Hay quienes creen que Javier Milei tenía una percepción equivocada sobre quién lo estaba entrevistando. Que entendió que, por ser una crítica del movimiento Woke y del patrullaje ideológico con sesgo de izquierda, Bari Weiss era una conservadora, y que por eso el Presidente se sintió más que cómodo para decir, por ejemplo, que es un “topo” dentro del Estado argentino con el fin de destruirlo desde su interior. Que se siente dentro de “las líneas enemigas”. Milei tal vez creyó que con sus comentarios agradaba a Weiss. La directora de The Free Press es una liberal, pero en los términos en los que se define en USA, o sea, más cercana a los valores demócratas, más allá de que no tiene una pertenencia partidaria. Milei, en cambio, se abraza al republicano Donald Trump y desea que gane las elecciones del próximo 05/11, aunque en el reportaje haya preferido mantener las formas y no expresar favoritismos. No es nuevo que Milei diga que odia al Estado. Pero debe ser la primera vez que lo dice desde que es jefe de uno. Las críticas se repartieron entre los que se preguntan cómo Milei gestionará y mejorará aquello que odia y los que vieron en esas declaraciones la confesión de un delito: el propio Presidente conspira para destruir el Estado (incluso alguien prometió llevarlo a la justicia).
PANORAMA
La paradoja del presidente de hojalata
Milei permanece ajeno al padecimiento de los ajustados. Mientras se demora en hacer política, la oposición le saca ventaja. La crisis de Pettovello.
Al igual que Iones Wells, Bari Weiss le pidió a Milei algún tipo de mensaje empático para aquellos que sufren el ajuste del que se vanagloria. Pero al igual que ante la periodista de la BBC, el Presidente se negó a hacerlo. “No tengo que lidiar con las emociones, sólo con los números y la realidad”, dijo. La declaración asemeja al mandatario más con un interventor dedicado a hacer correcciones para que los números cierren en la planilla que con un jefe de Estado preocupado por el bienestar general. Esta incapacidad de identificarse con los que la pasan mal se reflejó más descarnadamente en aquellos comentarios en la Universidad de Stanford, donde Milei dijo -palabras más, palabras menos- que a él, como Estado, no le tocaba evitar que una persona “se muera de hambre” -lo que definió como una “externalidad de consumo”- porque ese individuo “a la postre” tomará una decisión para eludir ese trágico devenir. Esa filosofía es la que estaría detrás de decisiones del Gobierno como suspender la entrega de alimentos a los comedores o hacer recaer la mayor parte del ajuste fiscal sobre los jubilados. Este déficit de sensibilidad repercute incluso entre los votantes de Milei. De acuerdo a la última encuesta de la consultora Circuitos, un tercio de lo que se considera “núcleo duro oficialista” observa como principal “debilidad” del Presidente su “política social y educativa”. Más duros, los detractores de Milei optan por caracterizarlo como una persona “sin corazón”. Como el Hombre de Hojalata, aunque aquel personaje del ‘Mago de Oz’ deseaba tener uno.
La cuestiones alimentaria y previsional amenazan a Milei con impactarlo como un búmeran. La oposición se unificó en la Cámara de Diputados para aprobar una recomposición de los haberes jubilatorios además de una nueva fórmula de movilidad. Se unieron bajo un mismo propósito radicales, peronistas -kirchneristas y no kirchneristas- el bloque de Miguel Pichetto, la Coalición Cívica, partidos provinciales y la Izquierda. Esta amalgama no sólo dejó en minoría a los socios de La Libertad Avanza y el PRO, sino que constituyó una circunstancial mayoría especial -de 2 tercios- que podría repetirse con mayor facilidad en el Senado, blindando la eventual ley del veto que Milei agita en nombre del “déficit cero”. El episodio de Diputados expuso que mientras Milei se demora en hacer política y lleva 6 meses sin sacar una sola ley, los “dialoguistas” aceleran y comienzan a desprenderse de prejuicios que tenían hasta hace poco, como aparecer votando junto al kirchnerismo. El Gobierno buscó un rédito levantando la bandera anti K al afirmar en un comunicado que legisladores “con buenas intenciones” cayeron en “la trampa de Máximo Kirchner”, algo tan tirado de los pelos como cuando se sugirió en ámbitos filo-libertarios que Emiliano Yacobitti fue el autor de la movilización que llevó 400 mil personas a la Plaza de Mayo en protesta por el desfinanciamiento educativo.
El comunicado pretendió subsanar el ataque frontal de Milei, que a través de una ilustración calificó como “ratas” a quienes votaron a favor de agregar un gasto de 0,43 puntos del PBI. Luego los llamó “degenerados fiscales”. Sin distinción. Diferenciando a los diputados con “buenas intenciones” que cayeron en una “trampa”, el ala política del Ejecutivo, es decir Guillermo Francos, buscó preservar los puentes con el sector opositor “dialoguista”, al que necesita para la sanción de la ‘Ley Ómnibus’ y el paquete fiscal, que se tratarán en el Senado este 12/06. El flamante jefe de Gabinete negocia con los gobernadores el traspaso de obras para garantizar el acompañamiento de sus legisladores.
La avanzada previsional opositora fue blandida por el Gobierno para explicar la turbulencia financiera de los últimos días. Los bonos cayeron durante 3 jornadas consecutivas y el Riesgo País se disparó hasta cerca de los 1.600 puntos, marcando máximos de 3 meses. Es cierto que la media sanción en Diputados agregó incertidumbre sobre qué tan dueño del plan fiscal es el Gobierno -de ahí que Milei saliera desembozado a enfatizar que cuidará “la caja”-, pero a la vez eso se da un marco de inconsistencias previas al episodio en el Congreso. Economistas y operadores prestan especial atención a la baja compra de dólares por parte del Banco Central cuando en esta época se espera una mayor afluencia por tratarse de la temporada alta de liquidación de la cosecha de soja. En los primeros días de junio el BCRA incorporó un promedio de US$29 millones a las reservas, cuando la expectativa es que compre un promedio de US$200 millones. Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario adjudica esta situación, además de la caída de los precios internacional y que un 20% de las liquidaciones se fuga a través del mercado financiero (dólar ‘Blend’), a un “lento avance de la comercialización”. Dicho de otro modo: los productores están reteniendo cosecha, básicamente a la espera de un dólar más alto. Según datos procesados por el economista Amilcar Collante, el tipo de cambio oficial está en términos reales un 12% por debajo del que se fijó con el cepo cambiario en 2015. Los contratos de futuros también alimentan expectativas de devaluación, poniendo en tela de juicio el crawling peg de 2% mensual. Con menos dólares en el Central a lo previsto, el levantamiento del cepo se ve cada vez más lejano.
La crisis del Gabinete como signo de debilidad en la gestión es otro elemento que genera dudas entre los agentes económicos. Milei salió en respaldo de su ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, jaqueada por un fallo judicial que la obliga a repartir alimentos acumulados en depósitos. La Cámara Federal convalidó la decisión de primera instancia, un duro revés para la espada legal de Pettovello, la excamporista Leila Gianni, quien no logró convencer a los camaristas, pero se trenzó en una altisonante diatriba con Juan Grabois, el denunciante, en los pasillos de Comodoro Py. Gianni también fue quien denunció en tribunales las supuestas maniobras con los contratos tercerizados en la secretaría de Niñez, polémica que le costó el cargo de Pablo de la Torre. La presentación de la conversa abogada se basa en la presunta declaración ante un escribano del funcionario Federico Fernández, aunque éste no firmó el acta. Proliferan las versiones sobre que Fernández fue presionado para inculpar a de la Torre por las irregularidades.
El fiscal Ramiro González dio impulso a la causa de los contratos pero aún no citó a Fernández. En cuanto al caso de los alimentos, la Cámara Federal no descarta que Pettovello haya cometido uno o más delitos. El viernes circuló la versión de que la fiscal Paloma Ochoa pedirá su indagatoria. La ministra mantiene silencio en medio de rumores de que renunciará a su cargo tarde o temprano. Milei apareció en la sala de prensa de la Casa Rosada para ratificar a su funcionaria y mejor amiga. También lo hizo ante empresarios. Sería además un ejercicio de autopreservación. Milei dijo en radio Mitre que buscan que “entregue” a Pettovello como paso previo a un intento de derribarlo. Por otro lado, mucho se habla de la relación de cercanía entre el Milei y la ministra, y el respaldo emocional que ella significa para el mandatario, de ahí la necesidad de preservarla. La paradoja del presidente de hojalata.
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