"OCUPACIÓN DEL ENCLAVE"
Tregua en Líbano: Imposible en Gaza por los socios supremacistas de Netanyahu
Aunque el alto el fuego otorgó esperanza en Medio Oriente, los extremistas de la coalición de Benjamín Netanyahu impiden una tregua similar en Gaza.
Joe Biden dijo que el acuerdo alcanzado allanaría el camino para “el fin de los combates" en el enclave y anunció que en los próximos días, Estados Unidos hará otro esfuerzo con Turquía, Egipto, Qatar, Israel y otros para lograr otro alto el fuego.
Incluso Hamas este miércoles (27/11) aplaudió el acuerdo y dijo estar listo para una tregua en Gaza.
“Estamos comprometidos a cooperar con cualquier esfuerzo para alcanzar un alto el fuego en Gaza y estamos interesados en poner fin a la agresión contra nuestro pueblo. Hemos informado a los mediadores en Egipto, Qatar y Turquía que Hamás está dispuesto a un acuerdo de alto el fuego y a un acuerdo serio para intercambiar prisioneros", declaró a la AFP un responsable del grupo terrorista.
Israel debería aprovechar la pérdida del apoyo activo de Hezbollah por parte de Hamás y avanzar hacia un acuerdo de alto el fuego y un acuerdo sobre los rehenes, que salvará las vidas de los 50 rehenes que han sobrevivido a un largo cautiverio.
Sin embargo, los ultraortodoxos judíos y populistas, el ministro de finanzas y el de seguridad, Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir respectivamente quieren repoblar la devastada franja con asentamientos israelíes y echar a los palestinos mediante incentivos financieros.
Ellos dos han sido los que han obstaculizado en varias ocasiones un acuerdo del alto el fuego entre Hamas e Israel en Gaza durante el último año. En cada instancia han amenazado a Netanyahu con derrocar al gobierno si adopta una nueva propuesta de liberación de rehenes.
Las contradicciones e incoherencias de Netanyahu responden a una sola cosa: su lucha por la supervivencia política. Según medios israelíes, está empeñado en frustrar una y otra vez y estirar la concreción del acuerdo para que sus socios extremistas no lo derriben.
Otro prueba más de las riñas internas del gobierno ante las demandas de los diferentes partidos de la coalición (dos ultraortodoxos y dos de extrema derecha, además del Likud del primer ministro).
“Poner fin a la guerra en Gaza decepcionaría a los socios de Netanyahu que aspiran a poseer propiedades en Gaza y, por lo tanto, podrían desmantelar su gobierno. Pero poner fin a la guerra en el norte no plantea una amenaza de ese tipo, porque, salvo unos pocos tontos, nadie quiere establecerse en el Líbano. Y esa es, aparentemente, la mayor parte de la historia, si no toda”, argumenta el diario crítico Haaretz.
Ocupación de Gaza
El lunes, dos días antes del acuerdo de alto el fuego en Líbano -que aún el mundo observa con cautela-, Smotrich defendió públicamente la ocupación en Gaza, según supo The Times Of Israel: “Ocupar Gaza no es una mala palabra. Si el costo del control de la seguridad es de 5.000 millones de shekels (1.370 millones de dólares), lo aceptaré con los brazos abiertos. Si eso es lo que se necesita para garantizar la seguridad de Israel, que así sea”.
Y promovió un plan de migración voluntaria, un eufemismo que muchos interpretan como un llamado al desplazamiento forzado, un claro crimen de guerra. Dijo que hay que “alentar” a la mitad de los 2,2 millones de palestinos de la Franja a emigrar en dos años.
Su declaraciones fueron producidas una conferencia organizada por el Consejo Yesha, un grupo paraguas que representa a los municipios israelíes en Cisjordania, Smotrich dijo que “es posible crear una situación en la que la población de Gaza se reduzca a la mitad de su tamaño actual en dos años”.
Una vez que se demuestre el éxito de la “inmigración fomentada” en Gaza, afirmó Smotrich, se podrá reproducir en Cisjordania, donde viven otros tres millones de palestinos. El presidente del partido Sionismo Religioso ha hablado durante mucho tiempo a favor de la anexión de grandes partes de Cisjordania y declaró a principios de este mes que la victoria electoral de Donald Trump, ofrece una oportunidad para hacer realidad esa visión.
El fin del gobierno israelita es anexar Cisjordania: “La misión de mi vida es frustrar cualquier posibilidad de establecer un Estado palestino en el corazón del país. Es la razón por la que entré en la vida pública”, sentenció el ultraderechista Smotrich meses atrás.
En esa línea, sostuvo que la única manera de derrotar a Hamas es reemplazar su capacidad de gobierno en Gaza y que Israel es la única parte que puede hacerlo, incluso si eso significa hacer a las FDI responsables de gestionar los asuntos civiles de los palestinos en Gaza.
Es difícil que los musulmanes acepten una libertad indefinida para que las FDI operen en toda la Franja tras la destrucción que causaron. ¿Cómo será el choque entre el gobierno palestino y las bayonetas israelíes? Los palestinos temen un nuevo éxodo masivo y una Gaza sin rumbo controlada por milicias.
Ben Gvir incluso se opuso al acuerdo en Líbano. Lo consideró un "error histórico", pues, según el, las Fuerzas Armadas de Líbano como garante de la seguridad en el sur del país, "no tiene autoridad alguna, y mucho menos capacidad para vencer a Hezbolá". “Ya lo hemos visto, que no debemos confiar en nadie más que en nosotros mismos. De lo contrario, los misiles serán lanzados contra (...) todo el norte y todo el Estado de Israel, y finalmente tendremos que regresar de nuevo a Líbano".
Smotrich, en cambio, lo apoyó: “Comienza la mayor prueba del gobierno israelí, quizás una de las mayores pruebas de los gobiernos israelíes en general. Si lo cumplimos, garantizaremos la seguridad de Israel para siempre. Voté a favor porque creo que lo cumpliremos”.
Pero, otra vez, Gaza es diferente. En el Líbano no existen intereses territoriales que alimenten la misma resistencia. La semana pasada Smotrich se opuso a la retirada israelí en Gaza y propuso ocupar el norte hasta que Hamas libere a los rehenes.
Israel, resentida y aún traumatizada por la masacre del 7 de octubre de 2023, se niega a creer que solución de los “dos estados” es lo único que garantizaría la convivencia pacífica entre un futuro estado palestino y el estado de Israel. Arabia Saudita ya ha dicho que la única solución a la guerra y estabilización en Medio Oriente es un Estado Palestino y el cese de la ocupación israelí.
El único borrador del plan de posguerra israelí que se anunció en febrero de este año contempla el control de seguridad en todo el territorio al oeste de Jordania, incluidas las ocupadas Cisjordania y Gaza, territorios donde los palestinos quieren crear un estado independiente.
Israel se siente demasiado insegura como para retirarse de las tierras dominadas por los terroristas y describe la desmilitarización y la desradicalización como objetivos a alcanzar en el mediano plazo.
La comunidad internacional considera ilegal la ocupación Cisjordania. De hecho, la Asamblea General de la ONU ordenó a Israel que abandonara los territorios palestinos ocupados en el plazo de un año. El gobierno de Netanyahu, por el contrario, o protege a los colonos judíos extremistas, que viven en los territorios ocupados por Israel, y son vistos por el mundo como un gran impedimento para la paz entre Israel y los palestinos
Con todo, el poder de los socios más extremistas de Netanyahu está resultando ser un obstáculo insuperable para cualquier acuerdo en Gaza.
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