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MICROBIOTA

Esta fruta alimenta las bacterias buenas del intestino

Al ecosistema de bacterias que habitan en el intestino humano hay que nutrirlo con alimentos ricos en fibra, como verduras, frutas, legumbres y cereales.

La digestión de los alimentos se realiza a medida que la comida viaja hacia el intestino grueso, donde habitan millones bacterias. Para que estos microorganismos beneficiosos sobrevivan, necesitan fibra: es la parte de los productos no cárnicos sin procesar, como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales que llegan a esta instancia sin descomponerse.

Algunos de estos alimentos son mejores que otros, de acuerdo al efecto que generan en la microbiota, que es el ecosistema de virus, bacterias y hongos que llevan a cabo funciones vitales para el organismo.

Cuánto más beneficie la diversidad y cantidad de bacterias, mejor es el alimento. Los vegetales son los mejores en este sentido y los ultraprocesados se ubican en el extremo perjudicial.

En esta línea, un estudio publicado en la revista Frontiers in Microbiology demostró que una fruta en particular contiene un gran poder nutritivo para el intestino.

Una sola manzana puede albergar hasta 100 millones de genes bacterianos en sus semillas.

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An apple a day keeps the doctor away

Desde los tiempos más antiguos la manzana ha sido considerada como una fruta imprescindible en la dieta humana. Ahora sabemos que tiene un alto contenido nutritivo, gracias a su fibra y a los flavonoides.

Pero los beneficios no se limitan únicamente a los nutrientes que proporciona, sino también a una extensa variedad de microorganismos que la componen.

Estudios anteriores habían sugerido que la implementación de la manzana puede tener influencia en la composición de la microbiota intestinal, favoreciendo la salud humana, pero la información sobre las bacterias en dicha fruta era bastante escasa hasta este estudio.

“Al juntar los promedios de cada componente de manzana, estimamos que una manzana típica de 240 gramos contiene aproximadamente 100 millones de bacterias, según la autora Gabriele Berg de Austria.

Entonces, el equipo de investigadores analizó cada parte de la manzana por separado: la piel, la pulpa, las semillas, el cáliz y el tallo. Al contrario a lo esperado, esta variedad de bacterias no se encuentra precisamente en la piel o en la fruta como tal, sino en su núcleo (semillas, cáliz y tallo).

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La pulpa de la fruta contiene alrededor de 20 millones de células bacterianas, la semilla unos 38 millones de bacterias, el cáliz 22 millones, el extremo del tallo contiene 10 millones y la cáscara 1.6 millones.

La pulpa de la fruta contiene alrededor de 20 millones de células bacterianas, la semilla unos 38 millones de bacterias, el cáliz 22 millones, el extremo del tallo contiene 10 millones y la cáscara 1.6 millones.

A pesar de que las manzanas utilizadas para el estudio provenían de Austria y es probable que los resultados varíen si se comparan con ejemplares cosechados en otros países, los resultados siguen siendo valiosos para conocer el aporte de los alimentos naturales a la microbiota.

Si bien puede ser difícil al principio, no toma mucho tiempo ver el efecto de la fibra en la salud integral. Solo tres días de más frutas, verduras, legumbres y cereales puede influir en gran medida en la diversidad de las bacterias del intestino.

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