Desde hace más de una década, la neurociencia viene investigando si existe una predisposición genética para caer en las drogas o si está determinado por el medioambiente. Ahora, un estudio profundiza sobre lo contrario, es decir, que lleva a alguien a que no quiera consumirla jamás.
MENTE Y CUERPO
Drogas: Científicos identifican factores en adolescentes que no consumen
Un estudio identifica los factores que ayudan a los adolescentes a evitar las drogas. Anteriormente se ha investigado cómo el TDAH, el TLP y ciertos genes pueden predisponer al abuso de sustancias.
Este último tiempo el campo de la salud mental ha seguido el rastro de genes y ciertos factores de riesgo que determinan el desarrollo de una drogodependencia.
A tal punto que han descubierto que varios adictos tienen de base un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o un a Trastorno Límite de la personalidad (TLP).
Tanto en el TDAH, un trastorno del neurodesarrollo de nacimiento, como en el TLP, un trastorno de la personalidad (determinado por genes y contexto social) cuentan con problemas en la regulación de la dopamina, sobre todo el primero, con la serotonina, en el caso del segundo, o con noradrenalina, lo que los lleva a aplacarse con alcohol o ciertos estupefacientes y activarse con el subidón de otros, lamentablemente.
Pero este año se fue aún más allá de las variables anteriormente mencionadas, que influyen en una adicción.
Un grupo de científicos investigaron cuáles son los factores para que algunos adolescentes no caigan nunca en las drogas, a pesar de ser incitados por su entorno.
Factores que protegen contra la droga, para no probarla
Un equipo de la Universidad de Córdoba en España analizó exhaustivamente unos 8000 trabajos sobre la drogodependencia, los genes y los contextos sociales para buscar algún indicio de por qué algunos adolescentes nunca caen en la droga, pese a que sus amistades los inciten a probarla.
En España, las cifras muestran que la edad media de inicio de consumo de alcohol se sitúa en los 13,9 años, la del tabaco en los 14,1 años y el consumo de cannabis comienza a los 14,9 años.
Mientras que en Argentina en la preadolescencia comienza el uso de tabaco a los 13 años, la ingesta de bebidas alcohólicas a los 14 y se inician en las drogas entre los 12 y 16 años.
A diferencia de ello, ciertos adolescentes han decidido nunca probar cannabis, ni cocaína ni éxtasis. Definitivamente ellos son la muestra de análisis de la investigación del Laboratorio de Estudios sobre Convivencia y Prevención de la Violencia (LAECOVI) de la Universidad de Córdoba.
Raquel Espejo Siles y Joaquín Rodríguez-Ruiz del (LAECOVI) a cargo del estudio, comprobaron que aunque existe una gran variedad de factores protectores (como individuales, familiares o la escuela), en realidad son dos los más importantes: la edad y el tipo de sustancia.
En ese sentido, factores de los entornos familiares, escolares y amistades como la vigilancia parental o el sentimiento de apego hacia la escuela, protegen contra el consumo de sustancias en la adolescencia temprana, pero a medida que pasa el tiempo pierden su influencia protectora.
“A medida que se avanza en la adolescencia y los iguales son más influyentes, las estrategias de prevención pueden hacer más hincapié en la cultura de los iguales. A partir de los 16, cuando ya tienen un desarrollo más avanzado, pueden entrar en cuestiones individuales como fomentar el autocontrol o la toma de decisiones responsables”, añade Rodríguez-Ruiz.
Los investigadores señalan que se debe tener en cuenta el tipo de sustancias ya que, según sus estudios, un factor individual como la asertividad (decir que "no") no es efectivo contra el consumo por separado de alcohol, tabaco o cannabis, pero sí protege del policonsumo.
Además, el estudio reveló que el deporte formal (enlistarse en rugby o fútbol, por ejemplo) disminuye en creces la probabilidad de caer en el alcohol. A su vez, el hecho de que preadolescentes crezcan en entornos que no están libres de humo, y junto a personas con antecedentes penales, aumenta muchísimo la probabilidad de consumo.
La investigación también recalcó en las estrategias de prevención, que deberían no sólo hacer hincapié en la sustancia o la edad, sino que deben ser agiornadas a la actualidad, teniendo en cuenta el auge de consumo de vapeadores y la influencia de las redes sociales entre los adolescentes.
Como explica Espejo Siles, “estamos ante un fenómeno que va cambiando con nuevas formas de consumo y nuevas formas de relacionarse por parte de los adolescentes”.
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