Para el próximo año -2022-, se espera que los bancos centrales del mundo comiencen a tomar diferentes caminos en cuanto a la tasas de interés.
DE CARA AL 2022
¿Qué pasará con las tasas de interés acá y en el mundo?
Para el próximo año, 2022, se espera que los bancos centrales del mundo comiencen a tomar diferentes caminos en cuanto a la tasas de interés.
Esto se debe, primeramente, al aumento considerable que se esta dando en los precios -especialmente en las economías desarrolladas-, sobre todo en Estados Unidos y Europa. Los bancos centrales del mundo tendrían la capacidad de contrarrestar la inflación subiendo la tasa de interés, desincentivando la toma de crédito ergo caída de la inversión. Aun así, según la última previsión de Bloomberg, no todos los bancos centrales prevén que esta medida sea necesaria.
Es probable que tanto el Banco Central Europeo -BCE- como la Reserva Federal de Estados Unidos -Fed- mantengan sus tasas de interés bajas -a -0,5% en la Unión Europea y en 0,25% en USA- hasta finales del próximo año.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, opina que las medidas de lucha contra la pandemia de coronavirus han "provocado escasez de oferta en algunos sectores". Cuando estos efectos transitorios desaparezcan, a ojos de los bancos, la inflación debería volver a bajar, sin tener que ajustar la tasa de interés de base. El razonamiento es el mismo en el caso de India, Japón, Australia y Suiza, donde se espera que los bancos centrales mantengan la tasa de interés estable hasta finales de 2022.
Mientras que en en la mayoría de las economías de América Latina, que suelen registrar tasas de inflación más altas que en el resto del mundo, los economistas de Bloomberg vaticinan distintas políticas monetarias.
En México, donde la tasa de interés se sitúa en un 4,75%, se espera que alcance un 5,5% a finales de 2022.
En cuanto a Argentina, los economistas de Bloomberg, creen que será uno de los pocos países en los que se pronostica una reducción de la tasa de interés, pasando del 38% actual a un 35% anual. Una de las razones de esta política es que una tasa de interés más alta supondría un mayor pago de intereses sobre la deuda pública.