El 2025 arrancó con mucha presión en el campo en medio de los reclamos por la eliminación de retenciones. Con la suma de varias voces, se puso en el centro de la agenda la llegada de una inminente crisis al sector, que sufre variables negativas con perspectivas complicadas para el mediano plazo.
CRISIS
Sin salida: Qué le queda al campo entre las retenciones y La Niña
Una coyuntura compleja se presenta en el sector productivo más importante del país. Se consumen las opciones para evitar la crisis.
22 de enero de 2025 - 11:45
Un combo complejo se avecina para el campo.
Entre esas variables, los productores y entidades rurales destacaron la caída de los precios internacionales de las commodities, el tipo de cambio de baja competitividad y la entrada a un nuevo periodo de sequía empujado por el fenómeno climático de “La Niña”. Todo ese combo disparó el temor en el sector, que reclamó la caída de las retenciones como respuesta directa al potencial escenario de crisis que podría afectar, en especial, a pequeños y medianos productores.
Ahora bien, el malestar agropecuario no pasó hasta ahora de los comunicados y los contactos con algunos funcionarios del Gobierno nacional. De hecho, la acción más contundente fue la presentación conjunta realizada por los gobernadores de la Región Centro, quienes amplificaron las profundas preocupaciones de los productores intentando llegar a la cúpula más alta de la Casa Rosada.
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Esa última maniobra provocó una respuesta virtual del ministro de Economía Luis Caputo, quien aseguró que el reclamo del campo está en agenda pero que deberá esperar lo necesario para no amenazar a la macroeconomía. Un plazo que podría durar meses o incluso años a los ojos de los productores.
El campo con pocas opciones
La respuesta del comando económico dejó en claro que el rumbo de las retenciones y su vigencia seguirá, al menos por ahora, la misma suerte que otros reclamos como el universitario o el de las organizaciones sociales. Una cuestión que dejará al sector agropecuario en una encrucijada, más aún teniendo en cuenta el nivel de apoyo interno que hay hacia el oficialismo nacional entre los productores.
Precisamente esa incómoda situación fue graficada por el productor y dirigente rural Juan Goya, ex presidente de la CRA (Confederaciones Rurales Argentinas), en diálogo con el medio especializado Bichos de Campo. “Para dejarlo absolutamente claro nadie extraña, nadie quiere volver al gobierno anterior. Pero también es cierto que hay particularidades en la producción que el Estado debe tener en cuenta”, explicó.
Ese discurso sería el que se reproduce entre el grueso del sector agropecuario, que en su momento brindó un fuerte nivel de apoyo al Gobierno nacional pero que ahora no obtiene respuestas concretas en vísperas de un periodo dificultoso. Una postura incómoda que genera dudas sobre dónde está el límite de ese soporte y cuál es el margen de maniobra que le queda al campo para encarar un eventual conflicto.
Ahora bien, el dilema agropecuario también abrirá una incómoda puerta para el oficialismo libertario. Será una oportunidad para que distintos representantes políticos tomen las riendas del reclamo y capitalizar más tarde ese apoyo en las urnas, sobre todo en un año electoral.
La Niña se avecina
Por si fuera poco, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidoslanzó en las últimas horas una previsión generalizada para la región que da cuenta de una instalación de una fase ENSO “La Niña” para el próximo trimestre. Ese fenómeno, característicamente seco, es uno de los factores más temidos por los productores para el ingreso definitivo a una crisis sectorial.
Si bien la sequía de los próximos meses no sería tan severa como en el 2023 (año histórico), sus efectos impactarán de lleno en la rentabilidad de la actividad agropecuaria, lo que podría terminar por desarmar compañías pequeñas y medianas que vienen de golpe en golpe hace varias temporadas. Algo que podría costar buena parte del tejido productivo del principal motor económico a nivel nacional.
La buena noticia dentro del pronóstico estadounidense es que de cara al periodo marzo-mayo las condiciones climáticas se volverían neutras, registrando un repunte en las precipitaciones previstas para la región núcleo. Aunque en el campo el agua siempre se espera para “ayer”.
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