La impecable 'pintura' de AFIP que Jorge Asis realizó en 2014 y es necesario releer en 2024, exigía un reconocimiento. Él es el 'Turco maldito', polémico, divertido, creativo. Sin la extensión ni las exigencias del libro de Planeta ('Turco - Vida, obra y secretos de Jorge Cayetano Asís', por Pablo Perantuono y Fernando Soriano), Horacio Poggi recorre la obra de un Perro de Fuego (1946) en un año en que la Serpiente de Madera (2025) lo condiciona y obliga. Pero los desafíos siempre han sido para Jorge Cayetano Zaín Asís otra forma de la felicidad. Pluma punzante que trasciende al 'Setentismo', y es la objeción de Poggi a lo que se ha escrito acerca del personaje. Días atrás, así comenzó su descripción del Año 1 de Javier Milei: "Pese al espléndido papelón de la estafa institucional, los pregoneros de la Revolución Libertaria consideran que el primer año de la Civilización Milei fue exitoso. Para Javier, El Panelista de Intratables, protagonista clave del Fenómeno, el suyo ya es el “mejor gobierno de la historia”. Acabó con la antigualla de la inflación, puso punto final a los piquetes, planchó el dólar, se cotizó como amigo fraternal de Trump y el ajuste bestial tampoco evitó que se mantenga en la altura positiva de la popularidad. Infortunadamente el paraíso se enturbia por la imagen destartalada que brinda el desencuentro entre el Panelista y la señora vicepresidenta Victoria Villarruel, La Cayetana. (…)". Pero vayamos al texto del politólogo Poggi:
EL HIJO DE DON ABDEL ZALIM
Turco Maldito, otra forma de la felicidad
"No sabemos a ciencia cierta quién escribe, Si es él, Oberdán Rocamora o Rodolfo Zalim. Mejor, es otra forma de la felicidad": Sobre el 'Turco maldito'.
El relato setentista cristaliza la historia reciente y a sus protagonistas, glorificando un período que amerita estudiarse desde el pluralismo historiográfico y no desde alguna parcela sectaria y excluyente. Por eso, se pierde la valoración ecuánime de hombres y mujeres que han realizado un aporte trascendente a la institucionalidad y a la cultura. En este artículo, nos ocuparemos de reflexionar acerca del escritor y periodista argentino más significativo de los últimos 50 años: Jorge Asís.
Por razones de espacio, obviaremos datos biográficos de Asís, quien a través de su obra ha sabido deconstruir a un sector de la intelectualidad criolla propensa a hacer de la izquierda cultural un universo para uso y consumo propio, pero en nombre del pueblo y de la revolución...
La tarea de Asís, es decir, su literatura, engaña a los incautos que por la técnica narrativa empleada –la primera persona, el estilo indirecto libre- confunden ficción con autobiografía. Aquel que se acerque a la obra de Asís para conocer aspectos específicos de su vida privada, flor de chasco se llevará, aunque abunden experiencias que tranquilamente podrían adjudicarse al escritor. El autor de este artículo deslinda roles, Rodolfo Zalim y Oberdán Rocamora no son Jorge Asís.
Planteado el tema, prescindiremos de periodizar la producción literaria de Asís, simplemente, nos referiremos a algunos de sus trabajos emblemáticos que marcaron cada una de las últimas cinco décadas. Antes aclaremos que la gran virtud de este escritor exitoso ha sido la permanente calidad estética desde los años '70 hasta la actualidad. De ahí que repudiemos a los críticos simplistas que lo encasillan en su juventud y desconocen la obra posterior que ofrece trabajos notables como veremos más adelante.
El boom
Asís irrumpe en la década de los años 70 con tres novelas ejemplares (perdón, Cervantes): Los reventados, La familia tipo y Don Abdel Zalim, el burlador de Villa Domínico (el orden de los factores no altera el producto). Esta trilogía –siempre según nuestra apreciación que seguramente está equivocada, diría nuestro autor– exhibe la pericia literaria de un joven maldito que se gana la admiración de colegas consagrados, entre ellos, la exquisita Martha Lynch (¿alguien puede negarle este calificativo luego de leer La señora Ordóñez?). El manejo de la picaresca porteña, la descripción del ambiente intelectual, la crítica acertada a la prepotencia ideológica del Partido Comunista Argentino, la cruda fotografía de la política nacional y la ruptura con la moral sexual de una sociedad hipócrita son elocuentes artefactos que, en manos de Asís, devienen en notas sobresalientes de una novelística diáfana, desprejuiciada y novedosa.
Los Reventados es una radiografía del peronismo violento y trágico, La Familia Tipo es un testimonio irónico y audaz de los cenáculos izquierdistas y Don Abdel Zalim es un monumento de la picaresca porteña en el que se retratan personajes paradigmáticos de la clase media baja de una Argentina a la bartola.
Instalada la dictadura militar, la obra de Asís estallará en las librerías. Para este período elijo la colección de relatos Fe de Ratas (el que le da título al libro es una joya y no puedo dejar de mencionar a Las FAC, que nos ha hecho llorar de risa). Asís publica en 1980 la mejor novela del último medio siglo: Flores Robadas en los Jardines de Quilmes (dedicada al escritor detenido-desaparecido Haroldo Conti), en la que se condensan la tragedia de una generación alienada por el modismo ideológico de la izquierda cultural, el reemplazo de un modelo de país industrial por la llamada patria financiera, la inauguración de Ezeiza como salida de la asfixia y de la búsqueda de progreso económico, el costumbrismo suburbano versus las ínfulas intelectuales de la pequeña burguesía. Termina la década del '80 con Cuaderno del Acostado, una novela a la altura de Flores robadas... en cuanto a la capacidad de crear ambientes tan reales y simbólicos.
La llegada de la democracia “acuesta” a muchos argentinos víctimas de la intolerancia de los paladines democráticos, hasta ayer, varios de ellos, conspicuos procesistas. Quienes se quedaron en el país, resistieron a su modo la censura y la represión dictatorial y, además, crearon una obra literaria sobresaliente, fueron señalados por el índice constitucional de los usufructuarios del Proceso y por los exiliados angelicales. Es el caso de Asís, que padecerá la prepotencia de la patota cultural alfonsinista y deberá dedicarse al periodismo para sobrevivir (sus columnas en la revista Libre conformarán el volumen La Ficción Política). He ahí puntos de coincidencia con el protagonista Rodolfo Zalim, aunque, reitero mi interpretación, no es el espejo del autor.
Otra forma de felicidad
El ascenso de Carlos Menem modifica la situación laboral de Asís. Su apoyo público al líder riojano le depara el reconocimiento del oficialismo gobernante y ocupa funciones diplomáticas destacadas, como así también un breve interregno por la Secretaría de Cultura de la Nación. En este período, a pesar de sus ocupaciones institucionales, Asís publicará La línea Hamlet o la Ética de la Traición y Sandra, la Trapera, dos novelas maduras, en las que sobresale el oficio macerado de nuestro autor que vuelca en la literatura sus observaciones del ambiente circundante, apareciendo retratados indirectamente personajes de la política y del periodismo, en un clima de ironía y de entretenido realismo. En Sandra..., nuestro autor saca a la luz una vez más su habilidad para reconstruir contextos característicos de un Buenos Aires habitado por inmigrantes de diferentes nacionalidades y una gama variada que entreteje una trama de misterio cautivante.
En el año 2000, Asís publica una novela sublime: Lesca, el Fascista Irreductible, que corporiza un alegato magistral contra el autoritarismo, el colaboracionismo y la resistencia, desde una perspectiva intelectual esclarecida, amplia y enriquecedora. Advertimos un Jorge Asís de elevada cultura universal, que resuelve el nudo novelístico con un estupendo manejo del lenguaje, su lenguaje. A Lesca le sucede Excelencias de la Nada, cronológica y literariamente. Aquí nos deleitamos otra vez con el Asís de la picaresca porteña que ya conocimos en los albores de su carrera y que ha ido consolidando con el transcurso de los años. El matrimonio realidad y experiencia personal (su paso por la Unesco) le servirá para adentrarnos en un mundo de nimiedades e intrascendencias imperante en una estructura del poder internacional dominada por la diplomacia mediocre. Finalmente, elijo Tulipanes Salvajes en Agua de Rosas, editada en 2012, porque aborda con feliz agudeza el conflicto de Medio Oriente. Los protagonistas centrales de la obra (Fahd, Jalil y Yashira), provenientes del mundo árabe, se debaten entre la pasión y el amor para ganarle a la complejidad del ambiente en el que conviven. Pero el hechizo se impone, y Asís nos regala una novela sobresaliente.
He dejado, adrede, para concluir este repaso a vuelo de pájaro de la literatura de Asís, una obra que el tiempo le otorga valor histórico, sin necesidad de caer en la apología o el rechazo (perdón, Sábato). Me refiero a Diario de la Argentina, publicada en 1985. El poder del país ha visitado los pasillos mediáticos de Clarín en varias ocasiones. Conocer información calificada sobre el desarrollo empresarial y pormenores de sus propietarios y artífices periodísticos es una loable manera de tutearnos con una realidad que, por oculta, no deja de ser determinante y de imprescindible dilucidación. Gracias a Jorge Asís, el Turco Maldito de la Literatura Argentina Contemporánea, hemos accedido a las alturas de la ficción y de la realidad que nos desasna de las apariencias simuladoras. A diferencia de Borges que se espejaba en el otro, con Asís la incógnita se triplica; no sabemos a ciencia cierta quién escribe, Si es él, Oberdán Rocamora o Rodolfo Zalim. Mejor, es otra forma de la felicidad. ¿Continuará?
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