CÓRDOBA. Las elecciones 2023 en Córdoba ya tienen un tema asignado por la sociedad como predominante y probablemente definitorio: la inseguridad. El ítem que preocupa es uno de los más mencionados en encuestas y estudios de opinión, además de ser el elegido por la oposición de Juntos por el Cambio para traccionar una batalla contra el oficialismo.
EL TEMA
Elecciones 2023: Inseguridad, la batalla final en Córdoba
Las elecciones 2023 quedaron condicionadas por el escenario en Rosario. En Córdoba hay temor de que pase lo mismo.
Precisamente, en la vereda del peronismo, Martín Llaryora es consciente de que la inseguridad marcará a fuego su performance electoral. El intendente de Córdoba busca ascender a gobernador y reconoce en la gestión de la seguridad una de las pocas falencias señalables a la gestión de Hacemos por Córdoba.
En Córdoba, el problema de la inseguridad se ha acentuado notablemente en los últimos años, y sobre todo luego de la pandemia. Ello, claro, propiciado por las condiciones económicas y a un crecimiento urbano dispar, donde la capital provincial avanza desorganizada y muy rápidamente a comparación del resto de la provincia.
En ese marco, la inseguridad pasó a ser el tema número uno. El problema para Llaryora es que sus posibles antecesores no avanzaron con medidas al mismo ritmo de crecimiento del fenómeno.
Con todo ello a cuestas, el candidato del peronismo admitió públicamente que el problema existe, aunque eso no sería suficiente. Martín Llaryora es consciente de que la herida va a sangrar en la medida que Juntos por el Cambio cuestione la situación, y mucho más aún cuando en el día a día se conocen hechos más y más atroces, sobre todo referidos a robos violentos.
“Nosotros claramente tenemos que fortalecer la fuerza de seguridad. Ustedes saben que se fortaleció el entrenamiento porque pasamos a tres años de preparación. Eso está bien, pero yo apuesto a un cambio de paradigma: tenemos que sumar fuerzas. Sumar fuerzas privadas para algunas funciones”, admitió en el programa Voz y Voto. Y con ello, Llaryora quiere empezar a abordar una temática para intentar evitar que la inseguridad se transforme en un miedo concreto: que Córdoba se transforme en Rosario.
Al respecto, un hecho reciente podría darle el puntapié inicial a la discusión sobre el rumbo cordobés en materia de seguridad, abriendo el mayor desafío para el candidato a gobernador del PJ. Un ataque narco a un centro de rehabilitación ubicado en un barrio periférico desató una marcha impulsada por la Iglesia Católica y el Arzobispo Angel Rossi prevista para esta tarde.
Ese evento, completamente inesperado por la campaña de Martín Llaryora, habría desatado la furia eclesiástica conduciendo a la reunión en el Arzobispado, lugar donde los pasillos ya entonan la idea de que Córdoba podría convertirse en Rosario en menos tiempo del que muchos piensan. Una idea que, a priori, es discutible.
Más allá del aventurado (o no) concepto que la Iglesia pretende instalar a nivel público en Córdoba, Martín Llaryora sabe que es un problema atender. Claro, es su posible talón de Aquiles a la hora de ser elegido en el cuarto oscuro el próximo 25 de junio.
“He sido uno de los pocos intendentes que apoyó a Pablo Javkin, que desde Rosario reclama ayuda para enfrentar al narcotráfico. Creo que deben intervenir las fuerzas federales, y que deben actuar las Fuerzas Armadas. Para enfrentar al narcotráfico se necesita un mayor poder de impacto y considero que estas son las Fuerzas Armadas de la democracia: hay que dejar de lado la ideología y cuidarle la vida a la gente. Los delincuentes tienen que estar tras las rejas y no la gente. Es nuestra responsabilidad liberar los espacios públicos”, explicó sin esquivar el tema Rosario. Además, el intendente de Córdoba aseguró que estaría dispuesto a usar las Fuerzas Armadas en su propia provincia de ser necesario.
“No es mano dura, es mano justa: poner orden y acompañar a las fuerzas de seguridad en la lucha contra el delito, que es dotarlas, capacitarlas, darles instrumentos y combinarlas. Decir claramente que este es el Ejército de la democracia y darle un rol en la lucha contra el narcotráfico, si hacen falta cambios legales, hay que hacerlos”, señaló. No obstante, aseguró que es aventurado pensar que Córdoba pueda convertirse en Rosario en poco tiempo debido a las estratégias de seguridad que se imponen en las provinciales con Santa Fe.
“En Córdoba tenemos una estrategia de frontera que ha logrado demorar ese fenómeno. Estamos a solo 100 kilómetros y sin embargo es completamente diferente la situación si se observan las tasas de homicidios, el modo en que ha penetrado el problema”, apuntó. Algo con lo que los integrantes de la Iglesia Católica y mucho menos en Juntos por el Cambio no estarían de acuerdo.
Así las cosas, parece que las elecciones 2023 en Córdoba ya tienen un tema que hará gravitar a todas las fuerzas. Quien consiga dominar una propuesta que realmente convenza a los vecinos de las grandes ciudades cordobesas como la Capital, Río Cuarto o Villa María (entre otras), será quien obtenga muchos puntos para quedarse con el sillón del gobernador.
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