El Gobierno de Javier Milei, orquestado por el ministro de economía, Luis Caputo, y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, están llevando a cabo una fuerte licuación de pesos. Una estrategia más que arriesgada considerando que demanda de dinero podría comenzar a debilitarse en febrero y recalentar el precio de los dólares libres (blue, MEP y CCL).
DE MOTOCIERRA A LICUADORA
Licuación de pesos: La estrategia para bajar los pasivos del BCRA
La fuerte licuación de pesos que estuvo llevando a cabo el Gobierno puede salir muy mal en febrero, donde comienza a caer la demanda de dinero.
Esta dinámica podría ejercer presión sobre la ya tensa brecha cambiaria y la inflación. Es relevante destacar el éxito de la absorción a través de la serie 1 del BOPREAL, que logró retirar con éxito pesos de los depósitos sin afectar las reservas en dólares, al no ser un pasivo de corto plazo. Sin embargo, la aparente mejora en la salud financiera, resultado de la reducción de los pasivos monetarios del BCRA en un 24,3% en términos reales en los últimos dos meses, pierde fuerza al considerar que los depósitos aún respaldan la deuda del sector público, especialmente en un contexto de abundantes opciones de liquidez.
En cuanto a las reservas en dólares, se ha logrado acumular US$ 5.800 millones, pero esto se ha logrado gracias a las restricciones en las importaciones. Frente a una rápida apreciación del tipo de cambio, una brecha cambiaria que supera el 50%, y el mantenimiento del dólar, alcanzar al menos US$ 20.000 millones para rescatar todos los pasivos monetarios parece ser una tarea desafiante en el corto plazo.
Desde el inicio de la nueva administración, se observa una clara reducción de los pasivos monetarios en términos constantes. Con una tasa de interés de política monetaria del 100% TNA, los pasivos remunerados, compuestos por Pases Pasivos tras la eliminación de las Leliqs, también muestran una contracción real del 11,9% desde diciembre.
El stock actual alcanza los $30 billones, comparado con los casi $34 billones a principios de diciembre y los máximos de $42 billones en agosto de 2023 (-29% real). Además, la base monetaria ha disminuido en términos reales un 17,6% desde el 10 de diciembre y un 43,8% interanual. Como resultado, el stock de pasivos monetarios (base monetaria + pasivos remunerados) se ha contraído un 24,3% en términos reales en los dos primeros meses de gestión (-31,3% i.a.), alcanzando niveles históricamente bajos de $39,4 billones, comparables con el período de septiembre de 2019.
Al mismo tiempo, los depósitos a plazo fijo tradicionales muestran una contracción del 60% interanual, dado el entorno de tasas de interés reales muy negativas para los ahorradores.
El riesgo que corre el BCRA
Febrero, un mes caracterizado estacionalmente por una disminución en la demanda de dinero, podría ejercer presión sobre la inflación y los dólares financieros. La persistencia de la inflación por encima de la tasa de interés (9% TEM en plazos fijos) representa un riesgo significativo. Se ha observado una notable dilución de la moneda en medio de una tasa de interés que ha quedado rezagada frente al aumento de los precios en el contexto de un shock inflacionario posterior a la devaluación.
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