La Corte Suprema de Israel anuló la controvertida ley de reforma judicial promulgada en 2023 por el gobierno del 1er. Ministro, Benjamín Netanyahu, que intentaba limitar el poder de los jueces para impedir que él fuese condenado por corrupción. Los judíos ortodoxos que lo acompañan en el gabinete lo respaldaron porque pretenden ejecutar una reforma moral que resulta en una forma de teocracia, un Estado confesional. Las protestas han sido multitudinarias. Lo único que bloqueó los reclamos fue el ataque terrorista de Hamas y el inicio de la guerra en Gaza. Que cada uno logre sus propias conclusiones.
CRISIS INSTITUCIONAL EN MARCHA
Era hora: La Corte de Israel derribó la locura de Netanyahu
La reforma judicial de Benjamin Netanyahu y los judíos ortodoxos era inmoral. La Corte Suprema de Israel la anuló. Algunos como Herb Keinon cuestionan el fallo.
La reforma de Netanyahu provocó algunas de las peores luchas políticas y sociales en Israel en años. La ley, aprobada en julio, era un equivalente a una enmienda constitucional, y habría quitado poderes a los magistrados para derogar decisiones gubernamentales. Pero ahora 8 jueces fallaron a favor de derogar la ley y 7 en contra.
El fallo se produce cuando el país aún se recupera del ataque del 07/10/2023 perpetrado por militantes de Hamas en el sur de Israel que mató a unas 1.200 personas, la mayoría de ellas civiles, según las autoridades israelíes.
Antes del ataque de Hamas, cientos de miles de israelíes salían semanalmente a protestar contra el intento de Netanyahu de debilitar los poderes de la Corte. En cambio, Netanyahu argumentaba que los jueces liberales controlan el Poder Judicial y que su legislación busca restablecer un equilibrio adecuado.
Sin precedentes
El fallo, según los seguidores de Netanyahu, podría reavivar un debate nacional divisivo y provocar una crisis constitucional. Sin embargo, si Netanyahu busca revocar el fallo en el corto plazo, podría causar grietas dentro de la coalición de emergencia multipartidaria formada para liderar el país durante la guerra: por el momento, los israelíes están centrados en el esfuerzo bélico.
"Al público ya no le importa tanto el asunto judicial", dijo Barak Medina, jurista y profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
En una decisión que podría tener amplias repercusiones, el tribunal también dictaminó por 12 votos a 3 que tiene derecho a derogar una ley básica en "casos inusuales y extremos" cuando va en contra de los principios fundamentales de Israel como Estado judío y democrático.
Israel no tiene una Constitución escrita sino que se basa en una serie de leyes básicas, que tienen un estatus especial, cuasi constitucional, y definen los principios básicos del Estado: procedimientos electorales, acuñación de moneda y derechos individuales.
"Esta es realmente una decisión sin precedentes porque es la primera vez en la historia del Estado que el tribunal anula una ley básica" que equivale a una enmienda constitucional, dijo Yaniv Roznai, profesor de Derecho en la Universidad Reichman.
El tribunal nunca antes había derogado una ley básica, pero había opinado en varias decisiones que tenía autoridad para hacerlo si las leyes alteraban el carácter democrático básico del país.
La democracia
El partido Likud, de Netanyahu, criticó el fallo del tribunal, diciendo que "es desafortunado que la Corte Suprema decidiera emitir una decisión en el corazón de las divisiones sociales de Israel, precisamente cuando los soldados [israelíes]" de todo el espectro político "están luchando y arriesgando sus vidas".
El ministro de Justicia, Yariv Levin, considerado el principal arquitecto de la reforma judicial de Netanyahu, dijo que el fallo del tribunal "quita a millones de ciudadanos su voto y el derecho básico a ser socios iguales en la toma de decisiones". Levin ha sostenido durante mucho tiempo que los líderes electos deberían tener más influencia sobre los tribunales. Una curiosa reivindicación de la llamada 'justicia popular' por sobre la 'justicia institucional independiente'.
El líder de la oposición, Yair Lapid, elogió la decisión por proteger la democracia israelí.
La coalición gobernante tiene varias opciones si decide oponerse al fallo, dicen los juristas. Esto incluye aprobar una versión más light de la enmienda o aprobar alguna legislación sobre leyes básicas que limite la capacidad del tribunal para derogar leyes básicas.
El presidente estadounidense Joe Biden había instado a Netanyahu a buscar un consenso con la oposición política sobre los cambios en la Corte Suprema del país.
La posguerra
El fallo del lunes llega en un momento crítico para Netanyahu, quien ha enfrentado reacciones internas adversas por el fracaso de Israel en la prevención de los ataques de Hamás del 07/10/2023. Él ha respondido, diciendo que las cuestiones sobre su responsabilidad personal se abordarían en una investigación de posguerra.
Este fallo marca un escenario para la posguerra justo cuando ha comenzado la retirada de contigentes de Gaza de la Fuerza de Defensa de Israeo (FDI).
Sin el fallo del lunes, los tribunales tendrían pocos recursos para obligar al gobierno a crear una comisión estatal de investigación sobre las fallas de inteligencia de Israel. Sólo una comisión estatal de investigación puede emitir recomendaciones que tengan consecuencias.
Si Netanyahu toma medidas para oponerse al fallo del tribunal superior, podría socavar el funcionamiento del gobierno de emergencia que se formó después del ataque de octubre.
El ex ministro de Defensa, Benny Gantz, que lidera la alianza Unidad Nacional, se mostró en contra de la reforma judicial. Si Gantz abandonara el gabinete de guerra, la coalición de Netanyahu, ampliamente considerada como la más derechista, nacionalista y religiosa en los 75 años de historia del país, gobernaría sin una mayoría sociocultural imprescindible para soportar el conflicto.
"Se debe respetar el veredicto y se debe internalizar la lección de la conducta del año pasado: somos hermanos, todos tenemos un destino común", dijo Gantz.
¡Viva la impunidad! (Herb Keinon)
El periodista estadounidense-israelí Herb Keinon vive en Ma'ale Adumim, un asentamiento en Cisjordania considerado ilegal para la comunidad internacional. El dato es importante porque Keinon escribió en The Jerusalem Post una columna de opinión acerca del fallo judicial en tiempo impropio porque hay guerra. (La verdad es que los jueces sorprendieron al oficialismo israelí, quien se preparaba para bloquear a los magistrados en la posguerra y así evitar una investigación sobre las responsabilidades del 07/10/2023.)
Es curioso el texto de Keinon porque podría conducir a que la Justicia debe supeditarse a la guerra, según él. O sea que la Justicia es aplicable en tiempos de paz y no de guerra. En ese caso, la Justicia sería condicional en un Estado. Sin embargo, Keinon gira en su pensamiento y reconoce la necesidad de acordar y consensuar el Sistema Judicial y las leyes básicas en vez de imponer divisiones domésticas.
"(...) ¿Por qué el tribunal emitió su fallo ahora? Debido a la fecha límite del 12/01, establecida debido a una ley que dice que los jueces que se jubilan tienen 3 meses para terminar de escribir opiniones en los casos pendientes. A mediados de octubre, 2 magistrados, Anat Baron y la ex presidenta de la Corte Suprema, Esther Hayut, alcanzaron la edad de jubilación obligatoria de 70 años y renunciaron a sus cargos, lo que significa que sus decisiones sobre este caso –así como otra decisión sobre quién puede decir cuándo el 1er. Ministro debe recusarse- debía dictarse antes de mediados de enero.
La Knesset debería haber tenido la previsión hace 1 o 2 meses de alterar la ley –y los propios magistrados deberían haber tenido la sabiduría de sugerirlo– dando a los jueces salientes 6 o 9 meses para terminar de escribir sus opiniones, posponiendo así hasta después de la guerra cuando esta cuestión llegaría a un punto crítico.
El fallo del lunes 01/01/2024 reaviva viejas divisiones y amenaza con enviar al país de nuevo a campos de guerra precisamente en un momento en el que el país necesita librar la guerra juntos en Gaza, Cisjordania, el Líbano, Siria, Irak e incluso Irán. El simple sentido común dictaría que eso ahora simplemente no es el momento para esto.
En una carta firmada el domingo por destacados juristas, entre ellos el ex vicefiscal general Raz Nizri; el presidente del Instituto de Política del Pueblo Judío y ex decano de la Facultad de Derecho de Bar-Ilan, Yedidya Stern; y el ex ministro de Justicia, Daniel Friedmann, dijo: “La publicación de esta decisión en un momento en el que la guerra se libra con gran intensidad –cuando partidarios y opositores de la Reforma [Judicial] luchan y arriesgan sus vidas juntos– es indeseable. Existe el peligro de que dañe la fuerte alianza que une a los reservistas y al frente interno desde que comenzaron los combates”.
Los juristas sugirieron que la salida obvia al dilema sería una “enmienda rápida” a la ley extendiendo el plazo de 3 meses para que los jueces jubilados escriban sus opiniones a 6 a 9 meses. Esto tenía mucho sentido común. Pero fue un consejo que no se tuvo en cuenta.
En cambio, por un estrecho margen de 8 a 7, el tribunal sentó un precedente y anuló una enmienda a una Ley Básica cuasi constitucional, que podría hundir al país –en tiempos de guerra– en una crisis constitucional.
En julio, la Knesset legisló su enmienda a una Ley Básica diciendo que los tribunales no pueden utilizar el principio de razonabilidad en sus decisiones administrativas. El lunes, el tribunal básicamente dijo a la Knesset: “No pueden decirnos qué podemos hacer” y –si el guión se cumple– el siguiente paso de la Knesset ahora podría ser legislar una ley que diga: “Sí, podemos. " En otras palabras, si el gobierno decide impulsar el tema en medio de una guerra furiosa, es posible que el país no sepa quién tiene la última palabra: el gobierno/Knesset o el tribunal.
Lo más inteligente que puede hacer el gobierno ahora es simplemente olvidarlo y dejarlo pasar. El gobierno aprobó la controvertida enmienda y el Tribunal Superior de Justicia la rechazó. Mientras tanto, Hamás atacó, mató a 1.200 personas, tomó otros 240 rehenes y sumió al país en una guerra existencial.
En cualquier caso, se espera que la constelación política cambie dramáticamente después de la guerra, y la coalición de gobierno que impulsó esta reforma probablemente no será la que gobierne el país por mucho más tiempo. En cuyo caso, un nuevo gobierno –tal vez como resultado de nuevas elecciones– podría retractarse de la ley de razonabilidad y presentar un plan más moderado para reformar el sistema judicial, haciendo que toda esta cuestión sea discutible.
El tribunal no demostró buen sentido común al imponer esta cuestión ahora. El gobierno, al menos, debería mostrar sabiduría y simplemente dejar la cuestión en paz, centrarse en la guerra y no avivar las llamas de la división en un momento en el que –como dice el lema– juntos ganaremos."
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