MEDICAMENTOS
Una toxina mortal del carbunco funcionaría como remedio para el dolor
Científicos descubrieron que las neuronas que detectan el dolor tienen receptores para la toxina del carbunco, vía que podría utilizarse como tratamiento.
Ahora, un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Harvard y publicado este lunes (20/12) en Nature Neuroscience halló que la toxina mortal tiene capacidad de apaciguar varios tipos de dolor, en pruebas con animales.
De acuerdo a los resultados, la toxina altera la señalización en las neuronas que detectan el dolor y es capaz de suprimirlo cuando se administra de forma selectiva en las células del sistema nervioso central y periférico.
El descubrimiento podrá ser útil para dar una potencial solución a los millones que padecen dolor crónico por diversas causas, que es aquel malestar sostenido por más de tres meses.
Además, el tratamiento funcionaría sin afectar al resto del organismo como hacen otros fármacos. Los opioides, por ejemplo, son los analgésicos más eficaces del mercado pero tienen potentes efectos secundarios y provocan adicción.
Toxina del carbunco o ántrax
Para el estudio, los científicos buscaron determinar en qué se diferencian las neuronas que detectan el dolor de otras neuronas del cuerpo humano.
Descubrieron que las fibras del dolor tienen receptores para las toxinas del carbunco, mientras que otros tipos de neuronas no. Es decir, las fibras del dolor están estructuralmente preparadas para interactuar con la bacteria que causa esta infección.
Luego llevaron a cabo experimentos en los que comprobaron que la toxina altera la señalización de las células nerviosas humanas en el laboratorio y también en animales vivos.
Al inyectar la toxina en la parte inferior de la columna vertebral de los ratones lograron bloquear el dolor sin alterar otras constantes vitales, como la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal y la coordinación motora.
Finalmente, el equipo diseñó un vehículo portador a partir de proteínas del carbunco y lo utilizó para suministrar otras sustancias analgésicas a las células nerviosas.
La primera autora del estudio, Nicole Yang, dijo que los experimentos “demuestran que una estrategia, al menos experimentalmente, podría dirigirse específicamente a las neuronas del dolor con esta toxina bacteriana".
El método todavía debe ser probado y perfeccionado en más estudios con animales y en humanos.