Rusia ha trabajado con países individuales en estas regiones antes. Ahora el Kremlin espera que haya más socios. (...):

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Vladimir Putin en mural con Hugo Chávez.

Vladimir Putin en mural con Hugo Chávez.

En general, el Kremlin pretende promover la idea de la "decadencia de Occidente" y la redistribución de fuerzas en la política mundial. “En pocas palabras, Estados Unidos está *****”, precisó uno de los interlocutores de Meduza.

Tal como lo concibió el Kremlin, la promoción de Rusia como líder del “movimiento anticolonial” (trabajando con los medios locales, las “élites”, etc.) será manejada por Rossotrudnichestvo a través de sus sucursales en diferentes países: los llamadas 'Casas Rusas'. En el otoño de 2022, tales 'casas' comenzaron a abrirse activamente en los países africanos).

https://twitter.com/CasaRusa_Madrid/status/1588101438168784896

Esta organización está dirigida por un diplomático, exdiputado de la Duma estatal e hijo del exprimer ministro ruso Yevgeny Primakov, Yevgeny Primakov, Jr. El Consejo Público de Rossotrudnichestvo está encabezado por Igor Chaika, una persona involucrada en investigaciones anticorrupción e hijo del ex Fiscal General, y ahora el plenipotenciario presidencial en el Distrito Federal del Cáucaso Norte, Yuri Chaika.

Según una de las fuentes, solo en América del Sur se destinarán varias decenas de millones de dólares para la promoción del "poder blando". Está previsto que Rossotrudnichestvo los reciba tanto del presupuesto como de empresarios leales a las autoridades rusas."

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