Las bacterias reinan nuestro hábitat natural desde el origen de la vida hace milenios, desencadenando el proceso evolutivo y por ende, nuestra existencia. Es más, ellas residen en el intestino conformando nuestra microbiota. Pero, la urbanización y el abuso de antibióticos está diezmando a estas poblaciones bacteriológicas, siendo un total riesgo para la salud. Es por ello que el proyecto Microbiota Vault resguardará heces con sus microorganismos para evitar una eventual extinción.
PRUEBA PILOTO
Microbiota Vault: 'Arca de Noé de caca' en ¿Patagonia?
La microbiota intestinal está pereciendo ante el consumo de alimentos ultraprocesados. Pero, una bóveda para resguardar las heces humanas evitaría su extinción.
La propuesta Microbiota Vault, está inspirado en el famosa Bóveda Global de Semillas de Svalbard, Noruega, en donde se almacenó la ‘copia de seguridad’ de 1,1 millones de semillas de gran parte de las especies del planeta, a fin de que la biodiversidad vegetal esté a salvo ante una catástrofe natural o nuclear, y pueda seguir como el suministro alimenticio de la humanidad.
“La iniciativa Microbiota Vault se propone preservar la biodiversidad de la microbiota asociada a los humanos, mientras sea posible, mediante la construcción de una institución para el almacenamiento seguro y la preservación de muestras y colecciones de microbiota (…) La Bóveda de la Microbiota interactuará estrechamente con las colecciones de trabajo locales de todo el mundo”, asevera la página oficial del proyecto.
El proyecto en fase piloto, llevado a cabo por la Universidad de ETH Zurich, Universidad de Basel y de Lausanne —Brasil— y Rutgers University —Nueva Jersey— tiene el propósito de conservar varias especies de microorganismos bacteriológicos a través de la recolección de heces humanas de distintas partes del mundo, además de almacenar alimentos fermentados (como el yogurt y queso) en una gran bóveda. A priori, se pretendía construir el ‘banco de heces’ en Suiza, pero por el conflicto en Ucrania y el temor a una escalada bélica, los científicos están evaluando erigirla en la Patagonia Argentina o Groenlandia.
"Queremos un país que tenga una buena infraestructura, sea políticamente estable, a salvo de la guerra y la agitación política", sostuvo la ecologista microbiana María Gloria Domínguez-Bello que lidera la iniciativa internacional, en diálogo con la BBC.
"Las bacterias son el centro de toda vida", agregó en pos de dimensionar la crucialidad de los microbios en nuestro entorno natural y cuerpo, lo que nos brinda una gran protección contra las enfermedades. Su paulatina desaparición consecuencia del uso médico o abuso de antibióticos para infecciones, se relaciona con la proliferación de casos de asma, diabetes y obesidad, según lo expuso.
Sin embargo, no sólo el verdugo es el efecto antibiótico que no distingue bacterias buenas de nocivas, sino que con el advenimiento de la Industrialización y su implicancia directa en los procesos de elaboración de comida, ultraprocesada o con bajo valor nutricional, las 100 millones de bacterias que conforman nuestra microbiota empezaron a reducirse de manera considerable.
“En los últimos 20 años, los brasileños redujeron considerablemente el consumo de frijoles, que era uno de los pilares de la dieta del país y una de las principales fuentes de fibra en la dieta", destacó el microbiólogo Christian Hoffmann, único representante brasileño que colabora con la Bóveda de la Microbiota. Cabe destacar que la fibra —encontrada en alimentos como lechuga, acelga, zanahorias crudas y espinaca, etcétera— sirve de sustento alimentario a las bacterias de nuestra flora intestinal, nos ayudan a adquirir los nutrientes y ayudan para que el bolo fecal sea consistente. Lamentablemente, la fibra natural está siendo desplazada por los alimentos ultraprocesados como papa fritas, verduras o snacks congelados.
En relación a ello, algunos países subdesarrollados y comunidades rurales estarían ganando la batalla, debido al consumo de alimentos caseros y frutas y verduras sin agrotóxicos (que liquidan las microbios saludables). Aunque se estima que para el 2050, la población que resida en áreas urbanas crecerá un 70 % más, así lo advirtió la OMS.
En cuanto a la baja carga microbial intestinal, según Maria Gloria Domínguez Bello, los pueblos originarios del Amazonas tienen más variedad de bacterias en sus intestinos -el doble- que el hombre moderno-urbano, lo que acreditó a través de un estudio de materia fecal.
"Y, cuando investigamos más a fondo, vimos que los pueblos que empezaron a tener contacto con los servicios de salud y empezaron a recibir antibióticos también sufrieron una pérdida de diversidad bacteriana muy rápidamente", develó la científica.
Ahora bien, el descenso de la microbiota del sistema digestivo humano también está ligado al aumento de partos por cesárea, ya que el bebé no tiene contacto piel con piel con los microorganismos de su madre dada la extremada asepsia, lo que sí sucede en un parto natural cuando la criatura sale a través del canal de parto topándose con bacterias fecales.
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