INTRIGANTE HISTORIA
Doble agente de la CIA espió para China y cavó su propia tumba
El ex oficial de la CIA, Alexander Yuk Ching Ma, fue condenado a 10 años de prisión tras admitir espionaje para China a cambio de dinero y regalos costosos.
Ching Ma, de 71 años, fue arrestado en agosto de 2020 después de admitir ante un agente encubierto del FBI que vendió secretos estadounidenses a la potencia asiática.
En mayo aceptó un acuerdo de culpabilidad: una pena de 10 años a cambio de que se declarara culpable de un cargo de conspiración para reunir o entregar información de defensa nacional a un gobierno extranjero y una cooperación vitalicia con el gobierno de Estados Unidos, que incluye su sometimiento a pruebas de polígrafos durante el resto de su vida.
"Que sirva de mensaje a cualquier otra persona que esté pensando en hacer lo mismo", dijo el agente especial a cargo del FBI en Honolulu, Steven Merrill, en un comunicado, según AP "No importa cuánto tiempo tome, o cuánto tiempo pase, serás llevado ante la justicia".
Previa a su sentencia expresó su remordimiento en una carta al juez principal de distrito de Estados Unidos, Derrick Watson. “Espero que Dios y Estados Unidos me perdonen por lo que he hecho”.
Doble agente
Ma nació en Hong Kong, se mudó a Honolulu en 1968 y se convirtió en ciudadano estadounidense en 1975. Se unió a la CIA en 1982, fue asignado al extranjero al año siguiente y renunció en 1989. Para ese entonces, el condenado tenía una autorización de seguridad de alto secreto. Después de mudarse a Shanghái, Ma comenzó a colaborar con la inteligencia china.
Según los documentos judiciales, durante una reunión de tres días en una habitación de un hotel de Hong Kong ese año, el difunto hermano de Ma que también era un exoficial de casos de la CIA –identificado en el acuerdo de culpabilidad como “co-conspirador nº 1”– proporcionó a los agentes de inteligencia chinos “un gran volumen de información clasificada y sensible”, a cambio de 50.000 dólares.
Tal encuentro grabado en video muestra a Ma contando los dólares en efectivo por los secretos que compartieron; una prueba clave para los fiscales federales.
Mientras vivía en Hawaii en 2004, aceptó un trabajo en la oficina del FBI en Honolulu como lingüista contratado. El FBI, ya consciente de sus actividades de espionaje, "contrató a Ma como parte de una artimaña para vigilar e investigar sus actividades y contactos", dijeron los fiscales.
Ahí fue cuando sin saberlo Ma se convirtió en un doble agente. Durante los 6 años siguientes, copió, fotografió y robó documentos clasificados con regularidad que luego llevaba en viajes al gigante asiático y a la vez ingenuo permitió que el FBI recopilara durante todo ese tiempo información clave sobre sus movimientos, rastros y contactos asiáticos reuniendo pruebas vitales para su futura condena.
En un irónico giro del destino, su espionaje, en lugar de beneficiarlo (el dinero es fugaz) se convirtió en un factor que eventualmente llevó a su propia condena. Así, ayudó a las autoridades estadounidenses a capturarlo y condenarlo.
En un momento dado, en 2006, sus responsables en la oficina de seguridad del estado de Shanghai le pidieron a Ma que consiguiera que su hermano les ayudara a identificar a cuatro personas en fotografías, y el hermano identificó a dos de ellas.
Esto permitió realizar obtener pruebas cruciales y ejecutar una operación encubierta que llevó a su arresto y condena. Ma le confesó a un agente encubierto del FBI, que se hizo pasar por un oficial de inteligencia chino, haber aceptado miles de dólares en efectivo a cambio de actividades de espionaje pasadas y que quería ver a la “madre patria” triunfar.
Curiosamente sus esfuerzos por traicionar a USA (o solo su mera codicia) terminaron contribuyendo a su propia caída.
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