CÓRDOBA. La decisión de Martín Llaryora de postularse como “abogado” del campo sumó un nuevo capítulo ayer, cuando el gobernador anunció beneficios para los productores cordobeses. En medio de las tensiones del sector agropecuario con el Gobierno nacional por la permanencia de las retenciones, el mandatario mediterráneo ensayó medidas iniciales para posicionarse en la vereda de los productores.
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Martín Llaryora le arrima un auxilio al campo cordobés: Qué beneficios dispuso
El Gobierno provincial intenta marcar diferencias en medio de los reclamos por la permanencia de las retenciones y las tensiones con Nación.
Durante su primer año de gestión, el sanfraisqueño se encargó de amplificar el reclamo por la baja de las retenciones en cada oportunidad que tuvo. Casi siempre lo remarcó en presencia de funcionarios nacionales pero sin poner en riesgo la relación institucional de Córdoba con la Casa Rosada.
Esa tarea, que fue una continuidad de un discurso tradicional del oficialismo cordobés (ya lo hacían José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti), lo dejó en un lugar ligeramente ventajoso a nivel discursivo por sobre la administración de Javier Milei, que prometió en campaña la eliminación total de las retenciones pero que lejos estaría de terminarlas. No obstante, eso no bastaba a ojos de los productores que reclamaron durante todo el 2024 medidas concretas para equilibrar la balanza.
En ese orden, y de cara al periodo de elecciones legislativas, Llaryora gatilló un paquete de ayuda al agro cordobés para aminorar aunque sea un poco la presión fiscal sobre el sector.
Martín Llaryora y el auxilio al campo “asfixiado”
Las medidas, que se anunciaron tras una reunión del gobernador con la Mesa de Enlace de Córdoba, comprenden el diferimiento fiscal del pago del Inmobiliario Rural y un tope al aumento de dicho impuesto. Todo ello a solicitud de productores que puedan demostrar dificultades financieras para poder dar continuidad a sus actividades.
Precisamente, la Mesa de Enlace cordobesa reclamó pocos días atrás por una situación de “asfixia” financiera ante una combinación de factores que afectan a la actividad. Se trata de una baja internacional de los precios de las commodities, un incremento del costo inmobiliario y la permanencia de las retenciones en cuestión.
De esa manera, no son casualidad las medidas anunciadas por Llaryora. Y menos aún pensando en la llegada del periodo electoral, que tendrá al oficialismo provincial intentando renovar bancas en el Congreso de la mano del voto del interior cordobés, donde se asientan los principales polos productivos.