La empresa estatal IEASA (ex Enarsa) adjudicó ayer la compra de 8 barcos de Gas Natural Licuado (GNL) para cubrir la demanda del fluido durante el mes de mayo y la primera semana de junio. La francesa TotalEnergies suministrará 3 cargamentos para la terminal regasificadora de Escobar, mientras que Vitol, uno de los tres mayores traders del planeta, se adjudicó otros 2.
En cuanto al abastecimiento de GNL para la terminal de Bahía Blanca, que volverá a estar operativa a mediados de mayo, una vez que reingrese el buque regasificador Exemplar de Excelerate Energy, Trafigura, Gunvor y Naturgy se adjudicaron un buque cada uno, según indicaron al sitio especializado 'EconoJournal' fuentes al tanto de la licitación.
Tanto 'El Cronista' como el diario 'Clarín' afirman que la rusa Gazprom presentó una oferta, pero el directorio de IEASA no la eligió. Según el primero, la oferta de la petrolera de Rusia no fue conveniente en términos económicos para la Argentina.
Cabe recordar que IEASA oficializó el viernes 18 de marzo, a última hora, el lanzamiento de esa primera licitación importante para cubrir el pico de consumo de gas que se registra en los meses de frío, luego del concurso de febrero de 2022, cuando testeó el mercado con la compra de un solo barco de gas natural licuado (GNL) que se adjudicó a Vitol a un precio de US$27 por millón de BTU que, en ese momento, parecía excesivo, pero que tras la invasión rusa sobre Ucrania terminó funcionando como piso.
El precio pagado quintuplica así el abonado el invierno pasado: ese mismo producto se importó a un promedio de US$ 8,33 durante el invierno de 2021.
Lo peligroso que plantea la situación es que los cargamentos llegarán en mayo, esto es, un mes en el si bien las temperaturas son bajas, no es tan complejo en cuanto a lo climático como el trimestre junio-julio-agosto. Además, resulta extraño porque el precio del gasoil, el reemplazante natural del gas en las centrales térmicas, se ubica en la actualidad a unos US$30 por millón de BTU, un 30% menos que el GNL.
Futuro cercano
Si el país tiene que seguir importando a estos precios, el Tesoro tendrá que desembolsar entre US$ 5.000 millones y US$ 6.500 millones, según estimaciones del sector que también circulan en el Poder Ejecutivo. Todo dependerá de la evolución del conflicto en Ucrania y su impacto en los productos energéticos.
Cabe recordar que IEASA compra por instrucción de la Secretaría de Energía. Esa dependencia estudia el abastecimiento de gas, y le encarga a la empresa que llame a licitaciones para conseguir el GNL que le falta.
El secretario de Energía, Darío Martínez, le advirtió al ministro de Economía, Martín Guzmán, sobre los peligros de interrupción de suministro de gas en el invierno. Fue en un documento, al que luego Martínez le bajó el tono. Pero el Poder Ejecutivo ya estaría pensando en suspensiones del suministro a industrias, que serían negociadas con las compañías de modo de mantener siempre a los hogares con la calefacción necesaria.
Durante el invierno, el país solo produce el 73% del gas que consume. El resto le llega de Bolivia y los barcos de GNL importado.
Según estiman en el gobierno, a mediados de 2023, estará listo el gasoducto que unirá Vaca Muerta con Salliqueló, en la provincia de Buenos Aires, y los productores podrían extraer más gas que el actual y trasladarlo, por lo que no sería necesario volver a estar en esta situación.
La formación Vaca Muerta posee reservas de gas que garantizan el consumo de gas por 50 años. Pero las empresas son remisas a sacarlo, porque no tienen como trasladarlo a los principales centros de producción, cómo almacenarlo o venderlo a otros países. Hay un cuello de botella que se busca despejar con el gasoducto.
En tanto, según especialistas, será necesaria la importación de 70 barcos, pero en el Gobierno están evaluando un número menor, porque implica salida de dólares en un contexto de pocas reservas en el Banco Central.
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