La aerolínea australiana Qantas fue condenada por la Justicia de Australia a pagar casi 80 millones de dólares por haber comercializado boletos para vuelos suspendidos o cancelados. La compañía, condenada por ejercer prácticas publicitarias engañosas entre 2021 y 2022 acordó la cifra que incluye unos 13 millones de dólares en concepto indemnizatorio para miles de pasajeros.
Según la empresa, los hechos sucedieron en un momento turbulento a nivel administrativo. Todo se dio en el marco del mercado post pandemia, cuando las aerolíneas intentaron recuperar el terreno perdido rápidamente por las restricciones de viaje.
De hecho, la causa motivó a la aerolínea a realizar un profundo cambio en su cúpula ejecutiva. Según la investigación realizada por la Comisión Australiana de Competencia y Consumo (ACCC), Qantas vendió boletos para más de 8 mil vuelos suspendidos o cancelados, generando serios inconvenientes para los consumidores.
Por otra parte, la compañía australiana tampoco notificó a miles de pasajeros de la suspensión o cancelación de sus vuelos, aún habiendo estado programados a la hora de la emisión del boleto. Por ende, el universo de pasajeros sería muy grande si se conjuga a ambos grupos.
Desde la misma empresa admitieron que “Qantas no estuvo a la altura”.
Qantas manchó su historia
La aerolínea ostenta el récord de ser la más grande de Australia. Además, es la tercera más antigua del mundo, siendo fundada el 16 de noviembre de 1920.
Hasta 1990, la compañía permaneció en la esfera estatal de Australia. A partir de esa década, pasó a manos privadas y desde entonces domina el mercado australiano casi exclusivamente, con el mayor volumen de rutas y pasajes de cabotaje.
Durante la era de aviación moderna con la introducción de los aviones jet, Qantas se transformó en la única compañía que no sufrió accidentes. También se anotó el vuelo comercial más largo de la historia en 2019, cubriendo la ruta Sidney-Nueva York en poco más de 19 horas.