Annobón es una isla chiquita perdida en el Atlántico con una historia más grande que su mapa. Alguna vez fue parte del Virreinato del Río de la Plata, hoy pertenece a Guinea Ecuatorial y custodia enormes reservas petróleo, pero su primer ministro mira a Argentina, le pide apoyo a Javier Milei y revive un pasado olvidado que todavía late fuerte.
MINA DE ORO EN EL ATLÁNTICO
Annobón: La isla con pasado virreinal, mucho petróleo y ojos puestos en Argentina
La isla africana de Annobón, descubierta en 1473, formó parte del Virreinato del Río de la Plata y atravesó siglos de colonización, rebeliones y abandono.
Una isla colonizada, olvidada y... ¿rioplatense?
La historia de Annobón arranca fuerte: fue avistada por el explorador español Diego Ramírez de la Díaz en 1470 y la llamó San Antonio, pero fueron los portugueses quienes la "descubrieron oficialmente" tres años después, un 1° de enero de 1473, día que le dio su nombre: Ano Bom (o "Buen Año" en español). Para 1474, ya estaban instalando los primeros colonos: esclavos traídos desde Angola. De ahí nació una sociedad única, mezclada entre África, Portugal y más tarde, España.
Pero el destino de la isla cambió en 1778, con el Tratado de El Pardo: a cambio de que España reconociera territorios que Portugal ocupaba en Brasil, los portugueses entregaron a los españoles Annobón, Fernando Poo (hoy Bioko) y parte de la costa de Guinea. Cuando los españoles intentaron hacer valer su soberanía, los isleños los sacaron a patadas, al grito de "herejes" por confundir los leones del escudo español con perros.
Durante un breve período administrativo, Annobón fue parte del Virreinato del Río de la Plata. Sí, la misma estructura colonial que abarcaba Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Aquella relación fue más simbólica que efectiva, porque la lejanía y el desinterés de las autoridades coloniales dejaron a la isla prácticamente abandonada. Tanto, que durante años se autogobernaron mediante un consejo de cinco ancianos, mientras España y Portugal discutían a quién pertenecía el islote perdido en medio del Atlántico.
Y por si fuera poco, en 1801 los británicos instalaron un fuerte en la actual San Antonio de Palé, con el visto bueno español, para frenar el tráfico de esclavos. Así, en menos de 400 años, Annobón pasó por manos portuguesas, españolas, autóctonas y británicas.
Pesca, petróleo y una petición desesperada a la Argentina
Hoy, Annobón es la provincia más pequeña y más austral de Guinea Ecuatorial. Está tan alejada del continente que casi nadie se acuerda de ella, ni siquiera el propio gobierno al que pertenece. Tiene poco más de 5.000 habitantes y dos pueblos: San Antonio de Palé y Mabana (antes San Pedro). Hay un hotel con 55 habitaciones que casi nunca se llena, no hay vuelos regulares ni barcos que lleguen con frecuencia. Viven de la pesca y de lo que da el bosque, aunque los recursos son limitados y los servicios básicos brillan por su ausencia.
Orlando Cartagena Lagar, su primer ministro, denunció en varias entrevistas que su pueblo vive bajo un sistema de opresión brutal. "Sufrimos una agresión permanente. Llevamos años gritando, pero nadie nos oye", dijo hace poco en Radio Rivadavia. El reclamo no es nuevo: en 2022 declararon su independencia de Guinea Ecuatorial, aunque no fueron reconocidos internacionalmente.
Su pedido a la Argentina, aunque suene exótico, se basa en un vínculo histórico real: "Podemos ser parte de Argentina; podemos ser una provincia o un estado anexado", lanzó. Y aclaró: "Anexar es una palabra peligrosa, porque nosotros no estamos pidiendo socorro para ser víctimas de otro imperio. Le estamos pidiendo a Argentina su apoyo".
En lo económico, Annobón también es una ficha clave en el ajedrez geopolítico del Golfo de Guinea. Aunque la isla no produce petróleo directamente, gracias a su ubicación le permite a Guinea Ecuatorial reclamar derechos sobre una inmensa área marítima rica en hidrocarburos. Según estimaciones, hay hasta 34 mil millones de barriles de petróleo en la zona. Y esa riqueza, en vez de beneficiar a los isleños, sirvió para financiar el régimen autoritario de Teodoro Obiang, el presidente que gobierna con mano de hierro desde 1979.
Mientras tanto, la gente en Annobón vive sin agua potable, sin luz, sin médicos y bajo amenaza constante. En 1993, incluso hubo una rebelión contra el gobernador impuesto por Malabo, que terminó con ejecuciones extrajudiciales. Desde entonces, la situación sigue igual o peor.
Así, la pequeña isla que alguna vez fue parte del mismo mapa que Buenos Aires hoy vuelve a mirar hacia el sur. Y aunque nadie espera que la bandera argentina flamee en Annobón, el pedido de ayuda reabre una historia que muchos en el país ni sabían que existía.
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