"Tóxica". Así definió a la vocera Gabriela Cerruti el exasesor presidencial Antonio Aracre tras bloquearla “cuando veo que una persona todo lo que dice y hace no me suma, resta o miente".
INSÓLITO
Gabriela Cerruti "tóxica" a Tolosa Paz: "jodete"
La vocera presidencial, Gabriela Cerruti, es señalada por actitudes poco agradables en el viaje a Brasil.
Siguen los off de Casa Rosada. Ahora, tras la comitiva oficial a Brasil, el periodista Roberto García filtró gritos, peleas y cruces muy fuertes con la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Victoria Tolosa Paz, y el embajador en el país vecino, Daniel Scioli, teniendo que intervenir el propio presidente Alberto Fernández:
"Al margen del resultado, importa el escándalo de cuatro mujeres — una en particular— integrantes de la delegación oficial. Escenas de la vida del género. Empezando por la protagonista, la portavoz Gabriela Cerruti, quien mantuvo refriegas deliciosas con otras tres viajeras en una competencia vergonzosa de títulos, ropa, ubicaciones y protocolo. Antes de subir al Tango 04 ya empezaron las escaramuzas. Es que al embajador y candidato presidencial, Daniel Scioli, se le ocurrió oportuno —en plan ahorrativo, por supuesto— incluir en el paquete oficial a su hija mayor, la menor y, de paso, a la mucama y niñera. Le pareció exagerado a la ministra Tolosa Paz, quien le reclamó a Scioli por el irregular cargamento familiar que, inclusive, hasta lo exponía frente a su odiado rival en la interna, Massa.
Subieron el tono y debió intervenir Alberto: “Por favor, bajen el tono”. Un reclamo sobre el que más tarde habría de insistir, ya que a esa altura avanzaba el mal gusto, en particular por calificativos varios. Por ejemplo, al apodo maledicente que le encajó a la ministra sobre su presunta constitución física de poliuretano —“la chica plástica”, le imputaron—, a ese insidioso autor le respondieron con un daño a su admirada ministeriable Gómez Alcorta, a quien su rival masculino ahora trata como “her-bivora” por una supuesta inclinación vegana, a no “comer carne vieja”. Gente a la que le sobra el tiempo".
¿Lula da Silva bajó a Gabriela Cerruti de una reunión?
En su columna de Perfil, el conductor de canal 26 contó que la funcionaria de Casa Rosada habría enfurecido frente a la decisión del presidente brasileño, Lula da Silva, de bajarla de una reunión por no contar con rango ministerial:
El clímax de la Cerruti, su punto culminante, apareció más tarde, en la llegada a la cena. Tanto ella, como la Tolosa Paz, se enfrascaron en el mismo color del vestido para seducir a Lula, bermellón furioso, una coincidencia poco feliz entre ellas y de flechazos no precisamente amorosos. Para colmo, el mismo jefe de Estado brasileño se ocupó por revisar la lista de los invitados a la reunión ampliada que siguió a su encuentro de 45 minutos con Alberto, y luego a la cena de agasajo.
Desconociendo esa instrucción de Lula, Cerruti se ofendió al enterarse de que la habían apartado y, airada, cargó contra la responsable del protocolo de la Casa Rosada a los gritos: “Vos me sacaste, quién te crees que sos”, increpó a una mujer de pocas pulgas de apellido Altamirano. Respuesta: “Mirá, Gabriela, esta es una reunión de ministros, vos no estás calificada”. Hirviendo y algo enrojecida, la vocera gritó: “Yo tengo rango de ministro”. A lo cual debió atender otra contestación flamígera: “Tendrás rango, pero no sos ministra”. En el desasosiego, otra vez Alberto tuvo que enlodarse en reyertas ajenas: “Terminen con la discusión, pará Gabriela, pará”. Irreductible, la portavoz igual se metió en la reunión de trabajo y, como no disponía de un lugar, se acomodó furiosa en la segunda fila de los traductores, sin pedir permiso ni autorización. Como ya nadie quería complicarse en discusiones, la dejaron permanecer con su vestido bermellón. Si hasta el ministro De Mendiguren, prescindido por falta de ubicación, se alejó del recinto con dignidad.
Claro que faltaba lo mejor: por orden de Lula, como se escribió, a la Cerruti la liquidaron del menú de invitados al banquete, lo que provocó un nuevo estallido de la funcionaria, sofocones femeninos y una indignación aún más acalorada cuando en el asiento que imaginaba para ella en la gala, Cerruti descubrió que apoyaba sus asentaderas Lorena Scioli, la hija del embajador. “¡Cómo!, ella sí y yo no!”. Y si, así fue. Por cortesía de Lula contra las insolencias de la vocera. En Brasil no es Luis XIV.
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