EXCLUSIVO 24

HIDROVÍA

Prórroga en la Hidrovía y el Grupo Taiana tiró la toalla luego del discurso de Alberto

Conocedor absoluto de los temas fluviales y marítimos, Fernando Morales afirma: "el Estado Nacional no se quedará con la tentadora caja del peaje que equivale a unos U$S 300 millones al año y al que pretendían acceder los exfuncionarios ultra K marginados del poder. Siendo imposible llamar a licitación en el corto plazo, se le renovará la concesión a Jan de Nul por el tiempo que sea necesario."

Luego de que un grupo de ex funcionarios del área de transportes despechados por haber recibido claras señales de no ser deseados en la gestión de gobierno que encabeza Alberto Fernández arremetiera duramente contra los planes del ministro Mario Meoni para el futuro de la Hidrovía Paraná Paraguay, en su discurso de apertura de sesiones en el Congreso Nacional el Presidente -por expreso pedido del titular de Transportes- dejó en claro el futuro cercano del corredor fluvial. 

No son pocos los que sospechan que, habiendo integrado Fernández durante los más de 20 años que duró su matrimonio con la madre de su único hijo, una familia integrada mayoritariamente por marinos e ingenieros navales, él tenga llegada directa a información que, más allá de intereses sectoriales o corporativos, le permita tener una opinión formada más sólida de la que demuestra en tantos otros temas.

Así las cosas, la pobre reunión inaugural del recientemente creado Consejo Federal de la Hidrovía encendió varias alarmas en Balcarce 50.  

Desde un Axel Kicillof preocupado por instalar la idea que el corredor fluvial se tiene que llamar de otra manera (no le gusta la palabra Hidrovía) hasta un Jorge Capitanich que reclama ser parte activa en todas las decisiones a pesar de tener solo al riacho Barranqueras como conexión con el troncal de navegación; pasando por los furibundos posteos que desde el grupo Taiana acusaban de traidores a la patria a los funcionarios nacionales presentes (hasta Agustín Rossi la ligó) mientras se desarrollaba el cónclave en forma híbrida (presencial y zoom, al mismo tiempo), fueron motivos más que suficientes para que desde el PEN se decidiera tomar el toro por los cuernos y transformar el recientemente creado Consejo Federal en un organismo más bien testimonial.

Al menos hasta que la Hidrovíase encuentre en nuevas ( y Dios quiera) y buenas manos.

En este contexto la orden de Fernández a Mario Meoni fue concreta, el Estado Nacional no se quedará con la tentadora caja del peaje que equivale a unos U$S 300 millones al año y al que pretendían acceder los exfuncionarios ultra K marginados del poder. Siendo imposible llamar a licitación en el corto plazo, se le renovará la concesión a Jan de Nul por el tiempo que sea necesario, tratando al mismo tiempo, dicen algunos, de marginar en esta etapa final al socio argentino de los belgas (Grupo EMEPA  – Gabriel Romero) actualmente responsable de todo lo atinente al balizamiento del corredor fluvial.

Las tareas hoy a cargo del hombre que tras declararse “arrepentido” reconoció haber abonado a funcionarios del gobierno de Cristina Kirchner mas de medio millón de dólares para obtener una prórroga de la concesión que detenta la UTE conocida como Hidrovia SA desde 1995.

Si bien la información con la que cuenta Fernández indica que se podría estar adjudicando la nueva concesión en el 1er. cuatrimestre de 2022, nadie en el sector apuesta a esta fecha, ya que la misma refiere a un proceso en condiciones ideales, sin impugnaciones ni chicanas cruzadas entre oferentes.

Los conocedores de estas lides consideran que dos años es más razonable. 

En las últimas horas sectores relacionados con la industria naval hicieron llegar al ministro Meoni, una mirada técnica sobre dos aspectos colaterales a la tarea de dragado en si misma.  

# El factor ambiental y

# la exigencia para quien resulte adjudicatario de construir al menos una parte de las dragas que se utilizarán en la Hidrovía en astilleros navales locales.

Esto último al menos está, por ahora, lejos de tener viso de concreción pues cualquiera de los cinco posibles adjudicatarios dejará en claro que no está en discusión el origen de su material flotante y de ninguna manera aceptarán construir en el país en especial los chinos ya que su industria naval es un 70% más barata que la local.

Dada la magnitud de la obra, además del actual concesionario Jan de Nul, solo otras cuatro empresas aparecen como técnicamente aptas para participar de la futura licitación. Estas son, DEME (Dreding Enviroment Marítime Engineering), Boskalis (Dreding Marine Experts), Van Oord y Shangai Dreding (CCCC Dreding Group).

Todas las nombradas, en mayor o menor medida, están moviendo sus fichas a nivel político y diplomático, aunque las de mayor despliegue en el presente son, la actual concesionaria Jan de Nul con una fuerte apuesta publicitaria en medios y la China por intermedio de actual embajador chino en el país, quien se encuentra desplegando una interesante agenda que incluye hasta al ministro de Defensa, Agustín Rossi.

En cuanto al canal Magdalena, la directiva recibida por Meoni es -al menos por ahora- ponerla en un freezer ya que son demasiados los frentes de tensión abiertos con los socios del Mercosur y es bien conocido el particular fastidio que el Presidente siente hacia el Puerto de Buenos Aires y lejos de sus planes está tomar alguna medida que lo beneficie.

Hasta el cansancio (con una visión estratégica bastante estrecha), el titular del Poder Ejecutivo sostiene que hay que priorizar el uso de los puertos chilenos antes que el de Buenos Aires.

Resumiendo: Tras el fiasco del Consejo Federal de la Hidrovia, Meoni es hoy por hoy quien tiene en sus manos el futuro de la Hidrovia, pero nadie sabe si, cuando finalmente “mueva la dama”, termine siendo un ignoto ingeniero naval bonaerense quien se el gusto de volver a ser el Señor de las Aguas. 

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