Estoy convencido que tenemos pocos elementos de juicio para tener esperanza sobre un cambio de gobierno con nuevo signo en Venezuela. Hoy gobierna el miedo, el “por lo menos” y el “algo es algo”. Lo más terrible del miedo no es la amenaza que produce, sino la distancia que existe entre la amenaza y la solución, la incapacidad para determinar la salida. Los peligros no dependen de su naturaleza o su tamaño sino de la ausencia de confianza en las defensas disponibles. De esta forma, no se pueden construir soluciones colectivas ni encontrar vías de cambio efectivas en un plazo prudencial. Es por esto que considero que hay 2 vías claras para la solución de la crisis:
- seguir los canales regulares y los plazos que determine el gobierno o
- conspirar para derrocarlo.
Si, abiertamente creo que hay que plantearlo, conspirar “democráticamente”.
La dureza de la crisis económica diaria supera cualquier narración que se haga en los medios. Vivir en Venezuela da cuenta de las capacidades para reponerse y traspasar los límites de las carencias. Se ha generado una precarización de la vida cotidiana que no ha sido detonante de grandes manifestaciones de protestas como en otros años. Por el contrario, el Gobierno ha logrado disciplinar rigurosamente a la población a través de la normalización de la carencia y de la dificultad para satisfacer las necesidades básicas, imponiendo su objetivo central:
- despolitizar a la población,
- desactivar los canales de participación y
- cerrar las vías para el ejercicio democrático de una sociedad moderna.
El Titanic y Venezuela
Jacques Attali, 'Le Titanic, le mondial et nous':
En Venezuela es necesario evitar lo que Zygmunt Bauman definía cómo el 'Síndrome Titanic', “ese horror por caerse por las rendijas de corteza de la civilización y precipitarse a la nada”, ese miedo al colapso o que la catástrofe que se abate sobre nosotros y nos golpea ciega e indiscriminadamente sin oportunidad de sobreponerse. Pensar que ésta es la única realidad posible y que el futuro depara más del pasado es una victoria anticipada de los dictadores, hacernos creer que todo cambia para que nada cambie.
¿Cuáles son los elementos centrales de toda conspiración?
- Evitar ser develada,
- crear un plan viable con metas y plazos,
- procurar la masificación y
- debilitar al adversario hasta el punto de su final.
¿Esto es posible en Venezuela? Si, siempre es posible, históricamente se ha hecho pero toda conspiración amerita una vanguardia que sea el rostro visible de la iniciativa, a esto están llamados todos aquellos que teniendo un perfil público estén dispuestos a ceder en personalismos y aportar en voluntad y convocatoria por una pronta salida. Esto es una “conspiración democrática”, porque no parte del principio de avanzar a través del uso de la fuerza ni de intervenciones militares.
- Es conspiración porque una parte de la estrategia debe estar basada en la construcción silenciosa, en la ganancia de aliados en todos los bandos, inclusive en el madurismo, y
- es democrática porque los métodos de construcción obedecen al principio de participación y vinculación, se centra en la recuperación de un país mínimamente viable y sostenible.
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5 postales de Venezuela
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