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MACROECONOMÍA

Rumor postelectoral: Al salto del dólar, se suma el ajuste

"¿Qué va a pasar después de las elecciones con el dólar, la inflación y los salarios?", es la pregunta de contribuyentes que no dependen de la teta del Estado.

En las últimas semanas, se disparó el consumo de productos que tienen algún componente en dólares o directamente están atados al dólar por la importación. Claramente, esto no es casual. Más allá de que el ministro de Economía Martín Guzmán minimice el impacto del dólar blue, las expectativas se dispararon. Esto lo sabe muy bien el ala política del Frente de Todos y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, quien intenta contener la demanda del dólar solidario, que ahora está más barato que el informal.

Con la macroeconomía totalmente explotada -amortiguado su impacto solo por el precio internacional de materias primas-, la Casa Rosada tendrá que encarar sí o sí la demorada segmentación tarifaria para no subsidiar agua, luz y gas a los electores de mayor poder adquisitivo, que a su vez no son el grueso del electorado oficialista.

De acuerdo a lo informado por el periodista Carlos Burgueño, Guzmán"cuenta, ahora sí, con el apoyo del resto del gabinete económico nacional, para que la segmentación sea una realidad para el 2022", pero parece que la orden es "que se diseñe durante el segundo semestre del año".

En medio de todo este eterno debate que no lleva 2 años sino décadas, el Banco Central tuvo que malgastar reservas genuinas para contener la dolarización que disparó justamente su emisión.

Si bien compró US$830 millones en lo que va de julio, ya tiró a la basura US$210 millones solo esta semana en 3 días.

Ayer (29/07), volvió a vender unos US$70 millones por la dolarización de los aguinaldos y aumentos salariales.

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Dólar en la mira. Subsidios también. Todo impacta en los bolsillos.

Dólar en la mira. Subsidios también. Todo impacta en los bolsillos.

Rezando al campo

Pero el equipo económico espera un plus: entienden que quedan alrededor de 23 millones de toneladas de soja por liquidar en el campo, solo de la actual campaña, y que eso equivale a unos US$9.200 millones.

Y especula con lo que marcó el analista económico Salvador di Stéfano: "Es momento de vender soja y maíz" porque "la capacidad de pago esta en línea con el valor de mercado, Chicago está con un inverso de precios a futuro, quiero decir baja a futuro" y porque "el dólar MEP está bajo respecto al blue". "Tres poderosas razones para vender", consideró.

Entonces, los productores deben elegir entre vender a este precio internacional -soja a US$500- o retener los granos esperando una nueva devaluación postelectoral pero correr el riesgo de que el precio en Chicago caiga a la franja de US$400.

Por supuesto, para la Casa Rosada -no importa el color político del Gobierno de turno- equilibrar las cuentas públicas, ordenar la macroeconomía y evitar especulaciones devaluatoria jamás es una opción.