Gabriel Batistuta, el icónico delantero argentino nacido el 1 de febrero de 1969 en Santa Fe, celebra hoy su cumpleaños número 55. Su vida y trayectoria en el mundo del fútbol estuvieron marcadas por logros, récords y momentos difíciles, haciendo de Gabriel Batistuta una leyenda en el deporte.
EL HÉROE DE SANTA FE
Gabriel Batistuta: el rugido del Batigol cumple años
Gabriel Batistuta, ícono del fútbol, celebra 55 años. Récords, éxitos y luchas marcan su trayectoria, dejando una huella imborrable en Argentina e Italia.
Newell's Old Boys y Boca: los comienzos de Batistuta
Hijo de Gloria Zilli y Omar Batistuta, Batistuta inició su carrera en el Newell's Old Boys en 1988. Pronto, su talento lo llevó a River Plate y, sorprendentemente, a Boca Juniors. Su extraordinaria capacidad goleadora le valió el apodo "Batigol". En 1991, ganó la Copa América con Argentina y recibió el Balón de Oro. Su legado en el fútbol argentino estaba comenzando, y su carrera iba en ascenso.
Su gran carrera en Italia
En 1993, obtuvo nuevamente la Copa América y participó en la Copa del Mundo de 1994 en Estados Unidos. Batistuta también dejó la huella de su botín en Italia, superando récords al marcar en los doce primeros partidos de la temporada 1994-1995. Su carrera alcanzó un punto álgido cuando la AS Roma lo fichó en mayo de 2000 por una impresionante suma, el segundo traspaso más caro en ese momento.
En la Roma, sus hazañas continuaron, convirtiéndose en el máximo goleador del club. Con su capacidad de liderazgo y destreza en la cancha, guio al equipo a múltiples victorias. Sin embargo, su amor por Boca Juniors nunca disminuyó, regresando en su tercera etapa para incursionar sorprendentemente en el polo, llevando su éxito más allá de los estadios de fútbol.
Los desafíos y el legado de Batistuta
A pesar de su éxito, Batistuta enfrentó desafíos físicos y emocionales. En una entrevista, reconoció haber pedido que le cortaran las piernas debido a sus persistentes dolores. Aun así, su valentía y determinación le permitieron superar esos momentos oscuros. Fue el máximo goleador de la historia de la selección hasta 2016 y el séptimo goleador en la historia de la Copa Mundial de Fútbol. Su legado trascendió la cancha, consolidándose como un ícono en el deporte.
En su vida personal, Batistuta se casó con Irina Fernández en 1990 y es padre de Thiago, Shamel, Lucas y Joaquín. A pesar de su fama, él mismo admite que "mis hijos no tienen idea de quién fui". Sorprendentemente, hasta los 18 años, no pensó en dedicarse al fútbol, soñando inicialmente con ser basquetbolista.