CONTAGIOSO

Publicaciones saludables en redes sociales, ¿un incentivo para los usuarios?

Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) analizaron el efecto que las publicaciones saludables en redes sociales como Facebook e Instagram tienen en los usuarios. Sinan Aral y Christos Nicolaides del MIT demostraron que el ejercicio es socialmente contagioso.

Los investigadores Sinan Aral y Christos Nicolaides, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), analizaron el efecto que las publicaciones saludables en redes sociales como Facebook e Instagram tienen en los usuarios. ¿Pueden incentivarlos y que adopten otros estilos de vida?

Los resultados demostraron que el ejercicio es contagioso cuando se expone en redes sociales y puede motivar a otros usuarios a realizar actividades físicas.

La investigación, que siguió durante 5 años a más de un millón de corredores, fue publicada en Nature Communications.

Descubrieron una diferencia en cuanto al sexo de los participantes. Tanto hombres como mujeres pueden influir en los hábitos de los hombres, pero sólo las mujeres influir en la rutina de las mujeres. Otra conclusión a la que llegaron es que los corredores menos activos impactan a corredores más activos, pero no al revés.

Para conocer cuánto ejercicio físico realizaba cada uno de los participantes, utilizaron los ‘wearables’, dispositivos que se usan para medir los resultados de los entrenamientos.

Los investigadores establecieron una relación entre los kilómetros recorridos por los participantes, las ubicaciones geográficas, los vínculos en redes sociales y el número de publicaciones e interacciones. El total de km recorridos fue de 350 millones en 5 años y los vínculos en redes sociales de 3,4 millones.

Encontraron que una publicación de una carrera de 10 minutos puede aumentar en 5,3 minutos el rendimiento de su contacto. Por lo tanto, los usuarios intentan superar a la persona que compartió la publicación.

“Encontramos que hacer ejercicio es socialmente contagioso y revelamos así un mecanismo de comportamiento que pude explicar las correlaciones de obesidad y felicidad halladas en trabajos anteriores; nuestros resultados indican que unas estrategias de intervención social que tengan en cuenta los efectos de contagio entre amigos podrán propagar el cambio de comportamientos en las redes sociales de modo más eficaz que las teorías que ignoran el derrame social”, explicaron los científicos del MIT.

En este sentido, un grupo de investigadores de la Universidad del Sur de California (USC) (USA) analizaron las redes sociales y la forma en que se pueden utilizar para estimular cambios en la salud. El estudio fue publicado en la revista Science.

Los especialistas concluyeron que una mejor comprensión de las interacciones humanas (cara a cara y online) puede ayudar a prevenir enfermedades y promover la salud en general.

Thomas W. Valente, profesor de Medicina Preventiva en la Escuela de Medicina Keck, de la USC indicó: "Si el objetivo es frenar el consumo de tabaco en una escuela local, o reducir la propagación de enfermedades de transmisión sexual dentro de una comunidad, es importante comprender la estructura social y la dinámica del grupo".

Valente seleccionó una serie de métodos que utilizan los responsables de salud pública para impulsar cambios en el comportamiento. También explicó por qué determinados métodos pueden ser más eficaces que otros, en situaciones particulares.

"La evidencia indica que las intervenciones a través de la red son muy eficaces. Sin embargo, la ciencia sobre cómo se pueden utilizar las redes sociales para acelerar un cambio de comportamiento, y mejorar el desempeño organizacional, se encuentra todavía en su infancia", explicó Valente.

"La investigación es claramente necesaria para comparar las diferentes intervenciones, y determinar qué es óptimo, bajo qué circunstancias", agregó.

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