Anticipando un cambio de signo político en la Presidencia de la Nación, Domingo Cavallo lanzó una advertencia a los opositores sobre cómo desarmar el cepo cambiario, sobre el cual alertó que no se podrá eliminar inmediatamente sino de manera paulatina y acompañado de otras medidas a fin de evitar una “explosión hiperinflacionaria”, un desenlace que asegura que forma parte de la estrategia política de Cristina Fernández de Kirchner, una vez que el Frente de Todos (FdT) deje el poder.
MEDIDAS PAULATINAS
Domingo Cavallo alerta: Extirpar el cepo provocará una hiper
El exministro de Economía, Domingo Cavallo, aseguró que la "estrategia de CFK" es que la hiperinflación le estalle al próximo gobierno y advirtió sobre el cepo.
Cautela en las promesas
El ex ministro de Economía de Carlos Menem y Fernando De la Rúa, Domingo Felipe Cavallo, le recomendó a la oposición “ser cautelosa con sus promesas” de campaña en materia económica ya que, de no desatarse una hiperinflación en lo que queda del mandato de Alberto Fernández, eso se convertirá en el principal riesgo para la próxima administración que asuma el 10 de diciembre.
Para evitar el desenlace que estima Cavallo, el economista recomendó implementar un ajuste fiscal y dar tiempo a la economía para digerir el exceso de pesos antes de eliminar las restricciones cambiarias.
En una entrada de su blog personal, Cavallo explicó: “Un descontrol inflacionario tipo Rodrigazo de 1975 o hiperinflación de 1989 puede acortar o alargar los plazos para que pueda aplicarse un buen plan de estabilización, dependiendo de si se produce antes o después del cambio de gobierno. La razón de esta diferencia radica en el enorme costo social y el efecto demoledor del poder político que tiene la hiperinflación ”.
La estrategia de Cristina Kirchner
Siguiendo con el escrito de Cavallo, el exministro planteó: “La estrategia política que tiene en mente Cristina Kirchner, seguramente basada en los razonamientos económicos de Axel Kicillof, consiste en evitar a toda costa que se desate una hiperinflación antes de la entrega del poder al nuevo gobierno pero que sea inevitable en el transcurso del próximo mandato presidencial ”.
En esa línea, insistió en que “el cepo cambiario, incluso si se limitara al comercio exterior de bienes, permitiendo que todas las demás transacciones se pudieran realizar en un mercado enteramente libre, sin intervención del Banco Central, obliga a ajustar el tipo de cambio controlado al ritmo de la inflación para evitar que se agrave el deterioro de la balanza comercial. Esta virtual indexación retrospectiva del tipo de cambio comercial se constituye en el principal factor de inercia inflacionaria”, razonó el ex ministro.
Camino al ajuste fiscal
“Si la hiperinflación licúa los pasivos remunerados y no remunerados del Banco Central antes del cambio de gobierno y reduce gastos del sector público en términos reales y, sobre todo, permite el sinceramiento de todos los precios internos que están atrasados en relación al precio del dólar oficial, será más fácil la aplicación por parte del nuevo gobierno de un buen ajuste fiscal”, profundizó el economista.
“Si no se produce antes de la entrega del poder, el nuevo gobierno podrá evitar la hiperinflación demoledora del poder político sólo si decide ajustar las cuentas fiscales mediante la reforma del estado, las privatizaciones y la apertura de la economía para eliminar el cepo cambiario del mercado comercial, recién cuando esas decisiones hayan llevado a una fuerte apreciación del tipo de cambio en el mercado libre”, completó.
En cambio, alertó: “si para evitar la inercia inflacionaria que crea el cepo cambiario, el nuevo gobierno decide eliminarlo de inmediato para todo tipo de transacciones, sin que haya habido tiempo para implementar un ajuste fiscal y la economía haya digerido toda la excesiva emisión monetaria anterior, el resultado puede ser una explosión hiperinflacionaria”.
“Si en lugar de hacerlo con esa metodología decide eliminar de inmediato el cepo cambiario con la ilusión de producir el ajuste fiscal recurriendo a una fuerte devaluación que licue deudas, salarios y jubilaciones, al estilo del ajuste de enero de 2002, no encontrará régimen monetario alguno capaz de derrotar a la inflación en un mandato presidencial ”, completó.
“Puede parecer paradojal, pero si para evitar la inercia inflacionaria que crea el cepo cambiario, el nuevo gobierno decide eliminarlo de inmediato para todo tipo de transacciones, sin que haya habido tiempo para implementar un ajuste fiscal y la economía haya digerido toda la excesiva emisión monetaria anterior, el resultado puede ser una explosión hiperinflacionaria, costosísima desde el punto de vista social y demoledora desde el punto de vista político”, concluyó.
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