El más beneficiado sería Bolivia con el yacimiento más grande de litio en el salar de Uyuni, no lo han podido extraer con eficacia. Este salar en el sur de Bolivia, es tan vasto y tan blanco que se puede ver desde la luna. Se extiende por 10.000 km, aproximadamente la superficie de Kosovo.
Hoy la extracción del litio se desarrolla en dos tipos de depósitos: en lagos salados, a través de evaporación; y en yacimientos de minas, que es un proceso más costoso pero garantiza un mineral de mayor calidad. Este metal es la base de las baterías para los autos eléctricos, pilar de la energía verde.
El triángulo del litio contiene el 58% del recurso.
Según The Economist, aunque Chile ha estado extrayendo litio desde la década de 1980 y Argentina competirá con su producción para fines de la década, la planta piloto de Bolivia producirá solo 600 toneladas de carbonato de litio este año, generando menos de US$5 millones en ventas. Por el contrario, se espera que Chile y Argentina produzcan 134.000 y 36.000 toneladas este año, respectivamente.
¿Qué pasa en Bolivia?
Si el país andino podría extraer el litio que efectivamente posee, la oferta global aumentaría, pero en el pasado los sucesivos gobiernos bolivianos tuvieron problemas al intentar extraer el litio. Ahora, Bolivia ha tenido un presidente más favorable a los negocios desde el año 2020 según The Economist. Luis Arce, un exministro de Finanzas, ha señalado que puede ser más abierto que sus predecesores a dejar que las empresas extranjeras excaven en busca de minerales a cambio de sus conocimientos técnicos, financiación y acceso a los mercados mundiales.
Partiendo de la base, extraer litio en Bolivia es más difícil que en otros países. Como en Argentina y Chile, Bolivia utiliza la evaporación solar para extraer el metal. El proceso consiste en la excavación de una serie de enormes pozas, la mayor de las cuales tiene una superficie de 30 hectáreas. A medida que la salmuera rica en litio se transfiere de una piscina a la siguiente, la evaporación ayuda a aislar diferentes sales. Pero según Renan Soruco, químico de la Universidad Autónoma Tomás Frías de Potosí, “cada salmuera es única”. Y la salmuera boliviana ha resultado especialmente complicada gracias a su alto nivel de magnesio (alrededor de 17 partes por cada uno de litio, en comparación con 4:1 en la salmuera más pura de Chile). La temporada de lluvias de Bolivia también ralentiza la evaporación.
A esto hay que sumarle los problemas políticos. Mientras que en Chile dos multinacionales, SQM y Albemarle, poseen licencias para extraer litio y en Argentina las 24 provincias de son libres de otorgar concesiones (aunque solo tres tienen proyectos de litio); el último fue para Uranium One, una subsidiaria de la compañía nuclear estatal de Rusia. Bolivia, por el contrario, todavía está dominada por Yacimientos de Litio Bolivianos, la empresa estatal de litio, que controla toda la extracción y el procesamiento en el Salar.
El lugar del estado en sobre el control de los recursos naturales se fue agrandando desde Evo Morales en adelante. Poco después de que Evo asumió el cargo de presidente, renegoció los contratos de gas natural con empresas extranjeras e instruyó a Arce, entonces su ministro de Finanzas, diseñar una política económica para redistribuir las ganancias. Una nueva constitución en 2009 amplió el control estatal sobre los recursos naturales. El año anterior, un plan para industrializar el litio exigía que el estado supervisara el 100% de la extracción, con socios extranjeros permitidos solo en etapas posteriores.
La producción de baterías a escala industrial es mucho más difícil de imaginar, por razones que escapan al control del gobierno. Bolivia no tiene salida al mar y tiene carreteras terribles. Tendría que importar muchos componentes y exportar las baterías sería costoso.
Mucho dependerá de la demanda a medio plazo. Benchmark Mineral Intelligence, una consultora no espera que grandes cantidades de litio boliviano lleguen a los mercados hasta al menos 2030, cuando la nueva tecnología de extracción directa de litio estará mejor desarrollada.
Argentina
La semana pasada se conoció que la empresa estatal rusa Uranium One desembolsará US$30 millones de dólares para adquirir el 15% de una empresa conjunta que conformará con la minera canadiense Alpha Lithium, que tiene a cargo el proyecto de litio Salar Tolillar, ubicado en la provincia de Salta. Cada compañía se quedaría con el 50% de Tolillar, que hoy está en etapa de exploración. Según el acuerdo, la firma rusa podría quedarse en un futuro con el 100% de la producción del proyecto.
No todo es color de rosa…
Si bien el litio parece una solución brillante para el desarrollo del país, está la contaminación como contracara. Sales de Jujuy, un proyecto empresarial conjunto entre la firma australiana Orocobre, la japonesa Toyota y la compañía minera del gobierno provincial de Jujuy, es una de las dos minas en operación en Argentina. El año pasado, la planta produjo unas 14.000 toneladas de carbonato de litio. Solamente en términos de agua dulce, la fábrica podría haber utilizado el equivalente a más de 150 piscinas olímpicas.
El agua es vital en el proceso de extracción del litio. Mientras más pureza se le quiera dar al mineral, más agua apta para consumo humano se va a necesitar.
Se necesitan 2 millones de litros de agua para producir 1 tonelada de litio.