Un presunto caso de acoso sexual en las filas del Frente Amplio (ahora oposición en Uruguay) tomó un giro inesperado. En medio de una demanda por 900.000 pesos uruguayos (USD 21.500) presentada por Martina Casás contra su jefe, el diputado Gustavo Olmos, el espacio suyo, Marea Frenteamplista, negó el hecho con una particular defensa.
El miércoles (9/10) comenzaron las audiencias en el ámbito laboral. Casás lo denunció en diciembre del año pasado primero ante su sector político, Marea Frenteamplista, y luego ante la Justicia penal y laboral, por acoso y abuso sexual. Según ella, su jefe le daba “besos”, “abrazos de despedida de jornada” y “toque en sus glúteos sin el consentimiento”.
También aseguró que su compañero se “sobrepasó” en algunas invitaciones para “estar juntos” en recorridas por el interior y que la arrinconaba para besarla sin su consentimiento Vivía una "compleja dinámica laboral" en el despacho del diputado.
En su momento el Partido Nacional (ahora oficialismo) aprovechó la ocasión para calificarlo de “viejo verde". Olmos optó por tomarse licencia del Parlamento para evitar cualquier tipo de contacto.
En mayo de este año la Justicia Especializada de Familia dispuso el cese de las medidas cautelares impuestas a Olmos, mientras que en junio se levantó la prohibición de acercamiento y comunicación que se dispuso entre ambos, según supo Telemundo 12.
Defensa de Olmos por el acoso
Este jueves (10/10) en la primera audiencia comparecieron siete testigos citados por la defensa de Casás y cuatro por la defensa de Olmos y su sector, Marea Frenteamplista.
Según el semanario Búsqueda, Marea Frenteamplista rechazó el reclamo de los $ 900.000 como indemnización sosteniendo que no existió relación laboral, ya que Casás no seguía indicaciones del sector. Sin embargo, una legisladora que testificó a pedido de la denunciante en el juicio laboral declaró que la exdiputada trabajaba como secretaria de Olmos.
Asimismo, el sector Mareafrentamplista argumentó que no existía “asimetría de poder” entre Olmos y Casás resaltando que la denunciante es practicante de Aikido (arte marcial de defensa personal), lo que cuestiona la narrativa de vulnerabilidad.
En todo caso, arguyeron, el vulnerable, es él que padece de una renguera, producto de una accidente de tránsito. Olmos “tiene un acortamiento de la pierna izquierda", por este motivo "renguea al caminar y usa un sobre taco para mantener el equilibrio". "Si alguna desigualdad relacional pudiere establecerse, la parte actora (Casás), con toda seguridad no sería quien está en inferioridad de condiciones”.
Además, a modo de fortalecer la defensa, el sector de Olmos resaltó situaciones en las que Casás mostró un comportamiento poco convencional y errático en el ámbito del partido. En una ocasión, mencionaron, la denunciante publicó una historia de Instagram donde nombró una marca de zapatillas que le obsequió un canje: “Fue muy evidente para algunos que mostró una concepción de la política partidaria que la comenzaba a alejar de nuestros valores”.
En otra oportunidad Casás supuestamente, en una visita a un Comité de Base, "sorpresivamente solicitó chofer y vehículo", mientras que allí "se puso a cantar". "El espectáculo artístico nada tenía que ver con lo coordinado previamente", comunicó el sector.
El año pasado, tras enterarse de la denuncia en su contra, Olmos dijo que junto con Casás trabajaban "a la par", y que mantenían "una relación personal absolutamente correcta y afectuosa".
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