Con la llegada de Carlos Bianchi, Boca Juniors experimentó una transformación radical, tanto en su juego como en su imagen pública. El Torneo Apertura 1998 significó el primer capítulo de la leyenda de este estratega con el club y un título que marcó el renacimiento de Boca.
rescató al gigante azul y oro
La primera gloria de Bianchi al mando de Boca y el invicto del ’98
Boca renació con Carlos Bianchi en el Apertura 1998. Invicto de principio a fin, la llegada del Virrey marcó el inicio de una era dorada.
La revolución de Carlos Bianchi
Bianchi, que venía de un exitoso paso por Vélez Sarsfield, asumió las riendas de Boca Juniors con la misión de restaurar la grandeza del club. Su llegada no solo cambió la dinámica dentro de la cancha, sino que también puso fin a la época de escándalos conocida como el “Cabaret”. A pesar de las críticas de la prensa establecida, la masa boquense lo recibió con los brazos abiertos, ansiosa por un cambio.
Paralelamente, el contexto político influyó, con la caída del gobierno menemista que, durante una década, había favorecido a Boca. Este nuevo capítulo coincidió con la consolidación de un equipo que buscaría el título en el Apertura 1998 liderado por Bianchi.
El camino hacia la gloria
El torneo comenzó con Boca demostrando su calidad de campeón, aunque Gimnasia y Esgrima de La Plata se perfilaba como un rival tenaz. En enfrentamientos épicos contra San Lorenzo, River Plate y Talleres, el plantel del ‘Virrey‘ demostró su determinación, asegurando victorias en momentos cruciales sin caer ante el rival una sola vez.
El título se selló en la antepenúltima fecha contra Independiente, en un empate 0-0 que, combinado con los resultados de Gimnasia, garantizó el campeonato para Boca. Además, Martín Palermo terminaría siendo el máximo artillero del torneo después de meter 20 goles en 19 partidos.
La vuelta olímpica fue diferente, contenida pero emotiva, marcando el regreso de Boca Juniors como un equipo guiado por un estratega, en este caso, el legendario Carlos Bianchi. En ese Apertura 1998, Boca no solo ganó un título, sino que sentó las bases para una era dorada. La gestión de Carlos Bianchi, además de traer trofeos, también infundió una identidad renovada que perdura en la historia del fútbol argentino.