Ya sea que la Cámara de Diputados convalide lo que aprobó el Senado esta madrugada o que ratifique lo que había votado en su recinto a finales de abril, Javier Milei tendrá su 'Ley Ómnibus', el paquete de reformas que presentó en el inicio de su gobierno pero recién en las últimas horas adquirió viabilidad.
'LEY ÓMNIBUS'
Riesgo para Milei: Que se dispare la ansiedad por resultados
El Gobierno vendió la 'Ley Ómnibus' como una panacea que llevará al país a "recuperar su grandeza", lo que podría convertirse en un búmeran.
La iniciativa no es formalmente una ley porque resta el trámite en Diputados, pero allí ya no se introducirán cambios y de una forma u otra quedará definitivamente sancionada. "Es pollo o pasta", como grafica el diputado radical Martín Tetaz.
Para conseguir la ley, Milei tuvo que negociar, ceder, introducir cambios y hasta canjear embajadas y sillas en empresas públicas como parte del 'toma y daca'. Comportamiento típico de la 'casta', que Milei dice despreciar, pero que no pudo eludir. Es el cambio cultural que el Presidente no está logrando, si es verdad que lo busca.
Ese es un plano del análisis.
Otro posible tiene que ver con el impacto de lo que ocurrió en el Congreso en la opinión pública. Especialmente en ese cerca del 50% que todavía sostiene al Presidente a pesar de haber sufrido en mayor o menor medida el ajuste. Ese segmento que -han mostrado diferentes estudios- apoya en la esperanza su apoyo al líder libertario.
El Gobierno vendió la 'Ley Ómnibus' como una panacea que despertará el interés inversor que dará vuelta la ecuación y llevará al país a -dice un comunicado oficial- "recuperar nuestra grandeza".
"La Argentina está en camino a convertirse en una potencia económica" es otra promesa con lírica oficial.
Pero a mayor expectativa, mayor será la frustración si eso no se cumple.
Es un posibilidad que con la sanción de la 'Ley Ómnibus', es decir, del paquete de "herramientas" para alcanzar esa "grandeza", se dispare una mayor ansiedad por resultados en aquellos esperanzados que sostienen al Presidente en la opinión pública.
Puede darse un efecto búmeran si es que se amplía demasiado la brecha entre los supuestos beneficios de la legislación y lo que finalmente produzca.
Es lo que avizora el analista político Gustavo Córdoba. "El dilema para el gobierno nacional, es que desde ayer, las expectativas de resultados aumenten. Y se sabe bien, que los tiempos legislativos no tienen la velocidad que a veces la realidad reclama", tuiteó el director de la consultora Zuban-Córdoba.
Federico Aurelio toma el caso del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI). "Para la gente el RIGI representa inversiones, no se preocupa tanto si tiene exenciones impositivas o no. Lo emparentan con el empleo, y en un momento de preocupacion por el empleo dicen 'eso me gusta'", dijo el director de la consultora Aresco en el canal LN+.
¿Estarán a la altura de las expectativas de quiénes apoyan a Milei los resultados que genere el de paquete reformas, ya sea en velocidad y calidad?
Los más escépticos esperan, en cambio, alguna alteración en el relato presidencial en caso de que las cosas no se presenten como las prometieron.
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