El gobierno de Rusia declaró este lunes que "no son creíbles las excusas" de las autoridades ucranianas para no recibir los cadáveres de los soldados de Kiev caídos en combate, en el marco de un canje de cuerpos de militares muertos de ambos bandos.
TRAS ESTAMBUL
Ucrania niega a sus cadáveres y Rusia sentencia: "Excusas no creíbles"
Ucrania no quiere repatriar los 2mil cadáveres de sus soldados que han caído en batalla, tras el beneplácito de Rusia. Los motivos detrás, pese a que el Kremlin no crea en los pretextos.
09 de junio de 2025 - 16:10
Tal intercambio de cuerpos de ambos frentes de guerra, caídos en combate, así como la liberación de todos los prisioneros menores de 25 años y con enfermedades graves, fue pactado por las delegaciones rusa y ucraniana en su último encuentro en Estambul.
Pero ahora, tras la negativa de Ucrania a repatriar los cadáveres de sus propios soldados, el Kremlin ha asegurado que se trata de meros “pretextos”.
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"Hemos visto y oído cientos de excusas, justificaciones, diferentes, pero es poco probable que puedan ser aceptadas", ha declaró el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, quien ha incidido este lunes en rueda de prensa que la parte rusa "sigue dispuesta a implementar los acuerdos alcanzados en Estambul".
"Esperemos hasta principios de semana y veamos cómo evoluciona la postura de Ucrania", dijo Peskov, según recoge la agencia Interfax. Ante alguna de las preguntas, ha explicado que aún es pronto para valorar la posibilidad de recurrir a instancias internacionales para obtener ayuda en esta cuestión.
"Hubo un acuerdo a nivel bilateral y primero debemos entender si Ucrania se niega a cumplir esos acuerdos", señaló Peskov.
Ruptura de diálogos tras la operacion Telaraña y el ataque aéreo masivo de Rusia
El viernes 7 de junio, Rusia trasladó 1.212 cadáveres de militares ucranianos caídos en combate a un punto en la frontera previamente acordado según los pactos de Estambul. Sin embargo, según la delegación rusa, la entrega no se concretó, ya que “nadie se presentó por parte de Ucrania”.
Sin embargo, Kiev le restó importancia a las declaraciones rusas y aseguró que el intercambio sigue en marcha, aunque admitió que no se había acordado con claridad el lugar para recibir los cuerpos de los soldados caídos.
"Llamamos a la parte rusa a no crear obstáculos artificiales y declaraciones falsas para evitar devolver a los prisioneros ucranianos y para no llevarse a Rusia a sus prisioneros", declaró el Ministerio de Defensa de Ucrania en un comunicado en Telegram.
Hace una semana, las delegaciones de Rusia y Ucrania acordaron, en el marco de la segunda ronda de negociaciones directas en Estambul, el intercambio de cadáveres de ambos bandos, así como el canje de todos los prisioneros de guerra menores de 25 años, y de aquellos gravemente heridos o con enfermedades graves.
No obstante, todo indica que esta habría sido la última ronda de negociaciones, ya que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció el miércoles que rechazaba la oferta de Ucrania de mantener nuevas conversaciones directas de alto nivel. La decisión se da como represalia por la llamada “Operación Telaraña” —que muchos comparan con el ataque de Japón a Pearl Harbor— y por la voladura de varios puentes en Crimea.
La operación ucraniana, apodada Operación Telaraña, se centró en atacar cuatro aeródromos de bombarderos estratégicos rusos, incluyendo uno ubicado a más de 4.000 kilómetros de la frontera ucraniana, en pleno corazón de Siberia, y otro en el lejano norte, cerca de Múrmansk, dentro del Círculo Polar Ártico.
Cerca de 150 drones ucranianos participaron en el primer ataque registrado contra territorio siberiano, con el objetivo de golpear la flota aérea militar rusa. Los blancos incluyeron la aldea de Sredniy, en la región de Irkutsk, así como aeródromos en las regiones de Murmansk (Olenya), Ivánovo (Ivanovo) y Riazán (Diaguilevo).
Según estimaciones preliminares, los drones FPV (con pilotaje nocturno y visión remota) destruyeron 41 aeronaves de la aviación estratégica rusa, entre ellas un A-50, varios Tu-95 y Tu-22M3. El ataque representó una herida profunda al corazón de la fuerza aérea del Kremlin.
Pero frente a esto, Rusia no se quedó de brazos cruzados y respondió con uno de los ataques más masivos desde el inicio de la guerra, lanzando más de 400 drones y alrededor de medio centenar de misiles de crucero y balísticos contra prácticamente todo el territorio ucraniano.
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