Cuando el ego de un juez de la Corte Suprema lo vuelve ridículo

Moraes ya había demostrado cierta volatilidad moral en nombre de su anhelo de figuración cuando, relacionado aún con el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aceptó ser ministro de Justicia de un gobierno éticamente ilegal (Michel Temer, 2016), y después ingresó en 2017 al Supremo Tribunal Federal de Brasil.

En 2024, él tiene alcance global porque intenta silenciar a X, de Elon Musk, sin importarle mucho el daño que le provoca al concepto de libertad de expresión -en tiempos difíciles-, y todo esto no sucede en un gobierno de Jair Bolsonaro -en teoría el 'facho'- sino de Luiz Inácio Lula da Silva -en teoría el 'progre'-.

El asunto se ha desmadrado: la izquierda brasilera lo convierte en un caso ideológico por el apoyo de Elon Musk a las causas de la derecha global y su denuncia de la Agenda 2030. Y la derecha brasilera afirma que el acontecimiento demuestra la pérdida del Estado de Derecho. Ninguna de esas afirmaciones es verdadera.

Sin embargo, Moraes está llevando al Gobierno de Brasil a un punto insostenible en nombre de que el Estado físico puede limitar el 'universo digital', y que las redes sociales no marcarán conductas a una nación. Estúpido pensamiento si se pretende mantener la libre expresión. Moraes está llevando a Brasil hacia China o Rusia o Venezuela, países donde no hay libertad de expresión, por cierto que un concepto cada vez más en riesgo en el siglo 21.

Inseguridad jurídica

En su guerra personal con Elon Musk, el ministro del STF, Alexandre de Moraes, ordenó el bloqueo de cuentas de la empresa Starlink, con control accionario del empresario Elon Musk, para pagar multas de X (ex Twitter) por incumplimiento de órdenes judiciales.

Es un caso de inseguridad jurídica: una empresa no es responsable de la otra, más allá de tener uno de sus accionistas en comun. Son personas jurídicas diferentes. Precisamente es uno de los beneficios de una sociedad anónima.

Starlink es una empresa que trabaja en el desarrollo de constelaciones de satélites de SpaceX, que también integra el grupo de empresas de las que participa Musk -aunque la más conocida es la automotriz Tesla-, para llevar la conexión a Internet a zonas remotas del planeta donde el acceso es bajo o nulo.

Imaginemos un caso hipotético: un ciudadano brasilero cuadriplégico decide que Neuralink -otra empresa de Musk- le instale un chip en el cerebro para mejorar su calidad de vida ¿Moraes impedirá el pago o bloqueará los fondos para cobrarse supuestas multas de X? ¿Hay límite para la estupidez?

El ego enfermizo de Moraes daña a terceros: "Hoy, Starlink está conectando a más de un cuarto de millón de clientes en Brasil, desde el Amazonas hasta Río de Janeiro, incluidas pequeñas empresas, escuelas y socorristas, entre otros", informó la compañía, garantizando que no interrumpirá sus actividades en Brasil.

Moraes claramente está llevando a una situación de inconstitucionalidad al gobierno de Brasil, cuando el STF que él preside debe garantizar la Constitución. ¿Habrá que esperar al próximo presidente del STF?

De todos los atributos peligrosos y tiránicos del brasileño Alexandre de Moraes —y la lista es muy larga— el más extremo es la frecuencia con la que impone graves castigos sin ninguna pretensión de debido proceso, y mucho menos de un juicio en el que se demuestre la culpabilidad. Comportamiento puro y sin ley, tiránico:

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La estupidez de Morales

El juez Moraes quiere combatir a los militantes de extrema derecha que, en teoría, cometieron delitos digitales contra Lula da Silva y, quizás, promovieron la invasión al Planalto que, según algunos, fue un intento de golpe de Estado.

Pero ¿qué tiene que ver X con sus usuarios? En definitiva, Brasil repite la atrocidad de Francia con Telegram.

Musk reaccionó cerrando las oficinas de X en Brasil. En verdad, tampoco es cierto que X tenga la obligación de tener oficina en Brasil porque Urgente24 se puede leer en Brasil y no tiene oficina en el país.

En la pulseada con Musk, Moraes determinó "la indicación, dentro de 24 horas, del nombre y calificación del nuevo representante legal de X Brasil en territorio nacional". Y amenazó con suspender las actividades de la plataforma si no se cumpliera su decisión.

La oficina de X en Brasil fue cerrada por Musk el 17/08, bajo el argumento de que la plataforma sufría censura, ya que Moraes exigió el bloqueo de los perfiles de los investigados por "difundir noticias falsas y socavar la democracia".

"La decisión de cerrar la oficina de X en Brasil fue difícil, pero si hubiéramos aceptado la censura secreta (ilegal) de Alexandre de Moraes y las exigencias de entregar información privada, no habríamos podido explicar nuestras acciones sin avergonzarnos", escribió Musk.

El nuevo round

A principios de agosto se publicó una recopilación de intercambios de correos electrónicos de empleados de X sobre decisiones judiciales brasileñas que involucran a la red social entre 2020 y 2022, revelada por el periodista estadounidense Michael Shellenberguer, que pasó a ser conocida como Twitter Files Brazil.

Pero ¿por qué la acción de empleados no accionistas de X debería comprometer en judicialmente a la empresa y a Musk?

Musk calificó a Moraes de "dictador brutal" y dijo que el ministro tiene al presidente Luiz Inácio Lula da Silva "atado".

A mediados de agosto, Moraes presionó para que X cumpliera con el bloqueo de algunas cuentas, según determinó el STF, entre ellas las de 7 bolsonaristas, incluyendo al senador Marcos do Val (Podemos-ES).

En respuesta, el sector de Asuntos Gubernamentales Globales de X publicó documentos atribuidos a Moraes. "Esta oficina exige la censura de las cuentas populares en Brasil, entre ellas un pastor, un actual parlamentario y la esposa de un ex parlamentario. Creemos que el pueblo brasileño merece saber lo que se nos pide", se difundió.

El día 17, X afirmó que Moraes había amenazado a un representante de la empresa en Brasil con arrestarlo si no se cumplían las decisiones judiciales. Los documentos están bajo secreto judicial.

Hoy el STF sólo se comunica con la plataforma a través de la propia red X.

Luiz Carlos Azedo escribió en Correio Braziliense: "El Código Civil regula el funcionamiento de empresas y empresas nacionales o internacionales, detallando cómo deben operar en Brasil. La suspensión de actividades de las empresas que no cumplan las normas también está prevista en el Marco Civil da Internet."

Pero esto sucede siempre que una empresa tenga actividad comercial u operativa en Brasil. Precisamente Musk ha cerrado su negocio en Brasil más allá de que los usuarios brasileros puedan participar de la red X porque de eso se trata del 'universo digital'.

Ya hubo un episodio similar con Telegram, que se quedó sin representante en Brasil. Moraes, en su momento, dio el mismo plazo de 24 horas para designar la representación local. La plataforma nominó a 4 personas. Considerando ese caso, en el que Moraes demostró 'autoridad', él descontó que X imitaría a Pavel Durov -hoy día bajo vigilancia judicial en Francia-, pero Musk decidió algo diferente.

Entonces Moraes decidió ir sobre otras empresas de Musk, demostrando que su objetivo, en definitiva, es Musk y no X.

Alexander de Moraes es funcionario de un Estado (Brasil) y está llevando la situación a un punto ridículo para un Estado, por su obsesión con Elon Musk, con la excusa de X. Alguien debería reinstalar la moderación, el respecto y la constitucionalidad en Brasil.

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