Sesiones ordinarias: Javier Milei, los "delincuentes" e Yrigoyen

El antecedente de la asunción

En su asunción como Presidente de la Nación, Javier Milei recibió los atributos de mando por parte del exmandatario Alberto Fernández pero no quiso hablar ante la Asamblea Legislativa conformada por senadores y diputados sino que se retiró y, de espaldas al palacio legislativo, dio un discurso en las escalinatas frente a los manifestantes que se habían congregado en la Plaza del Congreso. Así, marcó su rechazo a la “casta” política que ve en los legisladores, a pesar de que allí también hay representantes de su partido y sus aliados.

El gesto no fue bien recibido por los integrantes del Poder Legislativo y de esa forma comenzó el vínculo de Milei con el Congreso, una relación que se iría volviendo cada vez más ríspida hasta llegar al estallido de esta semana con la caída del tratamiento de la Ley Ómnibus.

Milei y sus voceros hablaron de traiciones, ‘escracharon’ a legisladores y el Presidente los terminó acusando de “delincuentes”. Muy difícil volver a restablecer el vínculo parlamentario después de esas actitudes y por eso el primer mandatario decidió no volver a discutir la Ley de Bases en el Legislativo a pesar de que el proyecto volvió a comisiones para reiniciar la discusión.

Apertura de las sesiones ¿qué dice la Constitución?

Por estas horas, hay dudas sobre la presencia de Javier Milei en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación y sobre si esta vez sí hablará ante los legisladores, ya que la Constitución Nacional así lo dispone.

El art. 99 inciso 8 indica entre las atribuciones del Presidente, que "hace anualmente la apertura de las sesiones del Congreso, reunidas al efecto ambas Cámaras, dando cuenta en esta ocasión del estado de la Nación, de las reformas prometidas por la Constitución, y recomendando a su consideración las medidas que juzgue necesarias y convenientes".

Aquí surgen las interpretaciones encontradas. Primer porque no se menciona la palabra “debe” ni tampoco se titula el capítulo como deberes sino “atribuciones”. Luego, no parece hacer falta la presencia del jefe de Estado si se lee el artículo 63 de la Carta Magna: “Ambas cámaras se reunirán por sí mismas en sesiones ordinarias todos los años desde el 1 de marzo hasta el 30 de noviembre. Pueden también ser convocadas extraordinariamente por el Presidente de la Nación o prorrogadas sus sesiones”.

En una primera apreciación, el Congreso puede reunirse el 1ro de marzo de cada año dando inicio de las sesiones ordinarias sin la necesidad de que el Presidente haga la “apertura”, lo cual es lógio ya que se trata de un poder independiente del Estado.

Luego, está la cuestión de la obligación del jefe de Estado de comparecer ante la Asamblea Legislativa.

Javier Milei y el antecedente Yrigoyen

Félix Lonigro, abogado constitucionalista y profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA), estudió las asambleas legislativas de inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso, de allí detectó que el presidente de la Nación que más cantidad de veces hizo la apertura de las sesiones ordinarias fue Julio Argentino Roca, en 12 ocasiones. Le siguen Juan Domingo Perón, con 11; Carlos Menem, con 10, e Hipólito Yrigoyen y Cristina Fernández de Kirchner, con 8 cada uno.

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Javier Milei en el balcón de la Casa Rosada en el día de su asunción.

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Lonigro habla de "potestad constitucional" y en un artículo que publicó en Infobae recordó que se dictó el decreto 92/22 mediante el cual se anunció que la apertura de las sesiones ordinarias correspondientes al año en curso como paso previo a la inauguración.

Y aquí se enlaza con la posibilidad de no asistir al Congreso: "Lo notable es que el presidente radical (Yrigoyen) siempre hizo las aperturas enviando un discurso, sin asistir personalmente al Congreso. Tampoco asistieron a hacer la apertura de las sesiones ordinarias Bartolomé Mitre en 1866, Roque Saenz Peña en 1914, Marcelino Ortiz en 1939 ni Santiago Castillo en 1941 y 1942".

Tras estos antecedentes, Lonigro da una explicación: "debe tenerse en cuenta que la Constitución Nacional dispone que el primer mandatario “hace la apertura de las sesiones ordinarias”, pero no dice de qué manera". De esta forma, Milei podría obviar su mensaje a los legisladores como hizo en la asunción.

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