Oscar 2023: Una favorita de Netflix que es made in Alemania

La particularidad de esta historia es que a pesar de ser la tercera adaptación que se crea del libro homónimo, esta producción está íntegramente realizada desde las manos alemanas, lejos de las historias conmovedoras estadounidenses que rozan el sentido propagandístico.

Aunque tuvieron un estancamiento muy pronunciado en este último tiempo, las películas en torno a conflictos bélicos tuvieron un revival en el público gracias a producciones como ésta y Narvik, que buscan enfocarse en temáticas más humanas, y reflejar los conflictos como lo que son, junto a las consecuencias reales que traen bajo el disfraz del patriotismo.

Sin Novedad en el Frente comienza con un plano general de los biomas montañosos, enmarcados por la sombría quietud, mientras que una tormenta de relámpagos traspasa con su sonido a la cordillera, pero no es una tormenta ni son relampagos, ya que es la estela despiadada que deja la guerra a su paso.

Sin novedad en el frente: De qué trata la película nominada al Oscar 2023

Esta tercera adaptación de la novela antibélica de Erich María Remarque, que narra la historia de Paul Bäumer (Felix Kammerer), un joven de 18 años que, junto a sus amigos, motivados por sus profesores, deciden enlistarse en el ejército para ir a pelear al frente occidental durante la Primera Guerra Mundial.

Al llegar a las trincheras deberán enfrentarse a la realidad del conflicto bélico para dejar atrás sus fantasías sobre la guerra. Al mismo tiempo, y de forma paralela, seguimos al político alemán Matthias Erzberger (Daniel Brühl) quien busca llegar a un acuerdo con las potencias aliadas para terminar todo el conflicto y así evitar el derramamiento de sangre.

Se podría pensar que al tener ya dos adaptaciones previas del texto de Remarque (la primera fue ganadora del Oscar a Mejor Película y Mejor Dirección en 1930) ya no habría nada más para explorar, pero el director logra darle nueva vida a la novela gracias a los extraordinarios apartados técnicos.

La fotografía (a cargo de James Friend) nos sumerge de lleno en las trincheras del frente occidental y también en tierra de nadie gracias a sus magníficos planos secuencia, permitiéndonos apreciar el diseño de producción y los efectos especiales de las explosiones con cada ataque de cualquiera de los dos bandos en conflicto.

El sonido es otra pieza fundamental del maravilloso ensamble técnico pues además de hacer más inmersiva la experiencia también logra generar momentos potentísimos para el protagonista, al eliminar por completo el audio o sustituirlo por la música. Los silencios son tan importantes como el ruido a la hora de narrar una historia.

Netflix: Una película con un estremecedor mensaje anti-bélico

Por otro lado es menester destacar la actuación de Felix Kammerer, quien logra transmitir la inocencia de Bäumer al principio, para luego conforme avanza la cinta, endurecerse progresivamente hasta llegar al punto en donde ya nada le importa.

Este personaje lo ha perdido absolutamente todo, y debe batirse a duelo con el enemigo minutos antes del final de la guerra por culpa de un orgulloso general. Ahí es donde verdaderamente se logra entender la transformación total del intérprete, su descenso a la locura, a la indómita animalidad que generan las consecuencias de la guerra en la psiquis de este joven soldado.

El guion es una crítica recalcitrante, totalmente anti-bélica: Se ve en el contraste de la vida de Paul Bäumer y sus colegas en el frente, contra la situación acomodada del general (Devid Striesow), sumado al vulnerable personaje de Daniel Brühl, un político cuyo hijo falleció en los primeros meses de la guerra, y que busca como único propósito detener el conflicto.

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Él es de los pocos que logran entender el sinsentido del aparato bélico y cómo las “muertes honrosas” de los soldados son en realidad una cruel masacre sin propósito. Durante la introducción de la cinta, puede apreciarse un gesto brutal que enarbola el objetivo de la película, cuando el ejército alemán reutiliza los uniformes de soldados muertos para dárselos a los nuevos reclutas como si fuesen nuevos.

Los jóvenes son simples piezas desechables en un tablero mucho más grande, pero al final de 1918, el frente sólo se había movido unos cientos de metros. 17 millones de personas perdieron la vida por unos cuantos metros de tierra.

Esa frase sobre la pantalla en negro es vital para entender el mensaje de la cinta, la crítica hacia el sinsentido que es la guerra, y al mismo tiempo tiene una vigencia aterradora si contemplamos con detenimiento nuestra realidad.

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