El canal de VIACOM viene tomando decisiones acertadas en cuanto a su programación. MasterChef Celebrity y La Voz Argentina fueron un rotundo éxito con las finales de ambas competencias rompiendo récords nacionales de rating.
Así mismo, Pasapalabra con Iván de Pineda y Doctor Milagro son algunos de los shows que mantienen al canal bien arriba durante todo el día.
El éxito no está reservado a los días hábiles. PH:Podemos Hablar con Andy Kusnetzoff suele ubicarse por encima de la histórica “mesaza” de Mirtha Legrand -actualmente encabezada por Juana Viale- y Bake Off logra vencer al PPT de Jorge Lanata.
Atrás de Telefe en la lista del rating vienen El Trece, ya destronado, América TV, Canal Nueve y muchos otros.
Pero ¿Cuál es la clave del éxito?
Hay muchos factores a tener en cuenta cuando se habla del éxito de un canal. El cambio de valores generacionales (esto explicaría la caída en picada de ShowMatch) y la evolución en la forma de consumo de entretenimiento son los dos puntos principales.
Pero hay un tercer elemento que para muchos también es importante: la pauta oficial del Gobierno.
El Estado invierte un porcentaje de dinero para poder realizar publicidad en los medios más importantes del país, desde la radio hasta los diarios principales.
Este capital es esencial para los canales más chicos que necesitan los recursos económicos para mantener sus producciones y a algunos, aparentemente, no les está siendo suficiente.
La diferencia abismal en el rating también se refleja en las inversiones. Según los datos oficiales del 2020, el Gobierno pagó por publicidad oficial 227,5 millones de pesos a Telefe y $215,8 millones a Canal Trece.
TV Pública recibió $215,8 millones, Canal Nueve $129 millones y Canal 26 (que entra en los canales de cable, el resto es de aire) $57,2 millones.
El porcentaje de inversiones se adecúa a las medidas del rating de cada canal. Mejor te va, más plata recibís. Sin embargo, esto podría convertirse en un círculo vicioso: Cuanto menos plata reciben, peor les va.
Así la duda de la inversión y el rating se convierte en el clásico del huevo y la gallina quedando, indefinidamente, sin respuesta.