La glucosa es la principal fuente de combustible del cuerpo humano, por lo que los niveles de azúcar en sangre están directamente relacionados con los alimentos. Mantenerlos bajo control es esencial para la salud física y el bienestar.
IMPORTANTE
Azúcar en sangre: Cuándo es normal y cuándo preocuparse
Demasiada o muy poca glucosa durante un tiempo prolongado puede provocar problemas de salud graves en las personas.
Pero, ¿qué se considera normal y cuándo preocuparse?
No existe un valor universal único que describa un nivel saludable de azúcar en sangre, ya que varía entre individuos según factores que incluyen la edad, afecciones médicas y medicamentos. También está fuertemente vinculado a la última comida.
Por lo tanto, los especialistas hablan de “niveles normales de azúcar en la sangre” para referirse a un rango de valores que se consideran saludables.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un rango normal en ayunas, es decir, la cantidad de glucosa al menos ocho horas después de una comida, es de 70 a 100 miligramos por decilitro (mg/DL).
Para la mayoría de las personas, comer o beber algo azucarado provocará un aumento temporal.
De acuerdo a lo establecido por la Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA), el azúcar en la sangre dos horas después de comer no debe exceder los 140 miligramos por decilitro.
Sin embargo, las personas con ciertas afecciones metabólicas, como prediabetes o diabetes, suelen tener un nivel más bajo de lo que sugieren esas pautas.
Las fluctuaciones son normales y reflejan cómo el cuerpo absorbe, usa y almacena este importante combustible en un momento dado.
Cuando la comida llega al estómago, las enzimas digestivas descomponen las moléculas de carbohidratos complejos en partículas más pequeñas: azúcares como la glucosa. Luego, es absorbida por el intestino delgado y finalmente pasa al torrente sanguíneo, donde se distribuye por el cuerpo.
¿Cuándo preocuparse?
El cuerpo está preparado para mantener constantes los niveles de azúcar en sangre y hay suficientes razones para que así sea: demasiada o muy poca glucosa puede provocar problemas de salud graves.
Cuando hay demasiada durante un tiempo prolongado (hiperglucemia), puede provocar daños severos en los nervios, deterioro de la inmunidad y enfermedades cardíacas y renales.
Por otro lado, la falta de glucosa en la sangre durante varios minutos u horas (hipoglucemia) puede afectar negativamente el funcionamiento del sistema nervioso. Los síntomas comunes incluyen fatiga, desmayos, irritabilidad y, en casos raros, convulsiones, coma y muerte.
Por eso las personas con diabetes a menudo usan un dispositivo llamado monitor continuo de glucosa.
Esta enfermedad hace que los niveles de azúcar en sangre son demasiado altos, ya sea porque el individuo no produce insulina (diabetes tipo 1) o porque no puede producir o usar la insulina de manera eficiente (diabetes tipo 2).
Pero en general, según la ADA, la mayoría de los adultos con diabetes sin embarazos en curso, el rango objetivo en ayunas debe estar entre 80 y 130 mg/DL. Mientras tanto, unas dos horas después de comer para el mismo subgrupo debe ser inferior a 180 mg/DL.
En general, comer muchas frutas y verduras, mantener un peso saludable y hacer actividad física regular junto con la medicación pueden ayudar a estabilizar y mantener niveles normales de azúcar en sangre en personas con diabetes tipo 2.
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